Unas circunstancias muy extrañas. Los agentes de la Guardia Civil, los Bomberos, Protección Civil... tras conocerse el desenlace del accidente de la avioneta antiincendios desaparecida desde el pasado miércoles entre las provincias de Zamora y Ourense, y cuyo piloto ha sido encontrado sin vida este viernes, todos coinciden en que todavía quedan muchas preguntas por resolver en torno a este trágico suceso. 

¿Por qué Santiago Durán, el piloto fallecido, no fue capaz de controlar la situación? ¿Qué le llevó a emprender viaje pese a las condiciones metereológicas adversas? ¿Tuvo algo que ver su experiencia sobre el terreno? El Juzgado de Instrucción de Puebla de Sanabria (Zamora) será el órgano responsable de intentar dar respuesta a todas estas preguntas, tras haberse hecho cargo de la investigación judicial que esclarecerá la muerte del piloto. 

Un viaje que se podía posponer

El viaje que realizaba Durán el pasado miércoles entre la base de Doade (Lugo) y la base de Córdoba se trataba de un traslado de la nave, con ningún otro motivo operativo. "No estaba yendo a un incendio, por lo que no había ningún tipo de urgencia", explica al diario ourensano La Región señala Cristóbal Medeiros, de la Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Laza.

Por esta razón, el piloto podía haber retrasado el viaje un par de horas o incluso, hasta el día siguiente, teniendo en cuenta las condiciones metereológicas de ese miércoles, con lluvias fuertes y nubes en todo el noroeste peninsular. Además, en este caso, la decisión última de despegar la tomó el piloto, y no la base, como es habitual en otras ocasiones, por lo que no tenía que seguía órdenes de nadie.

Muchos años de experiencia

El piloto de origen sevillano sumaba a sus espaldas más de mil horas de vuelo. Tras lograr la licencia de piloto comercial en 2009, comenzó a volar los cielos con varias empresas y, no sería hasta 2015 cuando logró su titulación de piloto de aviación comercial y tripulante de cabina de pasajeros, lo que le permitió continuar con su labor profesional a un nivel superior. 

Desde entonces, dos empresas contaban con sus servicios de forma simultánea. Una de ellas, tras conocerse su muerte, emitió un comunicado de condolencias en el que entre otros, destacó su "gran experiencia" en la extinción de incendios, una tarea para la que se necesita valor y grandes habilidades, ya que las condiciones son más adversas que en un escenario de fuertes lluvias. 

La dilación de los tiempos, la mayor extrañeza

El último contacto con el piloto tuvo lugar tan solo una hora después de salir de la base aérea de Lugo. En ese momento, Durán informaba de la escasa visibilidad debido a la situación atmosférica y solicitó un cambio de dirección, poniendo rumbo nuevamente al punto de salida. Entonces, el piloto expresó que se encontraba a 35 minutos de León. 

Las dudas en torno a dónde se encontraba la avioneta se sucedieron en las siguientes horas. Si bien la dirección del GPS cuando se contactó por última vez con la nave situaba al piloto en Castrelo do Val (Ourense), el rastreo del teléfono móvil lo situaba entre Camarzana de Tera y Río Negro de Puente, ambos municipios zamoranos situados a más de 150 kilómetros de la localidad ourensana. 

Para el personal de la BRIF, tener que buscar una avioneta en hasta tres provincias -e incluso en Portugal, como se llegó a barajar en algún momento de la expedición- es algo "inédito", tal y como han expresado en declaraciones a La Región. Así, para los involucrados en la búsqueda, no es normal que el GPS no dé señal y se tarde tanto tiempo en encontrar al piloto. 

Por el momento, habrá que esperar a la autopsia y la investigación judicial que se abrirá en Puebla de Sanabria para dar algún ápice de luz a este caso.