Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Cambio de guion en Cataluña

Puigneró dice que el rechazo de Aragonès a la propuesta de la ANC no responde a todo el Govern
Puigneró y Aragonés, hace unas semanas en un acto.
20M EP
Puigneró dice que el rechazo de Aragonès a la propuesta de la ANC no responde a todo el Govern

Desde que fracasó el procés en octubre de 2017, la política catalana había entrado en una fase sumamente cansina, repetitiva, que generaba mucho ruido, pero en la que no se producían cambios porque los partidos independentistas, aun odiándose mutuamente, acababan siempre pactando. La relación entre Junts y ERC parecía como la de esos viejos matrimonios malavenidos, todo el día peleándose, pero incapaces de separarse. Recordemos que el Govern del puigdemontista Quim Torra no acabó la legislatura por la crisis de confianza hacia ERC. 

Sin embargo, tras las últimas elecciones, volvieron a formar gobierno, aunque esta vez con los republicanos en la presidencia de la Generalitat. Desde entonces los líos se sucedían, estirándose como un chiclé. Pero algún día todo se acaba, y esta vez las bases de Junts han votado claramente a favor de abandonar el Govern, en una consulta que ha registrado una alta participación, lo que seguramente explica la victoria de los sectores más intransigentes frente a buena parte de la dirección, encabezada por Jordi Turull.

La votación ha dividido a la formación que sale muy maltrecha de una operación que, inicialmente, era de chantaje hacia el president republicano Pere Aragonès, al que amenazaron con exigirle que se sometiera a una moción de confianza, pero que se les ha vuelto en contra como un bumerán. A medio plazo, muchos de los cuadros que ocupan posiciones institucionales (alcaldes, consejeros, cargos de confianza, etc.), y que provenían del espacio de la antigua CDC, buscarán refugio en otras siglas, tal vez revitalizando el PDECAT, que sigue vivo en el Congreso, y hacia donde podrían confluir las figuras pragmáticas que han sido derrotadas en Junts. La votación supone el triunfo de los partidarios de Laura Borràs, que desde hace meses reclamaba la salida del ejecutivo de Aragonès, al que acusaban de incumplir los acuerdos de investidura y de no trabajar por la independencia.

En el Govern de la Generalitat se abre ahora una fase nueva. Habrá que ver si todos los consejeros de Junts se marchan o si hay algunas cooptaciones, particularmente interesante será ver qué ocurre con el titular de Economía Jaume Giró. Otra incógnita es si ERC gobernará en solitario o si ofrece a los Comunes participar en un ejecutivo de coalición, lo que de cara a las municipales les facilitaría llegar a acuerdos, tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Barcelona. Ese escenario arrinconaría bastante a los socialistas de Salvador Illa, que tampoco podrían hacer una oposición muy dura en el Parlament porque la contrapartida es el apoyo de los republicanos al Gobierno de Pedro Sánchez. Alguien escribirá que todo cambia para que nada cambie, pero cuanto menos el guion es diferente

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