Alberto Villalba: "Gracias a Xabat ya no necesito a otra persona, he recuperado mi independencia"

Alberto Villalba y Elisenda Stewart durante un paseo con Xabat.
Alberto Villalba y Elisenda Stewart durante un paseo con Xabat.
FUNDACIÓN ONCE DEL PERRO GUÍA
Alberto Villalba y Elisenda Stewart durante un paseo con Xabat.
La historia de Xabat, un perro guía muy especial.
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El pasado 21 de septiembre el Colegio de Veterinarios de Madrid (Colvema) celebraba la VI edición de sus Premios Bienestar Animal (PBA), unos galardones de relevancia nacional que nacieron en 2015 para reconocer la labor de aquellos que trabajan en el fomento del bienestar y la calidad de vida de los animales y que también premian cada año a un animal excepcional. En esta edición, el perro guía Xabat ha recibido el premio en la categoría de Animal comprometido con la sociedad.

Xabat, que representa a todos los perros guía, es el compañero de cuatro patas de Alberto Villalba, un joven que perdió la vista y también ambas manos tras un accidente el pasado 18 de septiembre de 2013, cuando le estalló una granada de la Guerra Civil mientras ayudaba a su padre a limpiar el garaje de una vecina.

El precioso labrador negro, entrenado específicamente para ayudarle por la Fundación ONCE del Perro Guía, llegó a la vida de Alberto ocho años después del accidente, y lo ha hecho para devolverle parte de la alegría que le fue arrebatada tras lo ocurrido.

Así, Alberto se convertía en la primera persona ciega y sin manos del mundo en en contar con un perro guía, un hito pionero en integración social que ha llevado muchas horas de trabajo y muchísima paciencia, ya que, la adaptación de Xabat al día a día de su guía ha sido todo un reto tanto para el propio Alberto, como para la entrenadora del can de la Fundación ONCE del Perro Guía, Elisenda Stewart.

La adaptación de Xabat, un proceso largo y complejo

A día de hoy, Alberto está feliz de haber tomado la decisión de solicitar un perro guía y de poder convivir con Xabat. "Ahora tengo más independencia, no necesito de otra persona", comenta. Sin embargo, incluir a Xabat en la rutina diaria de Villalba no ha sido una tarea fácil, ya que el hecho de no tener manos y tampoco ningún resto visual, no había ninguna referencia que pudiera utilizar para colocarle el arnés o coger la correa y poder así pasear con Xabat.

"Primero adaptamos el arnés y las correas a mis necesidades y, después, lo más complicado ha sido la prótesis. Ahora estamos intentando hacer unos encajes para la prótesis con una empresa de 3D que me proporcionan muchos datos", cuenta Villalba.

En este sentido, no se puede pasar por alto el trabajo que ha realizado la entrenadora de Xabat, Elisenda Stewart, quién durante un año (y continúa) ha trabajado junto a Alberto y Xabat para encontrar la manera en la que Villalba sea capaz de, él solo, colocarle el arnés a su perro y sujetar la correa para salir de casa.

Hemos diseñado el arnés exclusivamente para él (Alberto), estudiando cada detalle durante meses

"Las prótesis frenan la información que recibes del entorno y, además, no están adaptadas a personas que van a llevar a un perro guía, por lo que había que trabajar en cómo adaptarlas", explica la entrenadora. "También hemos tenido que adaptar todo el material para que Alberto pudiera manipularlo sin las prótesis".

Al no tener tacto, Villalba no podía saber si estaba cogiendo el asa u otra parte de la correa, así como el arnés. "Cuando nos dimos cuenta de esto, decidimos que solo podría llevar una prótesis, la del brazo izquierdo, con la que el perro le guía para, así, dejar la derecha como un canal de información del exterior o incluso saber si tiene bien colocado el asa, ya que con el muñón puede notarlo".

"Hemos diseñado el arnés exclusivamente para él, con materiales de diferentes texturas, para que pueda diferenciar las diferentes partes, con aperturas y cierres de velcro para que sea capaz de abrirlas y cerrarlas... Cada detalle se fue estudiando durante meses", reconoce Stewart.

El arnés de Xabat, adaptado a las necesidades de Alberto Villalba.
El arnés de Xabat, adaptado a las necesidades de Alberto Villalba.
CEDIDA

Xabat también ha hecho del proceso, algo más fácil

La entrenadora de la fundación asegura que Xabat también ha sido muy bueno y ha puesto facilidades en todo momento. "El perro ha ido evolucionando también, su entrenamiento se ha modificado varias veces durante todo el proceso, según iban cambiando las necesidades de Alberto", relata Stewart. 

"Ha tenido que habituarse al tacto de los muñones, a los materiales nuevos, ha tenido también mucha paciencia y se ha portado genial en todo momento", asegura la entrenadora. "Todo esto, velando en todo momento por su bienestar".

En este sentido, Stewart quiere dejar claro que "para que un perro guía haga de forma adecuada su trabajo tiene que tener bienestar y se tiene que producir una simbiosis y un vínculo afectivo entre la persona y el animal". "De no ser así, el perro podría no realizar bien su tarea", añade.

Para que un perro guía haga de forma adecuada su trabajo tiene que tener bienestar

Esto ha sido otro reto ya que Alberto no podía dar premios físicos (chuches, por ejemplo) a Xabat ya que no tiene manos. "La solución fue un dispensador automático que él puede accionar para premiar al perro", cuenta Stewart. "Utiliza el refuerzo positivo en situaciones dentro de casa, mientras que en la calle solo puede acariciarlo".

Aunque todavía no tienen la prótesis perfecta, el día a día de Alberto ha mejorado considerablemente. "Pasar del bastón a un perro y empezar a confiar en él fue difícil, todos los comienzos lo son, pero una vez cogimos el ritmo, ganamos rapidez. Caminos que tardaba una hora en hacer ahora tardo la mitad con el perro", expresa Villalba.

"Mis días no son intensos, solemos salir por la mañana a que Xabat haga sus necesidades, luego hacemos el recorrido del gimnasio y allí el se queda en una sala que hemos habilitado, tumbado con su juguete", relata. "Cuando volvemos a casa descansamos un poco y, depende de si me toca fisio, médico o algo después, pues salimos a un lado u otro. Eso sí, las tardes las aprovechamos para que el perro tenga libertad, haciendo una ruta por el monte, donde lo soltamos y que corra feliz".

Para Stewart, vivir este proceso le ha hecho ver la evolución de Alberto. "Ha dejado atrás un episodio muy oscuro y el perro le ha ayudado a pasar página. Él antes era el chico del accidente y ahora es 'Alberto y Xabat', ha vuelto a ser visible y ahora todo el mundo le dice siempre algo a él o al perro", concluye la entrenadora.

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