"Gracias, Felipe": Pedro Sánchez, a la caza del espíritu de González a un año de las elecciones

El exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González (i) saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en Sevilla.
El exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González (i) saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en Sevilla.
EFE
El exsecretario general y expresidente del Gobierno, Felipe González (i) saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en Sevilla.

La relación entre Pedro Sánchez y Felipe González ha tenido innumerables vaivenes desde que el primero se pusiera al frente del PSOE en 2014. No obstante, ninguna de las polémicas que han mantenido ambos parecen importar ahora. No, al menos, para el actual presidente del Gobierno, que pretende cazar el espíritu con el que el expresidente arrasó en las elecciones de 1982, en cuyo 40º aniversario se ha volcado el partido a lo largo de este mes. Las celebraciones terminaron ayer con un gran acto en Sevilla que le sirvió al jefe del Ejecutivo para fundir su imagen con la de González. Pasado y presente con la mirada puesta en las citas electorales venideras: en mayo, municipales y autonómicas; a final de año, generales.

Tal es así, que la frase más repetida por Sánchez en su intervención fue un "gracias, Felipe". La pronunció en innumerables ocasiones. Todo, mientras iba reivindicando los logros que González cosechó a lo largo de 14 años en la Moncloa. Tras su mayoría absolutísima -202 escaños- en 1982, se mantuvo en el gobierno hasta 1996, cuando terminó siendo abatido por José María Aznar (PP).  "Hay veces en la que basta poco tiempo para hacer un balance ajustado de un acontecimiento histórico y es el caso de la victoria de González en el 82", comenzó diciendo Sánchez ante las 4.000 personas que se congregaron en el auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes). Tal fue el desembarco socialista, que también estuvieron presentes diez ministros, aunque faltaron casi todos los barones -menos Guillermo Fernández Vara, presidente extremeño- y Alfonso Guerra, el que fue número dos de González.

Ese "balance ajustado" del que habló el presidente lo fue concretando después. Mencionó la universalización de la Sanidad pública o la puesta en marcha de las pensiones no contributivas. El Sánchez más ‘felipista’ llegó a definir el Gobierno de González como la época "más hermosa". "Una década y media de modernización de España. Fuimos la pluma y la tinta con la que España escribió un futuro de esperanza", añadió. El presidente llegó incluso a emocionarse cuando habló del número de analfabetos menores de 25 años que González llegó a reducir en una tercera parte; o de los 90.000 españoles que abandonaban España para vendimiar en Francia cuando el expresidente llegó al Gobierno, una cifra que fue casi inexistente cuando abandonó la Moncloa.

Con todo, en el grueso de su discurso, Sánchez se quiso centrar en los parecidos programáticos entre ambos líderes. "La historia es una carrera de relevos, en la que una generación va pasando el testigo a otra generación", señaló. Después, puso nombre y apellidos a ese “testigo”: la desigualdad; la dignidad del trabajo, los salarios y las pensiones; o un “fuerte” Estado de bienestar. También, el cumplimiento de la Constitución Española, que ambos aprovecharon para criticar al Partido Popular por la ruptura de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva cuatro años en funciones.

El hecho de que "se incumpla" la Carta Magna, según Sánchez, "es la derrota de la moderación", algo que "deteriora la democracia y la convivencia". González, por su parte, se refirió de forma velada a Alberto Núñez Feijóo, presidente de los populares, al asegurar que "si a alguien no le gusta una ley, tiene derecho a cambiarla". De hecho, el expresidente fue más allá y acusó al PP de no darle estabilidad a la democracia: "Primero la cumples [la ley] y después propones que se cambie".

Asimismo, Sánchez también recordó que fue bajo el Gobierno de González cuando España se introdujo en la Unión Europea, lo que logró "cambiar la vida de la gente desde lo concreto a lo que importa". Así, reivindicó la "vigencia del modelo social europeo". "Hoy España ya no es el problema, pero Europa es más que nunca la solución", lanzó. Todo ello, mientras en la pantalla grande del auditorio se iban sucediendo por igual imágenes históricas de González y actuales de Sánchez. "Somos la feliz consecuencia de aquella victoria [de 1982] y la mejor forma de agradecerlo es seguir impulsando aquel proyecto de libertad, prosperidad y justicia social para España", apuntó Sánchez, que terminó -por supuesto- con un "gracias, Felipe".

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