Después del estreno de MasterChef Celebrity, Emmanuel Esparza fue el primer expulsado de esta séptima edición. En la segunda entrega volvió a irse un actor, pero esta vez de Presunto Culpable: Eduardo Rosa.

Esto ocurrió tras una gala en la que el joven no consiguió atinar. En la primera prueba de la noche, que funcionó por parejas, Rosa intentó hasta cuatro preparaciones, pero tuvo problemas de cocinado con todas ellas y finalmente presentó una crema de calabacín que el jurado calificó como incomible.

Ona Carbonell y Carmina Barrios fueron las invitadas a un reto cuya mecánica consistió en que los integrantes de las parejas debían turnarse en una bicicleta estática para conseguir electricidad y agua corriente.

Esto le jugó una mala pasada a Rosa, a quien se le quemaron varios platos. Ya en exteriores, el actor estuvo en el equipo rojo, que fue el peor valorado del reto, grabado en Elche, por lo que le tocó ponerse el delantal negro. 

De regreso en plató, hubo dos posibilidades de que se librara de cocinar, pero ninguna se hizo efectiva. Para empezar, el equipo de los ganadores en la prueba de exteriores pudo salvar a uno de sus compañeros, y el afortunado resultó Xavier Deltell.

Este también pudo elegir a alguien, y optó por Pepe Barroso, al que notaba "un poco desubicado". Con ello, los nominados definitivos fueron Patricia Conde, Isabelle Junot, Eduardo Andina y Nico Abad. 

Pese a la complejidad de la prueba, que giró en torno a la cocina japonesa, la mayoría de concursantes consiguió, al menos, presentar alimentos con buen sabor. Pero hubo una excepción: Eduardo Rosa. 

Ya a la hora de juzgar su plato, un implacable Jordi Cruz le dijo que era bastante probable que el único viaje que lograra con su propuesta fuese uno a su casa, algo que llevó al actor a la lágrima y a comentar su frustración al ver que no mejoraba pese a sus esfuerzos, pues sentía que el mundo de la cocina se le resistía.

Pepe Rodríguez dijo después que no había mucho que deliberar, pues el resto de aspirantes había mostrado bastante nivel y solo había uno que había presentado algo que no estaba a la altura. Justo después, confirmó que se refería a Eduardo Rosa. 

Emocionado, este dijo que su ganador era Eduardo Andina, con quien tenía una relación muy especial, y que consideraba que "perder era no intentarlo lo suficiente", por lo que él no había perdido y se iba con la conciencia muy tranquila y con la determinación de seguir cocinando.