Matthew Perry ha hablado en numerosas ocasiones de sus adicciones durante el rodaje de Friends, donde encarnaba al mítico Chandler Bing. Ahora el actor estadounidense ha escrito un libro autobiográfico y en él ahonda sobre los problemas que tuvo con el alcohol y las drogas. Fueron tan graves que se llegó a temer por su vida. 

Bajo el título de Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, las memorias saldrán a la venta el 1 de noviembre en Estados Unidos. En España, saldrá dieciséis días más tarde -el 17- publicado por Contraluz bajo el título Amigos, amantes y aquello tan terrible. Previa a esa publicación, Perry ha concedido una entrevista a la revista People, en la que avanza algunos detalles. 

"Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2% de probabilidades de vivir", desvela, sobre un episodio del que en su momento solo comunicó que había tenido que pasar tres meses ingresado por una perforación gastrointestinal. Ocurrió en 2018, cuando tenía 49 años, y ahora reconoce públicamente que su colon estalló por el uso excesivo de opioides. El actor pasó dos semanas en coma y cinco meses en el hospital y tuvo que usar una bolsa de colostomía durante nueve meses.

Durante la emisión de la ficción estadounidense, Perry ingresó en dos clínicas de desintoxicación para superar la dependencia a los analgésicos, los opiáceos y el alcohol. Por culpa de esas adicciones, no es capaz de recordar gran parte del rodaje entre las temporadas 3 y 6.

Cuando Perry participó por primera vez en Friends a los 24 años, su adicción al alcohol apenas comenzaba. "Podría manejarlo, más o menos. Pero cuando tenía 34 estaba realmente metido en muchos problemas", admite. Llegó un momento en el que tomaba 55 pastillas de vicodina. "No sabía cómo parar. No podía hacerlo porque la enfermedad y la adicción son progresivas, por lo que empeoran y empeoran según te vas haciendo mayor", apunta.

El actor ha explicado que ha querido compartir su infierno cuando estuviese seguro de que no volvería a caer en "el lado oscuro". "He tenido que esperar a estar completamente sobrio, y lejos de la enfermedad activa del alcoholismo y la adicción, para escribirlo todo", añade y concluye que lo que le ha motivado a contar su historia ha sido "estar seguro de que ayudaría a la gente".