El proyecto BarMar de conexión submarina para hidrógeno que España y Francia quieren construir entre Barcelona y Marsella se asienta en los esbozos que Enagás había hecho para otro conducto alternativo en el que había trabajado para conectar la capital catalana con el puerto italiano de Livorno.
La ministra española de la Transición Energética, Teresa Ribera, explicó este viernes en París que el acuerdo sobre el BarMar presentado por España, Francia y Portugal solo cuenta por el momento en "unos pequeños esbozos en los que ha estado trabajando Enagás".
En declaraciones a la prensa tras entrevistarse con los ministros franceses de la Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, y de Economía, Bruno Le Maire, Ribera explicó que ante la oposición frontal de París al gasoducto MidCat España trabajaba en alternativas, y una de ellas era un tubo submarino de Barcelona a Livorno.
Pero con el compromiso alcanzado este pasado jueves Bruselas entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y los jefes de Gobierno de España, Pedro Sánchez, y Portugal, António Costa, la alternativa de Livorno deja de tener sentido.
"La conexión con Marsella lo acorta y lo hace más sencillo", indicó Ribera después de reconocer la "complejidad" del proyecto por ser submarino y porque por el momento todavía no se ha fijado un trazado.
También falta la estimación del presupuesto, así como el plazo en el que podría entrar en servicio, sobre el que hay discordancia entre lo que dicen España y Francia.
Ribera repitió que ella calcula que podría tardar "cuatro a cinco años", pero fuentes del Gobierno francés filtraron a la prensa que no lo ven operativo "antes de 2030".
Es más barato y tiene más sentido hacerlo por Marsella
La ministra española quitó importancia a esas divergencias -"el trabajo conjunto de los expertos de los dos países va a ser importante para fijarlo"- e insistió en que unos y otros se han dado "un plazo ajustado".
En concreto habrá una nueva reunión que mantendrán Macron, Sánchez y Costa el 9 de diciembre en el marco de la cumbre euromediterránea de Alicante y eso obliga a los industriales y a los gobiernos a concretar "un esbozo".
El BarMar entierra definitivamente el proyecto del MidCat, un nuevo gasoducto por los Pirineos catalanes, que ya había sido abandonado en 2019 por España y Francia al considerar que no se podría rentabilizar, pero que Madrid ha intentado hacer revivir en los últimos meses con el apoyo de Lisboa y Berlín.
Ante el bloqueo del Gobierno de Macron, que no veía futuro para una infraestructura dedicada a hidrocarburos y que además la veía problemática desde el punto de vista medioambiental y de la oposición social el trazado por los Pirineos, España respondió con la alternativa del Mediterráneo sobre la base del trabajo hecho para conectar con Livorno.
"Es más barato y tiene más sentido hacerlo por Marsella", subrayó la ministra española, quien consideró que hubiera sido extraño tender un conducto para transportar hidrógeno al resto de Europa saltándose a Francia.
Para ella, la decisión anunciada ayer sobre el BarMar "es de calado temporal muy importante. No es una decisión que vaya a estar operativa mañana, ni pasado mañana, ni el año que viene. Pero sí nos garantiza que en el medio y largo plazo vamos a estar conectados con el resto de Europa", que se podrá beneficiar del hidrógeno de origen renovable que se pueda fabricar en España.
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