El plan de Kiko Rivera tras sufrir un ictus

Kiko Rivera.
Kiko Rivera.
GTRES
Kiko Rivera.
Desde el pasado viernes, Kiko Rivera se encontraba ingresado en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla tras haber sufrido un ictus. 
Europa Press

Kiko Rivera se recupera favorablemente del ictus que sufrió el pasado viernes. Desde el pasado lunes a mediodía se encuentra en su domicilio acompañado por su mujer, Irene Rosales, y algunos de sus íntimos amigos, entre los que se encuentra Fran, su representante.

Su recuperación será lenta y tediosa. Los más optimistas creen que el cantante podrá recuperar parte de sus rutinas con cierta prontitud, pero es más que probable que tenga que someterse a varias sesiones de rehabilitación. El programa Fiesta confirmaba que el cantante sufre secuelas de importancia relativa que le impiden, por ejemplo, llevar a cabo actividades del día a día como comer o asearse.

Kiko debe cuidarse, pero no más que otros enfermos con patologías previas como las suyas: la diabetes o el ácido úrico llevan años convertidos en dos enemigos potentes a los que ha dejado ganar. Tendrá que seguir un tratamiento farmacológico y, sobre todo, evitar los impactos emocionales que puedan generarle un estrés o ansiedad innecesario. Es consciente de la avalancha de informaciones que se han producido en los últimos días y tiene intención de responder, desde la calma, a todo lo expuesto en los medios de comunicación.

Tiene sobre la mesa dos ofertas para reaparecer públicamente, contar y confesar cómo ocurrió todo y cómo se enfrenta a su nueva vida. Eso sí, hay quien ya subraya que ha perdido la oportunidad de desarrollar, sin dinero de por medio, una experiencia que, sin ningún género de dudas, podría ayudar a muchos. 

Debería haberse reflejado en el ejemplo de María Teresa Campos que, tras recibir el alta médica por un ictus, charló con los reporteros en el hospital para agradecer las muestras de cariño y para hacer pedagogía al enumerar los síntomas que le hicieron sospechar que estaba sufriendo un infarto cerebral.

Isabel Pantoja ha estado en permanente contacto con él, con Irene Rosales y con los médicos encargados de su caso. 20minutos ha podido saber que la tonadillera está destrozada, preocupada y muy inquieta. De repente le han sacudido los peores pensamientos y ha intentado estar cerca de su hijo en todo momento.

Es consciente de sus avances y ha podido hablar con su hijo en diferentes momentos. Ha vuelto a demostrar que es madre por encima de todo. Por supuesto, Pantoja también quiso ir a verle, pero los médicos desaconsejaron su visita porque, gracias a la monitorización, descubrieron que la primera comunicación telefónica con ella disparó su presión arterial.

Nadie más ha prohibido presencias ni ha sugerido ausencias. Desde su entorno más próximo insisten en quitarle responsabilidad a Irene y en reincidir en que Kiko, que está terriblemente asustado, sigue a rajatabla la prescripción facultativa y no quiere que su madre ni su hermana se sientan rechazadas.

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