Los restos mortales de la reina Isabel II, que murió el pasado jueves a los 96 años en el castillo de Balmoral (Escocia), han llegado este martes por la tarde a Londres, donde se celebrará el funeral de Estado que tendrá lugar el próximo 19 de septiembre en la Abadía de Westminster.
Antes de la citada fecha, la capilla ardiente se establecerá desde este miércoles y durante cuatro días en el interior de Westminster Hall, donde se esperan largas colas de ciudadanos que quieran dar su último adiós a la soberana. A continuación, detallamos el programa previsto desde su salida de Edimburgo hasta la apertura de la capilla ardiente.
El ataúd ha salido esta tarde en una procesión fúnebre de la catedral de St Giles, donde más de 26.000 personas han presentado sus respetos a la monarca, y es transportado en un avión militar, acompañado por la princesa Ana, a la base aérea de Northolt, al este de Londres.
Tras aterrizar en la capital inglesa unos minutos antes de las 19:00 hora local (20:00 GMT), el cuerpo de la reina será trasladado por un cortejo fúnebre hasta el Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, donde el féretro real será instalado en la conocida 'Bow Room' (podría traducirse como 'salón de reverencias'), que es una habitación ubicada en el ala oeste de la mansión real en la que Isabel II solía celebrar audiencias privadas u ofrecer un almuerzo a los jefes de Estado que la visitaban, y por donde los invitados accedían al jardín en las fiestas celebradas al aire libre en palacio. La estancia alberga valiosos tesoros como mobiliario del siglo XIX o una vajilla del rey Jorge IV.
El miércoles por la tarde, el ataúd con los restos mortales de Isabel II será trasladado en procesión en un carruaje de artillería tirado por caballos.
El recorrido de la comitiva, desde el Palacio de Buckingham hasta el Palacio de Westminster, pasará por Queen's Gardens, The Mall, Horse Guards y Horse Guards Arch, Whitehall, Parliament Street, Parliament Square y New Palace Yard. Realizar este trayecto a pie son unos 20 minutos.
Una vez el ataúd llegue a Westminster Hall, el arzobispo de Canterbury llevará a cabo un breve servicio asistido por el reverendo David Hoyle, decano de Westminster, y por el rey Carlos III y otros miembros de la familia real, según ha informado el Palacio de Buckingham.
Tras este acto, Westminster Hall acogerá la capilla ardiente de la reina Isabel II, que se instalará hasta la mañana del día en el que se celebrará el funeral de estado, que será el próximo lunes 19 de septiembre a las 11.00 horas (12.00 en la Península ibérica) en la Abadía de Westminster (que permanecerá cerrada desde este martes para preparar el funeral de Estado).
La reina yacerá en un catafalco en Westminster Hall durante 24 horas al día desde las 17.00 hora local (18.00 horas en la Península ibérica) del miércoles 14 de septiembre hasta las 06.30 horas (07.30 horas en la Península ibérica) del lunes 19, día del funeral de Estado, que ha sido declarado festivo nacional.
Westminster Hall es el edificio más antiguo del Parlamento británico. Ha estado muy involucrado en la vida de la nación desde el siglo XI. El viaje de este imponente salón a lo largo de 900 años de historia acogerá desde este miércoles un nuevo e importante capítulo: albergar la capilla ardiente de la reina Isabel II, la monarca más longeva de Reino Unido.
Antes de este capítulo, en su historia más contemporánea, Westminster Hall sufrió los bombardeos de la II Guerra Mundial. El peor ataque se registró la noche del 10 de mayo de 1941, cuando tanto Westminster Hall como la Cámara de los Comunes fueron presas de las llamas. Según recoge la web del Parlamento británico, el Hall se salvó gracias a la rápida actuación del antiguo ministro de Sanidad Walter Elliot, que vivía cerca y acudió al lugar de los hechos para colaborar. "Los bomberos le comunicaron que era imposible salvar ambos edificios y él no dudó en pedir que concentraran sus esfuerzos en salvar el salón medieval". Hacha en mano, Elliot colaboró con las labores de extinción y Westminster Hall quedó pronto fuera de peligro.
Las autoridades británicas prevén filas interminables de gente esperando para acceder a la capilla ardiente de la reina Isabel II a partir del próximo miércoles, que obligarán "posiblemente" a tener que trasnochar para acceder al interior de Westminster Hall. El Ministerio de Cultura alertó en una nota difundida este domingo de que quienes quieran dar su último adiós a la soberana deberán soportar colas "muy largas" que implicarán una espera de pie de "muchas horas", con "muy pocas oportunidades de sentarse", y que requerirá "posiblemente pasar la noche".
Seguridad: ni barbacoas ni mensajes políticos
El Gobierno prevé retrasos en el transporte público y cortes de calle en el área, en pleno centro de Londres, por lo que pide a quienes quieran acudir a despedirse de Isabel II que planeen bien su visita.
Se instalarán controles de seguridad como los de los aeropuertos y las restricciones también limitarán a un solo bolso pequeño (40cm x 30cm x 20cm) las pertenencias que se permiten en el interior. Las estrictas reglas, además, impedirán guardar sitio a otras personas o hacer cola en nombre de otros, ya que se repartirán unas pulseras en la fila que deberá llevar todo aquel que desee entrar en Westminster Hall.
Por todo ello, Londres aconseja a los visitantes llevar ropa adecuada para las condiciones meteorológicas, traer comida y bebida suficiente, usar cargadores para móviles y tener por si acaso la "medicación esencial" para quien lo necesite.
No se podrá entrar en Westminster Hall con ropa con mensajes políticos u ofensivos, ni tampoco se podrán introducir en la capilla ardiente flores u otros tributos en homenaje como velas o fotos.
Y por si alguien quería aprovechar la ocasión para pasar un agradable día de campo al aire libre, las autoridades dejan claro que tampoco estará permitido "hacer barbacoas" en las inmediaciones de la fila.
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