El 9 d’Octubre es la fecha de referencia para los valencianos y valencianas, el momento en el que miramos atrás para ver qué metas hemos conseguido y qué retos nos quedan todavía por delante. Porque el 9 d’Octubre marca un antes y un después para nuestro pueblo, celebramos con orgullo nuestro autogobierno, la cultura y tradiciones propias y ponemos sobre la mesa todas aquellas reivindicaciones pendientes, todos aquellos sueños que queremos construir juntos y juntas.

Les seré sincero, este año esperábamos un 9 d’ Octubre para celebrar la fortaleza con la que el pueblo valenciano ha salido adelante pese a una pandemia histórica que puso contra las cuerdas a toda la sociedad. Estamos muy satisfechos del plan de recuperación de la ciudad y de la resiliencia mostrada por todas y todos.

Pero, una vez más, este 9 d’Octubre debemos hablar de retos mayúsculos y globales a los que la sociedad se encamina, una escalada de precios y una crisis energética, por eso no debemos perder la unión y la fuerza que demostramos como sociedad durante la pandemia y proyectar esos valores para enfrentarse al futuro. Desde València ya nos estamos ocupando de las personas, con políticas progresistas decididas por demostrar que tenemos una de las mejores recetas posibles.

 Estoy muy orgulloso de la ciudad que juntos y juntas estamos construyendo

Hoy recordamos el pasado para proyectar el futuro, proclamamos nuestras aspiraciones y reivindicamos nuestro autogobierno amparado en el Estatuto de Autonomía, que este año cumple 40 años y nos ha permitido crecer hacia una sociedad más libre, más justa y más plural. Hemos avanzado hacia una València de oportunidades y derechos para todas las personas, diversa, moderna y sostenible.

Estoy muy orgulloso de la ciudad que juntos y juntas estamos construyendo, una capital mediterránea y europea hecha con la vitalidad de nuestros barrios y pueblos, el trabajo de los vecinos y vecinas y el dinamismo de nuestros mercados, comercios y empresas. Una ciudad que vive y respira con pulmones verdes como la Albufera o el Jardín del Turia, que se alimenta de la huerta y que se reencuentra en las plazas, que vuelven a ser de la gente. Una ciudad que sueña con vivir en paz y convivencia, con prosperidad, identidad y cultura. Somos Capital Mundial del Diseño. Somos Fallas, pólvora, música y tradición. Somos también tierra de acogida de quienes huyen del hambre o la guerra.

El futuro, pese a las incertidumbres de la economía global, lo encaramos con certezas y metas claves para alcanzar en los próximos meses, como ser Capital Verde Europea y Capital de la Innovación, y con el horizonte ya muy cercano de haber hecho posible el inicio del mayor proyecto urbanístico de las últimas décadas para València, el canal de acceso ferroviario. Un plan que coserá los barrios del sur de la ciudad que, después de 170 años separados por un muro de vías, volverán a abrazarse ahora con un gran bulevar verde. Un proyecto que debe suponer el impulso definitivo para el Corredor Mediterráneo y la mejora de las infraestructuras ferroviarias de cercanías imprescindibles para el día a día de miles de personas.

Firmado por 550 millones de euros el convenio para el soterramiento de las vías en València

Nadie puede quedarse atrás, porque València es una ciudad que promueve los valores de la libertad, la igualdad y la inclusión

También nos sentimos orgullosos del nuevo rumbo que ha tomado la Marina, recuperada para la ciudad como un espacio de ocio, de náutica y distrito de innovación y creatividad, un referente de la capacidad de València para atraer inversiones y talento. El buen trabajo de València también puede reconocerse con la captación de fondos europeos para la reconstrucción, con decenas de proyectos que transformarán por completo la ciudad, hacia un modelo sostenible, saludable y de oportunidades.

Al principio les hablaba de lo orgulloso que me sentía de la sociedad valenciana por su capacidad de alzarse con fuerza después de un golpe tan duro como fue la pandemia. Por eso, las últimas líneas las quiero dedicar a las personas más vulnerables, aquellas que más sufren la subida de precios y la crisis energética global, con un mensaje claro: este Gobierno trabajará con mayor decisión, ideas y dedicación para fortalecer los derechos y la justicia social. Nadie puede quedarse atrás, porque València es una ciudad que promueve los valores de la libertad, la igualdad y la inclusión. Porque València es la ciudad de todas las personas, la ciudad que quiere crecer contigo.

Valencianos y valencianas, ¡visca València y feliz 9 d’Octubre!