Entrevista

Pablo Ibarburu: "El técnico de una sala se enfadó por un chiste y me quitó las luces"

Pablo Ibarburu, en una de sus actuaciones.
Pablo Ibarburu, en una de sus actuaciones.
Cesc Maymo
Pablo Ibarburu, en una de sus actuaciones.

El humor tiene sus templos, lugares donde la comedia no tiene límites. Es el caso de la nueva Sala de Humor Fuencarral. Es un local poco ortodoxo, sito como está en las instalaciones de CINESA Proyecciones, en la calle Fuencarral, 136 de Madrid. Es una sala creada exprofeso para el humor y uno de los cómicos que la inauguran (en su caso este viernes, a las 22.15 h y repite el día 21 de octubre)es el televisivo Pablo Ibarburu. Hablamos con él sobre este nuevo espacio, sobre el humor y sobre lo que él llama la 'beca Broncano'.

¿Le gusta el ambiente de la nueva sala?Lo han ambientado bastante guay, con una tarima de madera y le han puesto luces nuevas y el sonido... es un sitio bastante guay para actuar. Yo estaba buscando un sitio así, un poco más pequeño, he estado en teatros más grandes en Madrid, pero me apetecía y me gusta más actuar para menos gente. Me gusta escuchar las risas y distinguirlas y poder hablar un poco con el público.

¿Cómo es su espectáculo? ¿Qué es lo que va a llevar a este local?Lo mío es un es un stand-up al uso, algo más de una hora de comedia con historias, anécdotas, chistes, estúpidos… las tonterías de siempre.

Cuando le contratan para un espectáculo, ¿le ponen límites o le dicen 'este chiste no'?No, yo por lo menos nunca he recibido de ninguna sala ningún tipo de pregunta, ninguna presión, ni nada, la verdad. Yo creo que la gente que más a favor está de la comedia son las salas y los teatros de España y no te presionan nada. Tampoco yo lo veo tan negro para hacer comedia.

¿Todavía tienen margen en plena era de la cultura de la cancelación?Yo creo que ahora se ha abierto un poco más el público y toca modernizarse un poco. Me da la sensación de que también hay muchos cómicos que les cuesta ese ejercicio de modernizarse. Creo que también es cosa de trabajar, de esfuerzo y de ir probando y seguro que no vamos a meter en líos, pero es cosa del oficio.

¿La Resistencia es una burbuja en televisión en la que son libres y pueden llevar al extremo las bromas?No sé hasta qué punto tiene que ver con la libertad de expresión o más con la forma de trabajar. En La resistencia se busca la naturalidad y expresarse de forma natural. Yo lo que veo que en algunos programas es todo muy forzado, muy ensayado, muy encorsetado.

Y no es el caso…Lo bueno de este programa es que nadie te pregunta nada, te dejan hacer lo que quieras. Nadie nunca me ha preguntado qué voy a hacer. Yo voy con mis 10 minutos y lo que pase, que pase.

¿Varía la forma de humor según va pasando el tiempo, según te haces mayor?Para mí sí, pero más por por saber hacer mejor la comedia. Yo creo que es un trabajo que hasta que no llevas 25 años... yo todavía me considero bastante mal cómico. Creo que alguien para ser bueno en el stand-up, tiene que llevar 20 o 25 años. Siempre estás intentando mejorar… y fijándote no tanto Twitter y estas cosas de las que se habla, sino más en la sensación que te da el público en directo.

¿Qué ha detectado en esa sensación?En los últimos años creo que el público está buscando un poco más de evasión, por todo lo del COVID, la pandemia y las crisis económicas que se van juntando. Y me daba la sensación de que lo que el público quería era más de evasión, así que tiré más por la tontería y me alejé un poco del tema político

¿Y que sea más crudo en los chistes?Lo que noto es que el público está queriendo que arriesgue un poquito más, así que ahora he vuelto a algunas cosas políticas… ,Yo voy girando con lo que me dice el público en vivo e intento no leer mensajes de Instagram, ni de Twitter, ni nada de eso.

Muchos cómicos están en redes para promocionarse o tener presencia…Yo es que tengo la suerte y el privilegio de tener lo que yo llamo 'la beca David Broncano', que es que básicamente me pagan por escribir y por arriesgar y por probar mierdas y no dependo tanto de tuitear cosas, porque el público ya me conoce gracias a la fama de David Broncano.

¿Las críticas en redes son una fuente fiable?Lo que yo veo es que que la gente que comenta en Instagram y Twitter hay muchas veces que ni siquiera ha visto tu show. A veces comentan porque han visto un clip de un minuto o de 30 segundos y no les ha gustado, pero igual que a mí tampoco me gusta a veces algo mío de 30 segundos… Es más importante fijarse en el público que viene a verte una hora entera. Ahí vas viendo la reacción, si algo les gusta, si algo no… y vas adaptándolo en función de lo que te diga el público con las risas, con los abucheos...

¿Cómo es vivir del humor?Vivir del humor está guay, pero lo haría igualmente aunque no viviera de ello. He vivido muchos años trabajando de camarero 8 horas y luego me iba a actuar por las noches.

¿A sus padres les habría dado una alegría mayor si les hubiera dicho, ‘me voy a dedicar al Derecho antes que a la Comedia?Yo es que tengo 7 hermanos, entonces tampoco saben muy bien cuál soy yo, les importa poco (risas). Siempre me han apoyado en lo que quisiera hacer, les daba un poco mientras yo fuera feliz.

¿No hay que renunciar siendo cómico a una vida estable, con hipoteca?En algunos casos, si... Yo he tenido mucha suerte, por lo que te digo de la Beca Broncano... algún día se me acabará, pero por ahora estoy muy agradecido.

¿Ha habido algún chiste que usted mismo se haya censurado y no se atreviera a decirlo? ¿Sobre qué iba?No, la verdad es que yo cuento todo lo que quiero. Lo único que me preocupa a veces es no expresarme bien, así que lo que me pone nervioso no es tanto que la gente se enfade, sino que yo no me haya expresado bien al contarlo y se me haya malentendido.

¿Y si sí se expresó bien?Si yo he explicado bien lo que yo quería decir y alguien se ofende… ojalá que no pase, pero es inevitable.

¿Hay alguna persona que haya sido su descubridor o descubridora?No sé si todos los cómicos tienen uno… En mi carrera hay muchos… en mi caso, por ejemplo, Celia Montalbán. La gente no le conoce, pero es la directora del Yu, No te pierdas nada y ha dado muchas posibilidades a muchos cómicos. Yo por ejemplo entré de guionista, con Diego Fabiano, que es otro cómico y poco a poco nos iba metiendo en el programa. Y a través de ahí, pues Ricardo Castella y David Broncano y Jorge Ponce me dijeron de ir a Loco Mundo… Gracias a Quequé, también…

¿Hay mucho corporativismo en el mundo de la comedia?Yo lo veo más como una hermandad... aunque no conozcas a un cómico le apoyas, porque al final todos somos fans de la comedia. Yo antes que cómico soy fan. Si veo a un cómico o una comida que me gusta, lo que quiero es ayudarle para que le vaya bien, para que haya mas contenido de ese estilo.

Estudió en Estados Unidos y tiene referencias de fuera, ¿el humor español es distinto o estamos dentro de la globalización como en tantas otras cosas?Por lo que he podido ver en monólogos, allí que viajé a Nueva York y a Los Ángeles hace como tres o cuatro años, no me parece que el nivel sea muy distinto. Allí hay cómicos que son muy, muy buenos, pero lo que ves en los bares es muy parecido a lo que se ve aquí en España.

¿Tenemos una temática muy local o el humor español es exportable?Al final todo el mundo se basa en cosas locales para hacer su humor, para expresarse, pero muchas veces si vas a lo específico, al final acaba siendo universal. Entonces yo, por ejemplo, si escucho un álbum de Kendrick Lamar [rapero de EE UU] y me habla de Compton y de cualquier la calle en la que está él con sus amigos en una barbacoa al final, aunque yo no conozca esa calle, me recuerda a mis amigos haciendo una barbacoa.

¿Se le han ofendido alguna vez mucho en un espectáculo?Una vez sí, pero fue el técnico de luces, por un pequeño chiste que hice sobre ETA. Y me apagó las luces. Al final del espectáculo se me acercó para explicarme que me las había apagado queriendo y que no le había hecho ni puñetera gracia el chiste. Yo ni me había dado cuenta de que se habían apagado las luces, se fueron como cinco segundos o diez y pensé que había sido un error y luego me vino a explicar que no, que no. No venía a pedirme perdón, sino a explicarme que quería joderme. No me salió enfadarme. Lo único que le dije fue “ah, lo siento, señor”. Luego pensé que me tendría que haber enfadado.

Usted es del País Vasco, ¿los chistes de ETA son como como los chistes de judíos, que se dice que solo los judíos pueden hacerlos?No lo sé, la verdad… yo no intento hacer daño nunca. Si cuento algo sobre ETA es para explicar otra cosa que veo que es necesario expresar. Por ejemplo, en ese chiste habló más sobre la libertad de expresión que sobre ETA, pero necesito decir lo de ETA para que me ayude al chiste que tengo, que realmente es sobre la libertad de expresión.

En los Roast Battle los cómicos se meten entre ellos y van a lo personal, ¿un cómico supera la capacidad de ofenderse cuando se meten con él?En mi caso no me gusta hacer los Roast, no porque yo me sienta ofendido, porque no me puede ofender nada, sino por la sensación de que yo estoy ofendiendo a alguien. Y sé que voy a dormir fatal, si hago eso durante un par de noches, porque una vez me vea en ese en el espacio del Roast, voy a querer ganar porque son muy competitivo y sé que voy a decir cualquier locura para hacer para hacer reír, y me da miedo pasarme del límite y hacerle daño a otro.

La Resistencia le habrá dado popularidad, ¿qué le dicen por la calle?Sobre todo lo me dicen que soy más alto de lo que creían. Creo que la gente que piensa que mido como un metro veinte, porque como David tiene como dos metros treinta… por contraste…

¿Sabía lo de Grison y su falsa operación de estética?Hombre claro, yo no sé cómo la gente ha caído tanto en lo del Bótox. Yo he tenido más que nunca gente preguntándome a ver si era real lo de la operación. Yo pensaba que era bastante obvio, pero parece que los del maquillaje hicieron un trabajo increíble.

Le coló a casi todo el mundo... Es verdad que Grison es un talento. Se supone que es músico, pero el cabrón actúa increíble y todos sus chistes son increíbles. Y cuando empezó a ir a lo específico a decir "por aquí, se siente como si tuviera un grano por dentro", cosas tan detalladas…

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