A fondo

Una joven muerta por su velo, 7.000 agentes de paisano, una app para esquivarlos... la estricta Policía de la Moral iraní, en el ojo del huracán

Una mujer iraní durante la celebración de la ceremonia del Arbaeen
Una mujer iraní durante la celebración de la ceremonia del Arbaeen
EFE/EPA/ABEDIN TAHERKENAREH
Una mujer iraní durante la celebración de la ceremonia del Arbaeen

Mahsa Amini, una joven iraní de 22 años, murió el viernes en una comisaría de Teherán. La joven estaba detenida. Su delito era, según el régimen iraní, no llevar bien puesto el velo. Tras su detención, hace una semana, Amini sufrió un infarto y cayó en coma.

Tres días después murió. La policía iraní califica el incidente de "desafortunado" y niega haber matado a la joven, pero las protestas en Irán no han parado desde entonces.

Amini había sido detenida por la llamada Policía de la Moral del Gran Teherán. Este cuerpo policial se ocupa de detener a las mujeres que desafían las estrictas reglas impuestas desde la revolución islámica de Irán de 1979, entre ellas las muy rigurosas normas sobre el uso del hijab (el velo).

La forman unos 7.000 agentes encubiertos, que pueden multar o reprender verbalmente a las "incumplidoras"

Desde aquel 1979, Irán ha padecido distintas formas de "policía moral", según la BBC. Existía ya un cuerpo policial encargado del cumplimiento en público del código de conducta islámico. Integrado por mujeres, vestidas con un chador negro hasta los pies, arrestaban a toda mujer que no fuera vestida acorde con ese código.

Para reforzar su labor, en abril de 2016, la Policía de Teherán puso en marcha la Gasht-e Ershad, que ahora es el principal cuerpo encargado de vigilar la moral en las calles. Esta policía de lo "decoroso" la forman unos 7.000 agentes encubiertos, que visten de paisano y pueden multar o reprender verbalmente a las "incumplidoras".

Periódicos iraníes con la foto de Mahsa Amini, la joven que murió bajo custodia policial tras ser detenida por llevar mal colocado el velo islámico.
Periódicos iraníes con la foto de Mahsa Amini, la joven que murió bajo custodia policial tras ser detenida por llevar mal colocado el velo islámico.
ABEDIN TAHERKENAREH / EFE
Policías semejantes existen también en Sudán, Malasia o Arabia Saudita

¿De qué se encargan? ¿Dónde empieza y acaba la moral, la moral islámica, según el regimen de Teherán? Según esta policía, es una cuestión inmoral que una mujer lleve pantalones cortos; que vaya maquillada; que luzca un collar demasiado llamativo o un corte de pelo demasiado moderno.

En la extensa lista de lo indecoroso de la Ershad se incluye hasta pasear perros, según contó en 2016 The Guardian. La Policía de la moral, que con otras formas también existe en Sudán, Malasia o Arabia Saudí, persigue además la conducción temeraria o la contaminación acústica.

En aquel abril de 2016, Hossein Sajedina, el jefe de la Policía de la capital iraní, ya dijo que sus nuevos agentes iban a vigilar que las mujeres llevasen bien puesto el velo, justo lo que le costó su detención -y finalmente la vida- a la joven Mahsa Amini.

En Irán funciona una aplicación para los móviles que sirve para evitar a la Policía de la moral

Hecha la ley, hecha la trampa. En Irán funciona una aplicación para los móviles que sirve para evitar a la Policía de la moral. Se llama Gershad, y lo que hace es ubicar las furgonetas de estos agentes. Para hacerlo se basa en las localizaciones que comparten las usuarias.

Pese a la presión del régimen, que parece ajeno a la modernización que Irán muestra al menos en sus ciudades, cada día millones de mujeres desafían las restricciones. La mayoría de ellas llevan un manto estilo iraní, un pañuelo en la cabeza (más holgado) y una chaqueta por debajo de las rodillas.

Según las reglas islámicas "creadas" en Irán, todas las mujeres tendrían que llevar velo, manga larga, pantalón largo y camisola hasta medio muslo. Y si puede ser, el chador, que sólo deja ver el óvalo de la cara.

Malos tiempos para la moderación

En 2016, al crearse esta reforzada Policía de la moral, el entonces presidente iraní Hassan Rouhani dijo estar en contra, pero que la policía operaba bajo las directrices del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Hoy, Rouhani ya no es presidente y el tiempo de los moderados como él parece haber pasado en Irán.

En las elecciones presidenciales de junio de 2021, el clérigo ultraconservador Ebrahim Raisí, jefe del Poder Judicial, logró una aplastante victoria. Obtuvo 17,8 millones de votos, el 62% de todos los emitidos. El único candidato moderado que concurría a los comicios, el exgobernador del Banco Central, Abdolnaser Hematí, logró sólo 2,4 millones de votos. Estaban convocados a las urnas más de 59 millones de iraníes y sólo votaron 28,6 millones, lo que supone una participación inferior al 50%.

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