Bruselas propone un nuevo paquete de sanciones que incluye el tope al precio del petróleo ruso

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, comparecen en rueda de prensa para condenar el ataque ruso a Ucrania.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
COMISIÓN EUROPEA
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, comparecen en rueda de prensa para condenar el ataque ruso a Ucrania.

Mientras Putin prepara la anexión oficial de varias zonas de Ucrania la UE quiere redoblar la presión sobre Rusia. Así, la Comisión Europea ha propuesto este miércoles un nuevo paquete de sanciones contra Moscú que incluye, entre otras cosas, la opción de poner un tope al precio del petróleo ruso. El energético es el gran frente para los 27 ahora mismo y Bruselas prefiere 'atacar' el crudo, pero no el gas. Otra medida relevante es que los ciudadanos comunitarios no puedan sentarse en los consejos de administración de las empresas estatales rusas. Esto tiene un ejemplo muy claro: el excanciller alemán Gerhard Schroder, que ha pasado por altos cargos por ejemplo en Gazprom.

La Comisión decide atacar los pilares rusos pero más a pequeña escala buscando un consenso que cada vez es más complejo entre los 27, que ahora tendrán la pelota en su tejado. En una comparecencia conjunta, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el Alto Representante, Josep Borrell, añadieron también que se propone ampliar la lista negra de individuos y empresas responsables de las consultas ilegales en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia y la movilización de reservistas. Algunos países, además, han propuesto que la lista de afectados incluya también al patriarca Kirill, algo a lo que ya se opuso Hungría hace unos meses.

Otra de las propuestas pasa por nuevas prohibiciones de exportación hacia Rusia de materiales decisivos para su industria militar y tecnológica, de tal manera que, dice la Comisión, se puedan seguir minando las capacidades de su Ejército. Bruselas calcula que el valor total de este veto ascendería a unos 7.000 millones de euros. "Estamos intensificando nuestros esfuerzos para tomar medidas enérgicas contra la elusión de las sanciones. Por lo tanto, estamos agregando una nueva categoría para poder enumerar a las personas si eluden nuestras sanciones. Esto tendrá un gran efecto disuasorio", añadió Von der Leyen.

"Rusia está utilizando las ganancias de la venta de combustibles fósiles para financiar su guerra. Hoy estamos sentando las bases legales para un tope en el precio del petróleo. Ayudará a reducir los ingresos de Rusia y mantendrá estables los mercados mundiales de energía", sostuvo la presidenta de la Comisión sobre la medida 'estrella' de este octavo paquete, cuya preparación se aceleró después de la movilización parcial anunciada por el Kremlin. Pero el poder de decisión reside en los Estados miembros, y ahí el camino se va a complicar.

¿Por qué? Porque no todos están a favor de estas medidas. El mayor freno es Budapest. Tanto es así que el Gobierno de Viktor Orbán lleva días reiterando su intención de convocar un referéndum para calibrar el apoyo ciudadano a estas sanciones y también un plan para que antes de final de año dejen de estar en vigor para Hungría las medidas aprobadas hasta ahora. El país magiar es considerado el caballo de Troya de Putin en la UE y ha reiterado que no está por la labor de dar su visto bueno para la aprobación de nuevas sanciones. Dado que la luz verde tiene que ser por unanimidad, se complica mucho el acuerdo.

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