Desde hace 25 años, el 4 de octubre estaba marcado en el calendario de la Casa Real. Fue el día en el que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se dieron el 'sí, quiero' en la Catedral de Santa Eulalia de Barcelona. Sin embargo, ahora se ha convertido en un amargo aniversario en el que ya no se pueden celebrar las bodas de plata.
El pasado mes de enero salieron a la luz las primeras fotografías de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia, su actual pareja, que hicieron dinamitar por completo la relación con la hija de Juan Carlos I. Desde entonces, se le ha podido ver con la abogada en diferentes circunstancias.
Por su parte, la infanta Cristina se ha refugiado en su trabajo para sobrellevar uno de los momentos más duros de su vida, a pesar de que hace tan solo un año que se vio a la expareja derrochando complicidad y amor por la Ciudad Condal.
En el recuerdo de todos los españoles queda la multitudinaria boda de los exduques de Palma hace 25 años. En ella, unos enamorados Cristina e Iñaki se dedicaban tiernas miradas ante una abarrotada catedral. Sin embargo, hasta ese momento, la relación también tuvo sus baches.
Poco después de comenzar el noviazgo, salió a la luz que el exdeportista, mientras tanto, también mantuvo una relación con Carme Camí, su anterior novia, con quien supuestamente hizo planes de boda días antes de casarse con la infanta.
La entrada de Iñaki en la familia real tampoco fue fácil. Al parecer, según indican en Salvar al rey, Juan Carlos I nunca se fio del vasco porque veía similitudes con él, lo que provocó las presiones del monarca al que terminó siendo su yerno.
El emérito hizo todo lo posible por evitar la boda, llegando incluso a pedir un sabotaje de la relación por Queca Campillo, su amante. Sin embargo, las claras muestras de enamoramiento de Cristina hicieron que terminara aceptando el enlace, con la condición de que no vivieran en un piso, lo que convirtió a Urdangarin en un hombre de negocios.
Quizá ese cambio fue el inicio del fin de su relación con el estallido del Caso Nóos, que llevó a la infanta al banquillo de los acusados, algo impensable años antes, donde incluso tuvo que escuchar incómodos mails de su marido con la mujer de un amigo, aunque decidió perdonar la infidelidad, pero que le llevó a enfrentarse a su familia.
Tras pasar por prisión, en 2021, Iñaki Urdangarin recibió el tercer grado y se trasladó a Vitoria para vivir con su madre, mientras que la infanta Cristina continuó en Suiza con sus hijos. Y fue precisamente en la capital alavesa donde se enamoró de Ainhoa Armentia, con quien empezó a trabajar en un bufete de abogados.
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