Convento, cuartel, estación y ocho nombres distintos: así ha cambiado la plaza del Ayuntamiento a lo largo de los años

Aspecto de la plaza en una fotografía de principios del siglo XX.
Aspecto de la plaza en una fotografía de principios del siglo XX.
BIBLIOTECA VALENCIANA
Aspecto de la plaza en una fotografía de principios del siglo XX.

La plaza del Ayuntamiento, ubicada en el corazón de València y considerada su punto más emblemático (al menos durante el último siglo), ya tiene diseño final con la elección de Re-Natura como el proyecto ganador para su reurbanización definitiva. Eso sí, será uno más de los muchos con los que ha mutado en los últimos siglos este enclave, testigo de las transformaciones de la ciudad. Esta indefinición y su constante evolución es una buena metáfora del crecimiento y desarrollo de la València moderna y de la propia sociedad valenciana. 

Los planes de ensanche urbano proyectados ya en el siglo XIX y materializados en el XX conllevaron la demolición de manzanas enteras, como el antiguo barrio de Pescadores que se alzaba en el actual edificio de Correos y en el entorno de la calle de las Barcas, para elevar grandes edificios de servicios y de negocios.

La visión proyectada por la pujante burguesía de la capital borró la trama urbana medieval y dejó un lienzo en blanco que, todavía hoy, se sigue repintando en busca de la obra maestra definitiva y con un objetivo claro: devolver a los peatones el espacio que a mediados del siglo XX colonizó el coche al calor del desarrollismo.

Emilio Castelar, del Caudillo, del País Valenciano y finalmente del Ayuntamiento han sido algunas de sus últimas denominaciones. Entre sus usos, el de convento, cuartel o estación de ferrocarriles están entre los más desconocidos de su pasado. Esta es su cronología.

De 1239 a 1865. El convento y la placita de San Francisco. Tras la conquista de la ciudad, el rey Jaime I donó a los franciscanos los terrenos de la mitad meridional de la actual plaza, donde levantaron un convento. En 1356, al construirse la nueva muralla, quedó intramuros. Era un gran conjunto monumental con dos claustros góticos, iglesia, huertos y cementerio. Entre el jardín anexo al convento y la Bajada de San Francisco quedaba un espacio triangular conocido desde 1423 como plaça de Sant Francesc.

De 1831 a 1891. Cuartel y estación. En 1831 ya había desaparecido el jardín situado frente a la entrada del convento y se había ampliado la plaza de San Francisco. En el entorno del convento discurría la acequia de Rovella y próximo a este, por la bajada de San Francisco, pasaba el Braç del Vall Vell, uno de los ramales de la acequia. Con la desamortización, los monjes abandonan el convento, que pasa a ser del Estado y a albergar un cuartel de caballería. En 1852, se construye allí la primera estación ferroviaria de València, demolida en 1917 para trasladarse a la calle Xàtiva.

En esta etapa hay un importante vaivén de denominaciones: en 1840, la antigua plaza de San Francisco cambia su nombre por el de General Espartero y, de nuevo, en 1843 altera su denominación y recibe la de Isabel II. En 1868 pasó a denominarse plaza de la Libertad y años después, en 1874, recupera el nombre de plaza de San Francisco.

De 1892 a 1927. Nuevo edificio consistorial. En 1891 desaparece el convento de San Francisco, cuyo espacio recibe un año después la denominación de Parque de San Francisco. En 1899 pasa a llamarse Parque Emilio Castelar y en 1904 comienza a construirse el Ayuntamiento, décadas después del incendio y derribo de la antigua Casa de la Ciudad, situada junto al Palau de la Generalitat. Se adoquinan las calles y llegan los tranvías, un medio de transporte que cambiaría la fisonomía de la ciudad.

De 1927 a 1939. El concepto de plaza moderna. Con la alcaldía del Marqués de Sotelo se impulsa la transformación urbanística de la plaza en su conjunto, proyectada por el arquitecto municipal Javier Goerlich. Se derriban manzanas, sobre todo a ambos lados de la parte norte, y se construyen los principales edificios. Desaparecen víctimas de la piqueta algunos emblemáticos, como el palacio del Marqués de la Jura Real, edificio neoclásico construido en 1772 por Vicente Gascó Masot y Mauro Minguet. El 14 de abril de 1931, una gran multitud asiste a la proclamación de la II República frente al edificio del Ayuntamiento. Ocho años después, las tropas de Franco desfilan por la plaza tras la ocupación de la ciudad por el ejército vencedor.

Del franquismo a la actualidad. Finalizada la Guerra Civil, en 1939, la plaza Emilio Castelar fue rebautizada como plaza del Caudillo. En 1961 se elimina la parte sobreelevada (la conocido popularmente como tortada de Goerlich, inaugurada en 1933) y la explanada central se dedica a aparcamiento de coches y al disparo de la mascletà fallera. Un año después, se instala la gran fuente circular.

Zona peatonalizada con urbanismo táctico en la plaza del Ayuntamiento.
Zona peatonalizada con urbanismo táctico en la plaza del Ayuntamiento.
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En 1979, con la primera Corporación democrática tras la dictadura, pasa a llamarse plaza del País Valenciano. La escultura de Franco fue retirada en 1983 y sustituida una década después por la de Francesc de Vinatea. Finalmente, en 1987, recibe su denominación actual: plaza del Ayuntamiento. Desde entonces, el enclave ha conservado, a grandes rasgos, la misma configuración, con protagonismo de coches y autobuses. Hasta la peatonalización provisional de 2020, que supuso la salida de los vehículos y de la mayoría de las líneas de autobús de su parte central.

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