El universo de Tintín: aventuras en viñetas y arte pop dignos de exposición

  • La exposición 'Hergé. The Exhibition' llega a Madrid tras pasar por Québec, Odense, Seúl, Shanghai y Lisboa.
  • Estará abierta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 19 de febrero de 2023. 
Escalera del Círculo de Bellas Artes homenajeando a Tintín
Escalera del Círculo de Bellas Artes homenajeando a Tintín
Adolfo Ortega
Escalera del Círculo de Bellas Artes homenajeando a Tintín

Tintín nos ha acompañado desde la infancia a muchos de nosotros, configurando un universo en el que teníamos la oportunidad de viajar a países lejanos, integrarnos en sociedades secretas, resolver misterios o enrolarnos en un alucinante viaje a la Luna, siempre entre unas páginas que nos aislaban de la realidad diaria y hacían volar nuestra fantasía. La exposición dedicada a Hergé (1907-1983), que ahora nos acerca el Círculo de Bellas Artes, es un regalo a todos aquellos que atesoramos los tebeos de Las Aventuras de Tintín y volvemos a ellos periódicamente, como el que regresa a un mundo fascinante, ajeno a las preocupaciones, siempre a mano en nuestras estanterías.

Reproducción del cohete de 'Objetivo: la Luna', la aventura de Tintín
Reproducción del cohete de 'Objetivo: la Luna', la aventura de Tintín
Sold Out

La muestra se inicia con una mirada a un Hergé poco conocido, interesado por el arte, tanto en su faceta de pintor, truncada al ser imposible compatibilizar ambos caminos -agradecemos que se decidiera por el cómic, francamente-, como en su afición por coleccionar obras de ate contemporáneo. Fruto de este afán contemplamos algunas piezas seleccionadas (Dubuffet, Lichtenstein, etc.), adquiridas quizás como respuesta a la frustración de no haberse dedicado a la pintura. Todo ello es la antesala a lo realmente sustancial de la muestra, pero sirve como significativo punto de partida.

Los bocetos de 'Tintín y el Arte Alfa' forman el nombre del artista
Los bocetos de 'Tintín y el Arte Alfa' forman el nombre del artista
Adolfo Ortega

La muerte sorprendió a Hergé en 1983, aún en la primera fase de creación del álbum El Arte Alfa, una obra en la que el autor pretendía reflejar el ambiente de las galerías y el coleccionismo de arte que tan bien conocía. Los bocetos originales de aquella obra inacabada se muestran conformando las gigantescas letras de su seudónimo, en una solución vistosa dotada de auténtica enjundia. Su nombre y apellido real eran George Remis, que tomando las iniciales, alternándolas y añadiendo una misteriosa H desembocó en el seudónimo 'Hergé' que todos conocemos.

Guía de colores de 'Tintín y los pícaros' (1975) sobre fotografía de Hergé
Guía de colores de 'Tintín y los pícaros' (1975) sobre fotografía de Hergé
Adolfo Ortega

Siguiendo un orden cronológico, se recorren algunos títulos de la colección en vitrinas que alojan maravillosos bocetos, donde se aprecia la capacidad genial de Hergé para captar el dinamismo y las expresiones de los personajes. Trazos de lápiz decididos se superponen de manera furiosa, ya con todo el vivo carácter que tras un destilado llegará a la línea clara que caracterizó su estilo. La paleta cromática se muestra en las pruebas de color que acompañan estos bocetos, antes de añadir el contorno negro. Valiosos originales al alcance de nuestra mirada.

Evolución desde boceto hasta la viñeta publicada. 'Tintín en el Tibet' (1958)
Evolución desde boceto hasta la viñeta publicada. 'Tintín en el Tibet' (1958)
Adolfo Ortega

Un pasillo que simula la oscuridad del espacio exterior, moteada de estrellas y surcada por el famoso cohete lunar de Objetivo: la Luna (1953), es la zona donde se repasan, de modo didáctico, las fases necesarias para construir cada una de las historias de Tintín. Desde la documentación, el bocetado y las pruebas de color, hasta el resultado final. De fondo suena en bucle la canción Space Oddity, de David Bowie, al parecer un tema favorito de Hergé, en repetición un tanto insistente. 

Hergé y Tintín

Georges Remi 'Hergé' 

  • Etterbeek (Bélgica) 1907-Woluwe-Saint-Lambert, Bélgica (1983)
Hergé fue el creador de Las aventuras de Tintín desde 1929, que a día de hoy siguen ejerciendo una importante influencia en el mundo de la historieta en todo el mundo. Además de esta serie, Hergé creó otras con diferentes personajes, entre las que cabe señalar Las aventuras de Jo, Zette y Jocko y Quique y Flupi.

La extraordinaria difusión de Tintín a todos los rincones del mundo se simboliza en una extensa pared forrada con ejemplares traducidos a decenas de idiomas, componiendo un mosaico plurilingüe que se extiende en efecto óptico por un juego de espejos. Al lado, en una pantalla asistimos a una entrevista con el autor, quien fumando un cigarrillo —¡qué tiempos!— nos descubre aspectos de su vida, su trabajo y su visión de personajes capitales como el capitán Haddock. El malhablado marinero, barbudo, impetuoso y alcohólico, apareció por primera vez en El Cangrejo de las pinzas de oro (1940), como perfecta antítesis de Tintín. Juntos desde ese momento, Tintín y Haddock conformaron una de las relaciones de amistad más preciosas que la ficción de cualquier carácter nos haya legado.

Hergé es infinito en la exposición del Círculo de Bellas Artes
Hergé es infinito en la exposición del Círculo de Bellas Artes
Adolfo Ortega

El diseño de la exposición es ameno y muy estimulante, con citas del autor, vídeos, objetos icónicos aparecidos en sus álbumes, notas, libros y elementos que suman más de 300 piezas originales provenientes fundamentalmente del Musée Hergé de Louvain-la-Neuve, cerca de Bruselas. Se trata de un recorrido orientado a los aficionados a Tintín y al cómic en general, que no pretende presentar los personajes principales ni distraer con vacuos montajes, sino descubrir el trabajo minucioso, la elaboración casi artesanal de un producto que, poco a poco, llegó a un grado de refinamiento estilístico y argumental inigualable. El buen gusto está presente en los detalles seleccionados para subrayar cada apartado. 

Maqueta de Moulinsart en la exposición sobre Hergé
Maqueta de Moulinsart en la exposición sobre Hergé
Adolfo Ortega

Antes de finalizar el recorrido por la planta que ocupa la muestra, encontramos una maqueta de grandes dimensiones de Moulinsart, la lujosa residencia de Tintín donde transcurrieron historias que son ya obras maestras del cómic, como Las joyas de la Castafiore (1963). Bocetos de esta creación y del emocionante álbum precedente,Tintín en el Tibet (1959), rodean el castillo a escala. A través de sus ventanas vemos las sombras de Hernández y Fernández, los detectives más nefastos de la historia; o al despistado profesor Tornasol, agitando el péndulo en su aislada sordera. Siluetas de unos personajes que siempre nos acompañarán.

Diseño de Hergé para unos grandes almacenes (1932)
Diseño de Hergé para unos grandes almacenes (1932)
©Hergé-Tintinimaginatio, 2022

Para los más curiosos, en la sala Goya de la planta baja se desvela el trabajo de Hergé como diseñador publicista. A ello se suman los antecedentes de Tintín en las Extraordinaires Adventures de Totor (1926) o los primeros pasos del reportero en Tintín en el país de los Soviets (1929), un polémico álbum que desveló la cruda barbarie bolchevique, aun obedeciendo a un objetivo propagandístico. 

Ilustración para la cubierta de 'El loto azul' (1936)
Ilustración para la cubierta de 'El loto azul' (1936)
©Hergé-Tintinimaginatio, 2022

Sección muy significativa en esta misma sala es la dedicada a los detalles de gestación de El Loto Azul (1934), para conformar la visión de una lejana China en guerra contra el Japón, que se dejaba llevar entre vapores de opio y corruptelas. Todo surgió del encuentro de Hergé con el joven artista chino Tchang, amistad que le animó a indagar en la cultura de ese país. "A partir de ese momento me puse a buscar información, a interesarme realmente por las personas y los países a los que enviaba a Tintín, por una cuestión de honestidad frente a mis lectores", afirmaba el autor casi como una declaración de intenciones.

Sala Goya del Círculo de Bellas Artes, dedicada a Hergé
Sala Goya del Círculo de Bellas Artes, dedicada al primer Hergé
Adolfo Ortega

En la confluencia de Alcalá con Gran Vía se ha instalado una espectacular réplica de gran tamaño del cohete con el que Tintín atravesó el espacio hasta llegar a la Luna, en la historia publicada en 1953. Tuvieron que pasar 16 años antes de que el hombre posara sus pies realmente en el satélite, aunque Hergé, Méliès y, antes de ellos, Verne, llegaran antes. Un símbolo de la ilusión que nos llevó a lo más alto, de la mano de un genio de la cultura europea: Hergé. 

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