La madre de un niño de cuatro años acompañó a su hijo al autobús que lo llevaba a la escuela en Meira, Lugo, pensando que acudiría, como cada mañana, a sus clases. Sin embargo, el pequeño se quedó olvidado dentro del vehículo, logrando salir por sus medios y quedándose solo y sin vigilancia en las inmediaciones de una estación de servicio, según ha informado El Progreso.

Los hechos ocurrieron a principios de septiembre, cuando el microbús  que transportaba a los estudiantes llegó al centro educativo y el menor, en lugar de bajar, se quedó en su asiento. El conductor, sin darse cuenta, continuó con su ruta habitual para quedar estacionado al lado de la gasolinera O Granxeiro, junto a la Nacional 640.

Tras quedarse ahí durante más de una hora, el niño consiguió salir por la puerta del conductor que, aunque estaba cerrada, no estaba bloqueada. Según ha explicado el abuelo al diario gallego, el niño se disponía a cruzar la carretera para ir al bar de enfrente cuando una persona que estaba en el interior del local se percató y lo frenó. 

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"Había un chico al otro lado y le gritó que se quedara quieto, que no cruzara, y se quedó. Y menos mal, porque este hombre no pudo cruzar en ese momento porque venían tres coches", ha indicado el familiar. Así, una trabajadora de la estación de servicio y una tercera persona, residente en Meira, atendieron al pequeño. 

Precisamente esta última se hizo cargo del pequeño y lo llevó en su coche al centro escolar, desde donde contactaron con la familia y la avisaron sobre lo que había ocurrido.

La familia, por su parte, entiende que lo ocurrido fue un error por parte del encargado que acompaña a los alumnos en el autobús, pero, aún así, y tras hablar con las partes implicadas, al final ha decidido no presentar ningún tipo de denuncia. 

Por otro lado, el menor, que al principio de curso quería ir en bus porque le hacía ilusión, según ha señalado el abuelo, ahora no quiere ir en ese medio de transporte y es su madre quien se encarga de llevarlo al colegio.