A Europa le duele la inflación. Ya llegará el invierno y seguramente nos duela el frío (por culpa de Putin, la guerra de Ucrania y la crisis energética), pero ahora nos duele la inflación. Le pasa a España, pero también al resto de países de la Unión Europea y también al Reino Unido (con subidas, como aquí, de dos dígitos).
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este martes el dato definitivo del Índice de precios de consumo (IPC) correspondiente al mes de agosto en España. Se confirma un nuevo récord en la inflación de los alimentos y deja en el 10,5% el el IPC de agosto. Los alimentos y bebidas se han encarecido un 13,8% respecto a 2021, un incremento sin precedentes en toda la serie histórica que se remonta a 1994.
Y aún nos queda. Los analistas de Funcas -el servicio de estudios de la patronal de las cajas de ahorro- calculan que 2022 cerrará con la subida de precios más alta de los últimos 37 años: una inflación del 9,1% que supera en más de un punto las previsiones de los cuatro grandes analistas institucionales (Banco de España, Comisión Europea, OCDE y FMI).
Las cosas pintan muy parecidas en la eurozona. El IPC en estos 19 países aumentó en agosto un 9,1% respecto al mismo mes del año anterior. Excluyendo energía y alimentos, la inflación subyacente subió a un nuevo máximo del 4,3%.
Para nuestra sorpresa, los precios siguen subiendo. No estamos acostumbrados. Pero, ¿cómo será vivir en un país donde la inflación sube un 70%, como pasa en Argentina o un 80%, como en Turquía? ¿O cómo arreglárselas en Venezuela, con un aumento del 114%? ¿Y qué decir de Líbano, con una inflación del 168%?
Líbano: la inflación "baja" al 168%
La que fuera Suiza de Oriente Medio atraviesa hoy una profunda crisis que está acabando con su moneda, con su PIB y con sus existencias de pan. En junio, el Banco Mundial llegó a afirmar que la crisis del Líbano es una de las peores registradas a nivel mundial desde mediados del siglo XIX. El PIB per cápita ha caído cerca del 40% desde 2018.
A finales de 2019 el sistema monetario libanés colapsó. Las cuentas en dólares quedaron virtualmente bloqueadas y los bancos solo permiten la retirada de efectivo en libras libanesas. A todo ello se sumaron las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de Beirut, la pandemia del Covid-19 y el desplome de la libra libanesa durante los últimos meses.
Casi el 80% de la población vive en la pobreza. Debido a la crisis económica, son comunes los desabastecimientos intermitentes de productos básicos, como el pan. La escasez de cereales ha disparado su precio. Antes de la guerra de Ucrania, Líbano importaba de aquel país el 60% del suministro de trigo.
Así, la tasa interanual del IPC fue en julio del 168,5%. Son 41,6 puntos menos que en junio. La variación mensual ha sido del 7,4% y la inflación acumulada en 2022 es del 50%. Destacan las subidas, en lo que va de año, de la medicina (104%), alimentación (69%) y el transporte (49%).
Venezuela: el IPC cae hasta el 114%
En agosto, la tasa de variación anual del IPC en Venezuela ha sido del 114,1%. Es un respiro: son 23 puntos menos que el mes anterior. La variación mensual del IPC ha sido del 8,2% y de ese modo la inflación acumula un avance del 60,5% en 2022.
Destaca el aumento del 81,9% de los precios de las Comunicaciones, de manera que su precio ya ha subido un 338,8% en lo que llevamos de año y un 544% en tasa interanual. También la enseñanza: un 185% en lo que llevamos de 2022 y un 426% en tasa interanual.
Pensando en las familias más vulnerables, los precios de la alimentación han crecido un 60,8% a lo largo del año y la interanual -de agosto de 2021 a agosto de 2022- un 108%.
Según el Banco Central de Venezuela (BCV), la economía del país ha crecido dos dígitos durante el último año. La actividad económica de Venezuela creció 14,6% y 19,07 en el tercer y cuarto trimestre de 2021, respectivamente, mientras que la mejora en los primeros tres meses de 2022 fue de 17,04% y entre abril y junio fue, aún como cálculo estimado, de 18,7%.
Turquía: la inflación crece hasta el 80%
La economía turca se ha deteriorado abruptamente. Los cálculos del BBVA -para quien Turquía es su tercer mayor mercado- apuntan que en agosto ha habido un cambio radical de la coyuntura y el PIB turco aumentará solo un 2,6%.
El banco español espera que en 2022 el PIB turco crezca un 5% con ciertas dudas, gracias a la subida del 7% de la primera mitad. Para evitar un desplome de la actividad, el Banco de Turquía rebajó en agosto los tipos de interés del 14 al 13%. Fue una medida sorprendente porque cuando la inflación está disparada no se bajan los tipos, se suben (como, por ejemplo, ha hecho el BCE).
Y en Turquía la inflación está disparada. En agosto alcanzó el 80,21% interanual, frente al 79,6% de julio, un nivel récord desde el año 1998. La subida del IPC se explica en gran medida por el derrumbe de la lira turca. En un año la moneda ha perdido un 55% de su valor respecto al dólar.
"El mayor problema al que nos enfrentamos ahora es el coste de la vida", reconoció el pasado martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Sin embargo se niega a cambiar su política monetaria. La razón: dentro de nueve meses hay elecciones.
Argentina: el IPC sube hasta el 71%
El país del tango, de Borges y de Maradona nunca levanta cabeza. Su economía parece ser un enfermo perpetuo gobierne quien gobierne. Y en el actual contexto de crisis mundial no podía ser de otro modo. En julio, la tasa de variación anual del IPC fue del 71%, 7 puntos más que el mes anterior. La variación mensual fue del 7,4% y la inflación en lo que va de 2022 es del 46,2%.
En Argentina duelen especialmente los precios de vestido y calzado, que han subido un 56% este año y acumulan un crecimiento del 96% respecto a julio de 2021. En hoteles, cafés y restaurantes la factura es hoy un 53% más cara que en diciembre y un 90% más que hace un año. Y las cosas de comer: subida del 48% en lo que llevamos de 2022 y de un 70% respecto a julio de 2021.
Parece que la economía ha tocado suelo. Al menos un análisis de Bank of America considera que parece estar estabilizándose en las últimas semanas. Y eso, cuando en julio la reserva de divisas se desplomaba y la inflación, como hemos visto, se disparaba.
Hace unos días, el Banco Mundial adelantó que desembolsará en los próximos seis meses un préstamo por 900 millones de dólares a Argentina, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo anunció un paquete de financiación para el país suramericano de 4.933 millones de dólares que serán desembolsados entre 2022 y 2023.
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