Los western más atípicos

Indios y vaqueros, hombres duros como el acero, la conquista del lejano Oeste... Tras la explosión del género en los años 50 y 60, algunos realizadores han apostado por salirse de un guión plagado de tópicos.
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Redacción
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Dos rudos vaqueros se enamoran locamente. El uno del otro. Es la trama de Brokeback Mountain, la triunfadora del Festival de Venecia. No es habitual salirse del tópico «cowboy bueno, indio malo». Sin embargo, algunos directores han apostado por dar una vuelta de tuerca a la historia tradicional.

Johnny Depp hacía en Dead Man un viaje espiritual guiado por un nativo, en un filme crítico con el trato a los indios. Una visión similar mostró la oscarizada Bailando con lobos, en la que Kevin Costner se integraba en una comunidad Sioux.

No han faltado taquillazos protagonizados por mujeres, como Rápida y mortal, donde Sharon Stone dejaba a la altura del betún a sus colegas masculinos. Otras cuatro guapas encabezadas por Drew Barrymore protagonizaron Cuatro mujeres y un destino.

Pero el enfoque más original lo ha dado el cine de serie B, con títulos menos conocidos como el futurista Los 7 magníficos del espacio, o Caníbal, un musical gore de los creadores de South Park.

Spaghetti

El desierto de Almería fue, en los 60,  un centro de peregrinación de cineastas. Entre ellos, el italiano Sergio Leone. La proximidad geográfica y los bajos costes le impulsaron a rodar, en 1964, Por un puñado de dólares, inicio de una trilogía con la que saltaría a la fama Clint Eastwood. El género, llamado Spaghetti Western, apenas duró hasta principios de los 70.

Vaqueros y samuráis

Los Siete Magníficos fue un remake americano de la nipona Los Siete Samuráis. Entre el lejano Oeste y el Japón feudal hay más paralelismos de los que parece: honor, venganza y una sociedad donde prima la ley del más fuerte. Hoy, películas como Kill Bill, de Quentin Tarantino, rinden homenaje a ambos géneros.

Las frases más famosas

–El tuyo cayó primero.

–Sí, pero el mío era más alto.

–¿Has estado casado alguna vez?

–Creo que nunca he estado así de borracho.

–¡Pecadores, blasfemos, borrachos, fornicadores!

–¿Qué es un fornicador?

–No lo sé, no soy hombre religioso.

–¡Eh, amigo! Te pareces a alguien que vale 2.000 dólares.

–Pero tú no te pareces al que va a cobrarlos.

–Veo que usted no tiene amigos en esta ciudad.

–Sí, sí los tengo.

–¿Y dónde están?

–En el cementerio.

«Yo que tú no lo haría, forastero»/«Me recuerda usted mucho a mi madre. Era la mayor furcia de Alabama»/«Jamás he engañado a nadie que no pensara que podía engañarme a mí»/«Tuve suerte, siempre tengo suerte matando».

«Ahora voy a salir, si veo a algún cabrón ahí fuera, le mataré, y si se le ocurre dispararme, no sólo le mataré a él, sino que mataré a su mujer, a todos sus amigos, y quemaré su maldita casa, (...) y como alguno de vosotros vuelva a maltratar a otra puta, volveré  y os mataré a todos, malditos hijos de perra. (‘Sin perdón’).

Clásicos. El bueno, el feo y el malo, Murieron con las botas puestas, La diligencia, Horizontes lejanos, Centauros del desierto, Río Bravo o Siete novias para siete hermanos son algunos de los títulos inolvidables del género.

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