Cortes totales, sin agua caliente y con la calefacción a 19º: el plan de choque de Italia, Francia o Reino Unido para un duro invierno

Varias personas pasan por una tienda de ropa con las luces apagadas en Madrid.
Varias personas pasan por una tienda de ropa con las luces apagadas en Madrid.
JUAN BARBOSA / EP
Varias personas pasan por una tienda de ropa con las luces apagadas en Madrid.

"La sobriedad se ha impuesto como una necesidad". Esta frase de la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, anticipa lo que ya se sabe: el invierno será muy duro desde el punto de vista energético ante la crisis con Rusia y en plena guerra en Ucrania. Ha cambiado el paradigma y las políticas de ahorro se han impuesto en la agenda de los gobiernos europeos. Después de dar unos primeros pasos al acabar el verano, serán los meses de más frío los que condicionen las decisiones políticas. Algunos países ya tienen sus hojas de ruta:

Francia pretende reducir en un 10% su consumo de energía en los dos próximos años y quiere hacerlo con recomendaciones y no tanto con obligaciones. "No habrá una policía de las temperaturas", avisa el Gobierno galo. Pero en todo caso potencia una serie de medidas que van desde cortes de agua caliente en los edificios públicos a limitar la calefacción a 19 grados. Además, el Ejecutivo de Macron quiere potenciar el teletrabajo y pide a los ciudadanos que adopten medidas más simples como compartir coche, especialmente para los viajes cortos.

Asimismo, Francia planea una inversión de unos 150 millones de euros en los edificios públicos precisamente para mejorar su eficacia energética. Quieren, por otro lado, que el trabajo desde casa crezca un 15% en los próximos meses, aprovechando tendencias que se han mantenido desde la pandemia de Covid-19. "Si la nación en todo su conjunto respeta este objetivo, que básicamente es voluntario, superaremos este invierno, incluso en el peor de los escenarios", sentenció Macron.

¿Es posible un escenario dramático en el Reino Unido?

En el Reino Unido la situación podría ser todavía más drástica, pues los ciudadanos podrían sufrir cortes de electricidad durante unas tres horas al día este invierno si los suministros se redujeran de manera extrema, según alertó este jueves la empresa gestora de la red eléctrica del país National Grid System Operator (ESO). En un informe, la compañía señaló que se trata de un escenario "improbable", aunque avisó de que las interrupciones de suministros, en caso de que la actual crisis energética escale, son una posibilidad.

La empresa indicó que los hipotéticos cortes ocurrirían en horas de pico de consumo, durante las mañanas o a primera hora de la tarde, y se alertaría a los consumidores por adelantado. Pese a todo, National Grid también enfatizó que, en principio, no se espera que los hogares afronten problemas. El Reino Unido depende en gran manera del gas para producir electricidad y las centrales eléctricas de gas generan más del 40% de la electricidad nacional. También se importa electricidad de Europa continental.

El ESO, que gestiona esos suministros en Inglaterra, Escocia y Gales, avisó hoy de que la invasión de Rusia a Ucrania ha creado "turbulencias sin precedentes y volatilidad" en los mercados energéticos y muchos países europeos han tenido que buscar suministros alternativos. Si bien el Reino Unido depende mucho menos del gas ruso que Europea continental, podría igualmente verse afectado por los efectos derivados de las carencias de suministros en el continente. Si bien la visión general del informe mantiene que habrá suficiente gas para abastecer al país a niveles similares de electricidad de inviernos previos, también contempla otros escenarios que podrían surgir.

En Italia, quince días menos de calefacción

Italia se suma a estos planes. Allí las calefacciones de gas funcionarán este invierno quince días menos y tendrán un límite de temperatura máximo, reducido en un grado, según las medidas decretadas por el Gobierno para ahorrar. El ministro para la Transición Ecológica, Roberto Cingolani, con competencias en materia energética, firmó el decreto que define nuevos límites temporales al funcionamiento de los sistemas de calefacción y climatizadores alimentados con gas natural.

Las medidas están incluidas en el Plan de Reducción del Consumo de Gas, dividido en dos estrategias: la diversificación de la fuente, que ha conseguido suplantar a Rusia con Argelia como primer suministrador, y la reducción de la demanda interna de esa materia. Para ello, el decreto establece que el tiempo de funcionamiento de esas calefacciones se reducirá en una hora diaria y en todo el periodo invernal se acortará en quince días, retrasando en ocho la fecha de inicio y adelantando en siete la del final.

Por otro lado, el ministro ha decidido reducir en un grado los valores máximos de temperatura del aire en estos edificios. El decreto establece una temperatura máxima de 17 grados, con dos de tolerancia, para los establecimientos dedicados a actividad industrial o artesanal y de 19 grados, con otros dos más o menos de tolerancia, para el resto de edificios.  

Por su parte, el primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, defendió este jueves dar una respuesta europea a la crisis de los precios de la energía y propuso canalizar los fondos no utilizados del Plan de Recuperación y Resiliencia poscovid para apoyar a las empresas en vez de contraer nueva deuda. "Antes de empezar a discutir si es necesaria nueva deuda, podríamos tener una discusión más práctica: ¿Qué está disponible de los recursos ya existentes y movilizados por la Unión Europea para financiar un programa de esta naturaleza?", dijo desde Praga.

Compras conjuntas y una 'excepción' generalizada

Esto coincide en el tiempo con una cumbre decisiva de los líderes de los 27 Estados miembros de la UE. Sobre la mesa estará la propuesta de la Comisión Europea, que se centra en una "hoja de ruta" con cuatro bloques de ideas que pasan, primero, por seguir negociando precios con suministradores "de confianza", como Noruega y Estados Unidos y, en paralelo, continuar desarrollando una plataforma de compras conjuntas de gas en la UE para evitar que la competencia entre países eleve los precios del gas natural licuado (GLN).

En segundo lugar, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, también aboga por extender a toda la UE la "excepción ibérica" que limita el contagio de la carestía del gas a la electricidad en España y Portugal, mientras se prepara una reforma de calado del mercado eléctrico. Apuesta, además, por aumentar los fondos destinados a inversiones en energías renovables para que la UE gane "independencia energética".

Quince Estados miembros, entre los que se cuentan Francia, Italia, España, Polonia, Bélgica, Eslovenia, Portugal o Grecia, llevan semanas presionando para que la UE imponga un precio máximo de compra a todas las importaciones de gas, y de paso, para que se reforme el índice de referencia del precio del gas en la UE, el TTF de Ámsterdam, que consideran que no refleja el peso en el mercado del GLN y es terreno fértil para la especulación. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento