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Las 7.609 sanciones de Occidente sobre Putin empiezan a hacer mella en la economía rusa pero "a un ritmo más lento de lo esperado"

Vladimir Putin, el pasado jueves en Moscú.
Vladimir Putin, el pasado jueves en Moscú.
EFE
Vladimir Putin, el pasado jueves en Moscú.

Las sanciones son una herramienta pensada para el medio y el largo plazo, no tanto para el corto. Los expertos repiten esa premisa en un contexto de guerra en el que Rusia está saliendo tocada a nivel no solo militar, dados los avances ucranianos, sino también económico, fruto de la presión ejercida por occidente con paquetes constantes de medidas restrictivas. "Desde el punto de vista económico, las sanciones están surtiendo efecto, aunque a un ritmo más lento de lo que muchos esperaban", explica un informe del Instituto de Viena para Estudios Económicos Internacionales. ¿Es así?

La relación de Rusia con las sanciones de occidente arranca ya en 2014 con la anexión ilegal de Crimea por parte de Moscú, que puede entenderse como la mecha de lo que sucede en la actualidad. En los últimos ocho años se han aplicado por parte de la UE, Estados Unidos, el Reino Unido, Suiza, Japón o Canadá un total de 12.116 (a fecha de 19 de octubre de 2022, tal como recoge Correctiv). Más concretamente, si se toma como referencia el inicio de la invasión, existen 7.609 medidas contra empresas, individuales, oligarcas e incluso buques rusos.

Desde el 22 de febrero de este año, el país que más medidas ha aplicado contra Rusia es Estados Unidos (1.870), seguido de Suiza (1.173) y del Reino Unido (1.115). La UE, por su parte, en sus ocho paquetes ha aplicado 935 medidas. Fundamentalmente se ha sancionado a personas (5.985), pero también a empresas (1.282) e instituciones (339). Políticos, oligarcas y cargos militares son los más asolados por las restricciones.

Sancionados.
Sancionados.
Carlos Gámez

¿Y su economía sufre? Los datos dicen que sí. Por ejemplo, las previsiones del Banco Mundial pronostican una caída del 4,5% del crecimiento anual del PIB de Rusia para este año, pese a que trata de subsistir con exportaciones de energía a socios como India o China. Asimismo, Rusia no recuperaría los niveles de PIB de antes de la guerra hasta el año 2024. La inflación, por su parte, podría alcanzar el 13% en 2022, aunque incluso las previsiones del Kremlin son peores: calculan un 13,9%. Las exportaciones, otro punto relevante para Moscú, han caído ya un 12,3%, una bajada que triplica la vivida en 2020, con la pandemia, que fue de un 4,1%.

Ese golpe a las exportaciones viene provocado en buena medida por las sanciones. La UE, por ejemplo, ha atacado la parte energética, pero también la compraventa de tecnología o de bienes de lujo, a lo que habría que añadir también la fuga de empresas. Con todo, la Unión importa ahora el mismo nivel de gas que en 2021 a estas alturas, pero depende mucho menos de Rusia. Bruselas ha hecho hincapié durante estos siete meses largos de conflicto en la diversificación del suministro mientras no se mejoren las capacidades de la Unión: se cumple gracias al gas natural licuado (EEUU sobre todo) y Noruega. El bloque comunitario junto al Reino Unido han reducido su compra a Rusia en un 56% (al reducir su demanda en un 42%), según datos recogidos por Bruegel.

Evolución del PIB.
Evolución del PIB.
Carlos Gámez

"Se espera que los efectos de las sanciones se agraven con el tiempo", añade el Banco Mundial en este escenario. María Vallés, doctora especializada en medidas restrictivas de la Unión Europea, explica a 20minutos que para saber si funcionan o no "hay que fijarse en los objetivos" como por ejemplo frenar la financiación del conflicto. "Ahí Rusia sí que ha sufrido, ha habido una caída de su PIB y de otros indicadores económicos". Ahora bien, "los objetivos de medio plazo todavía no se han cumplido, ni de lejos, y tampoco sabemos cómo se va a desarrollar la economía porque puede tener cierta resiliencia buscando por ejemplo otros socios comerciales".

Las sanciones son muy complejas: su configuración depende del tiempo, del objetivo, del ámbito al que afecte, de la persona a la que se sancione

"Ocho meses ya es un periodo que sí que nos ha permitido ver una efectividad y sí que se ven ciertos resultados positivos, pero no todos. Para otros necesitamos esperar", prosigue. "Las sanciones son muy complejas porque al final su configuración depende del tiempo, del objetivo, del ámbito al que afecte, de la persona a la que se sancione", enumera Vallés, que avisa de lo necesario que es tener "paciencia" respecto a las medidas. "La economía rusa puede sufrir o no dependiendo de los sectores a los que se ataquen con las sanciones", sentencia. Y pone el ejemplo energético: "La UE ya está comprándole cada vez menos energía, pero no todos los actores tienen ese compromiso".

Por su parte, Juan Luis Santos, profesor de Economía de la Universidad CEU San Pablo añade que "por el momento el efecto de las sanciones se ven más en Europa que en Rusia, aunque en el caso de Moscú sí que se ve en algunos sectores". Por esa parte, reconoce "que hay muchas sanciones que todavía no se han puesto en marcha". Santos comenta que el efecto va ser por tanto "progresivo" y pone como ejemplo la aviación, porque "les va a costar muchísimo encontrar recambios".

Evolución de la inflación.
Evolución de la inflación.
Carlos Gámez

Rusia no sale del bucle de las sanciones y la presión va a más. Si con la anexión de Crimea el máximo de sancionados se alcanzó en junio de 2018, con 766 medidas, la invasión de Ucrania ha disparado los datos: solo en abril de 2022 se empezaron a aplicar 2.278 medidas, mientras que en septiembre hubo un pico de 1.599 sanciones occidentales. Es importante, no obstante, el hecho de que la unidad occidental no fue tal hace ocho años, cuando países como por ejemplo Alemania fueron reacios a una aplicación inmediata de sanciones, y las medidas acabaron siendo mucho más suaves que las que se están viendo en la actualidad.

El Instituto de Viena para Estudios Económicos Internacionales vuelve a avisar: "El año que viene, las consecuencias del embargo petrolero de la UE, el déficit de las exportaciones de gas a Europa y el embargo de alta tecnología de Occidente tendrán un mayor impacto". Asimismo, la movilización parcial decretada por Putin es también un problema para la economía, porque supone una fuga directa o indirecta -reclutados o huidos- de mano de obra. "Se trata de una sangría con efectos a largo plazo", sentencian.

A diferencia de lo ocurrido en 2014, cuando Putin respondió a las sanciones prohibiendo rápidamente la importación de determinados alimentos, ahora no ha tomado medidas de gran alcance además de la acción militar que ya había preparado y lanzado antes de notar las medidas. El corte del suministro de gas es lo más notorio, y al mismo tiempo ha puesto en alerta sus capacidades nucleares. Ese es el principal temor que hay ahora mismo en el marco de la guerra por parte de occidente.

¿Son las sanciones contraproducentes? Lo cierto es que los países de mayor dependencia energética de Rusia, como es el caso de Alemania, corren más riesgos. Y Europa en concreto está pagando un peaje en forma de una inflación altísima y la sombra de otra recesión. En este sentido, Vallés explica que "no podemos responsabilizar a las sanciones de que tengan un efecto contraproducente porque por ejemplo la inflación depende directamente de la invasión rusa". 

El porcentaje de "responsabilidad" de las sanciones "es menor del que podemos esperar", continúa Vallés. "Hay que tener una visión mucho más amplia: los Estados están viéndose afectados por la guerra pero al mismo tiempo están ganando en otros aspectos, como el de la autonomía energética. También está habiendo un beneficio". La realidad, dice, es que "siempre pagas un peaje" pero ese peaje "no es la sanción sino el conflicto".

Picos de sanciones.
Picos de sanciones.
Carlos Gámez

Santos no coincide y asegura que "no nos compensa" seguir sancionando a Rusia precisamente porque hay muchas que todavía no están en vigor, como el tope al petróleo. "Creo que en Europa lo vamos a pasar peor", termina.

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