Bolsonaro evita reconocer la victoria de Lula en las elecciones pero dice que cumplirá con la Constitución: "Somos más fuertes que nunca"

Jair Bolsonaro, durante su comparecencia de este martes.
Jair Bolsonaro, durante su comparecencia de este martes.
EFE
Jair Bolsonaro, durante su comparecencia de este martes.
Jair Bolsonaro, durante su comparecencia de este martes.
EFE

Jair Bolsonaro ha tardado casi dos días en reaccionar a los resultados electorales y lo ha hecho este martes con un mensaje de solamente dos minutos en el que no ha reconocido de forma explícita la victoria de Lula da Silva en los comicios del pasado domingo. Tras una hora y media de espera, el presidente saliente de Brasil ha asegurado que los suyos "son más fuertes que nunca" y ha agradecido el apoyo de los 58 millones de ciudadanos que apostaron por él en las urnas.

En su breve comparecencia, Bolsonaro ha defendido las protestas "que muestran indignación por cómo se ha desarrollado el proceso electoral", pero al mismo tiempo pidió "no recurrir a las formas de la izquierda, que perjudican a la población". El líder ultraderechista, además, reiteró sus a bases: "Nuestra fuerza, nuestros valores, son Dios, patria, familia y libertad".

"Siempre he sido etiquetado como antidemocrático y al contrario que mis acusadores siempre he jugado dentro de la Constitución", prosiguió, antes de añadir que seguirá "cumpliendo". Y terminó, rápidamente, con otro mensaje para los suyos: "Es un honor ser el líder de millones de brasileños", que son quienes defienden, recalcó, "la libertad económica, religiosa y de opinión, la honestidad y los colores verde y amarillo de nuestra bandera". Su declaración se produjo horas después de reunirse con los ministros de su gabinete, muchos de los cuales ya le habían pedido que reconociera la derrota para mantener parte de su crédito político. Él ha decidido no hacerlo abiertamente, e incluso el poder judicial rechazó una reunión sin que diera ese paso.

Es un honor ser el líder de millones de brasileños

Pese a que Bolsonaro no ha sido claro ni ha felicitado a Lula, el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, ha llegado al estrado tras las palabras del presidente saliente y ha anunciado que ha sido autorizado por su jefe para liderar el traspaso de poderes a su sucesor, a quien ha llamado "presidente Lula", según ha recogido el diario O Globo. Con esto se da por hecho que el traslado de poder se hará en clima de normalidad.

En el otro lado, el vicepresidente electo de Brasil, Geraldo Alckmin, será el encargado de coordinar, en el equipo de Luiz Inácio Lula da Silva, el proceso de cambio de presidente con los representantes del actual Gobierno del propio Bolsonaro, tal como han confirmado también ya desde el PT. "Nuestra propuesta es ir a Brasilia, tener una reunión cara a cara con quien sea parte del Gobierno (de Bolsonaro) que hará esta transición para que podamos poner en funcionamiento el equipo de transición", confirmaron.

La transición de Gobierno está regulada en la legislación brasileña y prevé que el presidente en ejercicio y el electo nombren equipos de trabajo en un plazo de 48 horas para que coordinen el proceso y garanticen la transferencia de datos e informaciones. En ese momento el Gobierno en funciones tiene que dar la toda la información que pida el Gobierno entrante y suministrar asistencia técnica hasta el uno de enero en caso de que la necesite.

Bolsonaro perdió las elecciones por una diferencia de 1,8 puntos frente a Luiz Inácio Lula da Silva, y hasta ahora, 45 horas después de confirmados los resultados, aún no se había pronunciado ni se le había visto en público desde la mañana del domingo, cuando votó en Río de Janeiro. Ahora, con su discurso, da una especie de patada hacia adelante para mantener una tensión en las calles que, dijo, ve como lógica. Y es que el proceso para traspasar el poder no finaliza hasta dentro de dos meses.

En medio del silencio de Bolsonaro, grupos de camioneros han bloqueado carreteras en casi todo el país desde la madrugada del lunes y, según varios integrantes de ese movimiento, la protesta solo acabará cuando "el Ejército intervenga" para "impedir que vuelva el comunismo". El triunfo de Lula ha sido reconocido por todas las instituciones del país, por todos los partidos, entidades empresariales y por más de un centenar de gobernantes extranjeros, que han felicitado al líder progresista o hasta ya han conversado con él por teléfono.  

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