Khadija Amin Periodista
OPINIÓN

Feliz cumpleaños Omar, no pienses que tu madre te ha olvidado

Khadija Amin escribiendo bajo las fotos de sus hijos.
Khadija Amin escribiendo bajo las fotos de sus hijos.
CEDIDA
Khadija Amin escribiendo bajo las fotos de sus hijos.

Feliz cumpleaños, querido Omar. Hoy es el primer día de tus nueve años y no estoy a tu lado. No podemos celebrarlo juntos. No podemos hoy y no podemos ningún día. Ha pasado más de un año desde que te abracé por última vez. Un año entero sin tenerte entre mis brazos, sin tumbarnos juntos para hablar de nuestros sueños; pero yo rezo siempre por ti, para que no pierdas tu camino, para que te llegue que siempre te amaré.

Es cierto que no te estoy viendo crecer, hacerte más alto, convertirte en un hombre, pero tus recuerdos, tus palabras, tu foto siempre están a mi lado. Paso mis días esperando encontrarnos de nuevo. ¿Sabes lo duro que es cuando te llamo? Quiero verte, pero no vienes. Tus hermanos me dicen que no quieres hablar conmigo. Lo entiendo, porque no eres lo suficientemente mayor como para saber cuánto me duele que me evites. Soy tu madre y mi corazón se rompe en pedazos. Desearía que entendieras que si me hablases, podría olvidar un poco del dolor de la soledad y la inmigración.

Hijo mío, cada noche pienso que llegará el día en que me digas que me echas de menos. En el día de la madre no me felicitas, pero sé que eres demasiado joven aún. Amor de mi vida, sé que estoy muy lejos de ti, pero quiero recordarte que te quiero mucho en todo momento, que nunca estás lejos de mi mente, pero qué más puedo hacer si estamos separados.

Hay días en los que te echo tanto de menos que me vuelvo loca, no sabes cuánto deseo estrecharte entre mis brazos y decirte que te quiero. Es una pena, pero solo puedo decirte que estoy siempre contigo; solo puedo calmarte con mis palabras, si me escucharas... Por supuesto que estos días pasarán y que, cuando seas mayor, podrás entender todas las tribulaciones que he tenido que soportar.

Tienes un futuro brillante, espero que aproveches la oportunidad que te brinda tu juventud. Hazlo y disfruta. La vida pasa muy deprisa y pronto será demasiado tarde. Te deseo lo mejor que pueda darte Dios; confío en ser testigo de tu éxito y el de tus hermanos, y compartir al menos un poco de vuestra felicidad.

Mi querido, mi hermoso hijo, compañero de mi soledad, mi dulce Omar... Te hecho mucho de menos y sé que tu cabeza está en tu escuela, en tus amigos y tu entorno, y que tu edad no te permite entender aún esta añoranza que siento. Ojalá cuando crezcas puedas leer esta carta y sepas cuánto te extraño, porque no hay otra manera de poder probarte lo duro que me resulta estar lejos. He sufrido muchas heridas, pero siempre miro hacia ese futuro que nos permita estar juntos. 

Los hijos de Khadija Amin.
Los hijos de Khadija Amin.
CEDIDA

Cada noche planeo los días de nuestro reencuentro, lo felices que seríamos los cuatro juntos celebrando tu cumpleaños de nuevo, como en años pasados. Pero luego llamo deseando que mi Omar venga a decirme hola, para encontrar que sigues sin aceptarme. No hay pena mayor para una madre. 

Cuando escribo esta carta son las cinco de la madrugada. No he dormido esta noche, como en la noche en la que naciste. Siento también dolor, la diferencia es que en esta ocasión no tendré la oportunidad de abrazarte. Recuerdo perfectamente cuando llegaste al mundo; desde el momento que empezaste a crecer poco a poco en mi seno, contaba los días para tenerte entre mis brazos.  Tu padre siempre quiso un chico, me dijo que no diera a luz a una niña. ¡Cuánto me torturé pensando que pasaría si no nacías varón! En aquel momento mi único pensamiento era que si mi hijo era un niño, conseguiría ser feliz y que tu padre me amase, pero no fui capaz de ganarme su corazón. Él nunca me quiso.  Omar, no quiero decir nada de tu padre. Él debería amar a su esposa por su propio valor, pero su mentalidad es que la mejor mujer es aquella que pare hombres. En cambio, para una madre no importa si su hijo es hombre o mujer.

Atesoro tu foto en mi habitación, me levanto cada mañana mirando en primer lugar tu retrato. Me relajo cuando te veo sonriendo desde la pared junto a tus hermanos. Me digo que mis hijos son felices, que son niños, que un día crecerán, entenderán y buscarán la manera de unirnos de nuevo.

Día tras día, cuando la puerta de la casa de los vecinos se abre y escucho a sus hijos despedirse de su madre, os recuerdo y mi corazón no sabe lo que hacer. Recuerdo los días de mayo, cuando os preparaba para entrar en la guardería. No te gustaba ir. Recuerdo vuestras ropas en el armario, vuestros pantalones y camisas guardadas y ordenadas para que vistierais ropa diferente cada día. Todo eso se ha perdido. No tengo nada ahora. No me despierto escuchando vuestras voces, no caigo dormida oyéndoos. Que estéis lejos se ha convertido en el mayor dolor de mi vida. 

¡Qué duro es, hijo mío! Espero que sea capaz de aguantarlo, tengo palpitaciones por la noche y no puedo dormir, pero pensar en ti y en tus hermanos me ayuda a vivir. Espero que pueda volver a veros y abrazaros. 

Te quiero hijo mío, te quiero mi hombrecito. Feliz primer día de tu noveno año. No pienses que tu madre te ha olvidado, ninguna madre podría olvidar a los hijos que ha tenido nueve meses creciendo en su vientre, aunque Afganistán sea un país dónde el único derecho que una mujer tiene sea el de darles a luz. Es una sociedad patriarcal que nuestras heroínas han combatido durante años para que al menos apareciera el nombre de la madre mencionado, pero incluso eso ha desaparecido con la llegada de los talibanes. La custodia de un hijo jamás es para la madre. Es muy duro para mí cada vez que me dicen que tengo que probar que sois mis hijos, pero mi nombre ni siquiera consta en vuestros certificados de nacimiento. Date cuenta, hijo mío, de hasta qué punto nos privan de nuestros derechos. Ellos consideran que escribir el nombre de la madre es una desgracia, que no debe ser mencionado, que solo debe constar el del padre. No tenemos derechos sobre nuestros hijos. 

Omar, por favor, ámame. Estoy sedienta de escuchar tu voz, de oír que me llamas mamá una sola vez. 

Tu madre, Khadija Amin.

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