Gobierno y PP llegan a la reunión sobre energía con la promesa de escucharse, pero sin ceder en sus líneas rojas

  • Es el segundo encuentro bilateral entre PSOE y PP desde que Feijóo llegó a Génova. 
  • Los 'populares' acuden con el mismo plan que remitieron hace dos semanas y que el Gobierno tildó de "decepción".
Reunión de Juan Bravo y Teresa Ribera, en 2019.
Reunión de Juan Bravo y Teresa Ribera, en 2019.
Junta de Andalucía
Reunión de Juan Bravo y Teresa Ribera, en 2019.

El Gobierno y el PP se reúnen esta tarde para abordar la crisis energética, agravada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La cuestión está presente a diario en el debate político, en el Congreso y, de vez en cuando, en el Senado -como el polémico careo entre el presidente Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo-. Pero nunca antes se han sentado solos en la misma mesa para tratar de acercar posturas en este asunto. Desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a Génova, PSOE y PP solo se han citado en una reciente ocasión para tratar de renovar el CGPJ.

La disposición de ambos partidos para aceptar el modelo energético del contrario recuerda a aquel episodio sobre los jueces. Porque hoy, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, llegan a la reunión sobre energía con la promesa de escucharse, pero sin ceder en sus líneas rojas. "Vamos con idea de escuchar, no de imponer", sostienen fuentes del PP, las cuales, no obstante, mantienen su exigencia de que España aplique exactamente las medidas que propone Europa. "Si no se llega a ningún acuerdo, es porque el Gobierno no quiere aplicar las medidas de la comisión europea", aseguran desde Génova.

La vicepresidenta tercera no hizo muchas más concesiones al entendimiento cuando el martes indicó qué espera del encuentro con Bravo. "Será importante tener esa conversación para entender cuál es el sentido de la estrategia que pretende el PP, porque lo que hemos visto es, dicho de manera muy coloquial, que se dispara en todas las direcciones, hacia el pasado, hacia mantener lo que hay y hacia orientar el futuro, aunque no se vea recogido en el día a día de las administraciones que gobierna". 

Que España siga la estela de Bruselas continúa siendo el argumentario de los populares, quienes llevarán a la cita la misma propuesta que ya remitieron a Moncloa la semana pasada y que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tildó de "decepcionante". En ella, el PP propone menos impuestos al combustible, topar el precio de las energías o apostar por el Midcat y rechazar la excepción ibérica, entre otros. 

Un día antes de la reunión, fuentes de Transición Ecológica subrayaban que el plan del PP incluye muchas medidas ya conocidas y acordadas y otras que el Gobierno no está dispuesto a aceptar, como cambiar el calendario de previsto de centrales nucleares o incluso suspender en la UE el comercio de emisiones de CO2.

En el departamento de Ribera tampoco parecen dar muchas posibilidades a una propuesta en la que el PP ha incidido especialmente en los últimos días para incentivar el ahorro de electricidad. Ofrecer descuentos de hasta el 40% en la factura de la luz y del gas a aquellos usuarios que ahorren su consumo energético en un 20% es algo que figura en el plan del PP y en lo que este martes insistió particularmente su portavoz en el Senado, Javier Maroto, ante Ribera: "¿Va a tener en cuenta, esta vez, la propuesta de Feijóo para que las familias y las empresas que ahorren en su consumo de luz y gas puedan tener un descuento directamente en sus posturas?". La vicepresidenta lo descartó. "Esta medida se parece a la eliminación del impuesto de patrimonio en Andalucía: de qué manera podemos favorecer a aquellos más favorecidos".

El plan energético del PP incluye otras medidas que el Gobierno ya ha puesto en marcha, como abaratar el transporte público y otras que están en proceso, como reformar la tarifa regulada. Pero, sobre todo, la máxima discrepancia es el impuesto a la banca: el PP exige que se retire la tasa a un sector que, en su opinión, nada tiene que ver. Europa tampoco lo contempla en su plan. Sin embargo, el PSOE insiste en que la banca, como las energéticas, también se lucra de la crisis. Cierto es que el Gobierno ha adoptado otra de las líneas rojas que marcó hace días el equipo de Feijóo, como pide Bruselas: que el impuesto sea sobre los beneficios extraordinarios y no sobre los ingresos totales. 

Hacienda "ajustará" su impuesto a las empresas energéticas a lo que finalmente apruebe Europa. Es decir, que irá modificando el proyecto que consiguió empezar a tramitar en el Congreso pese al rechazo del PP que emplazaba al Gobierno a esperar la decisión de Europa.

Así las cosas, el PP acude a la reunión para ofrecer un plan cerrado mientras el Gobierno, de momento, sólo se abre a las medidas que coinciden con lo que ya prepara o propone la Comisión Europea.

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