La doctrina nuclear por la que Putin podría lanzar un ataque atómico: "Amenaza existencial", baza defensiva ante el chantaje...

El presidente ruso, Vladímir Putin, en una ceremonia el pasado 20 de septiembre.
El presidente ruso, Vladímir Putin, en una ceremonia el pasado 20 de septiembre.
Europa Press / Kremlin
El presidente ruso, Vladímir Putin, en una ceremonia el pasado 20 de septiembre.

La guerra en Ucrania ha dado un vuelco en los últimos meses a los planes de Vladimir Putin. Las fuerzas ucranianas asaltan las recientemente anexionadas provincias prorrusas y ni la movilización masiva, ni las demostraciones de fuerza de Moscú han logrado, hasta la fecha, un giro de timón. El fantasma nuclear, heredado de la Guerra Fría, vuelve a agitarse. Rusia vuelve a esgrimir la posibilidad de usar su armamento nuclear -lo lleva haciendo desde el inicio de la contienda- a la vez que acusa a Ucrania de planear un ataque con una bomba sucia. Putin proclama el final del dominio de Occidente y amenaza: "El que siembra viento, cosecha tempestades", a la vez que descarta lanzar un ataque nuclear preventivo. Pero, ¿será capaz de utilizar un arma nuclear como represalia?

El especialista británico Mark Galeotti, director de Mayak Intelligence y especialista en asuntos de la Rusia, es un habitual analista de la prensa británica sobre Putin y sus actuaciones. En España, desde el inicio de la guerra, ha pasado de ser un autor desconocido a tener tres libros en castellano: Tenemos que hablar de Putin, Una breve historia de Rusia y Las guerras de Putin, que llega durante la primera semana de noviembre. 

En esa última obra -terminada de escribir en junio de este mismo año-, Galeotti repasa las intervenciones militares rusas bajo el mando de Putin y analiza sus capacidades armamentísticas, incluido su arsenal nuclear. Es en ese capítulo donde da algunas claves de su posible uso o no.

El analista británico hace énfasis en un discurso sobre el estado de la nación que dio el presidente ruso en 2018. En aquella alocución, que Galeotti tilda de "pomposa retahíla ultra patriótica y tecnomilitarista", Putin anunció seis nuevos sistemas armamentísticos, que se pasaron a conocer como "los seis mágicos". De algunos de ellos, el mundo ha vuelto a escuchar hablar durante este 2022: los misiles hipersónicos Kh-47M2 Kinzhal (Puñal en ruso), el misil de crucero de propulsión nuclear Burevestnik, el misil balístico intercontinental SS-28 Sarmat, conocido en Occidente como Satán II, el sistema de láser antimisil Peresvest o el arma nuclear Poseidón, que se puede lanzar desde el Belgorod.

Rusia había heredado un arsenal atómico completo de la URSS, pero bajo el mando de Putin, y a pesar de estar integrado el país en el Nuevo START para reducir las armas estratégicas, siempre ha dejado claro que, pese a tener menos en número, está dispuesto a invertir lo necesario para asegurarse de que sean las mejores.

Y con esas armas dispuestas, ¿las usará Putin? Galeotti explica que la doctrina rusa contempla su uso en caso de una "amenaza existencial" a la madre patria, aunque sea convencional y no nuclear. La anexión de las tres provincias prorrusas de Ucrania ha elevado el riesgo. Putin descarta un ataque nuclear preventivo, pero ¿en respuesta a un ataque a lo que el considera su territorio, aunque no haya sido reconocido?

Este autor británico explica que el Gobierno ruso, y para ello cita una conversación con un asesor del Kremlin, tiene claro el valor real de las armas nucleares estratégicas como "baza defensiva": que un país sin capacidades nucleares adecuados "puede ser obligado, bajo amenaza de aniquilación de una de sus ciudades, a desmilitarizarse e incluso a ceder parte de su territorio, con independencia de la fortaleza de sus tropas convencionales". Cosa que parece más lo que practica Moscú, a tenor de sus recientes declaraciones, que de lo que se defiende.

"¿Podría usar un arma nuclear táctica? Hace tres meses habría dicho que no. Ahora tiene mucho menos control. En caso de fracaso total, podría intensificar el conflicto, pero en ese caso espero que prevalezcan otras fuerzas", aseguraba Galeotti en una entrevista hace unos meses. El analista cree que los militares profesionales rusos no creen que sea una respuesta ante la amenaza de la OTAN -e incluso insinúa que su rival en este nivel del futuro será China-, pero matiza que "es mejor no subestimar las paranoias y resentimientos de Putin y su círculo íntimo, muchos de ellos veteranos del aparato de seguridad soviético y víctimas del trauma de la pérdida del imperio".

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