Díaz insiste en que Sumar es un "proyecto ciudadano" en el que no caben los partidos "en bloque" y reaviva la tensión con Podemos

  • La vicepresidenta concreta que "la inscripción en Sumar es individual" y cierra la puerta a una coalición con Podemos.
  • Si se presentara a las generales, las opciones serían dos: crear un partido instrumental o una agrupación de electores.
  • El desencuentro por la fórmula jurídica se debe a la pugna por controlar el espacio a la izquierda del PSOE.
La vicepresidenta segunda y líder de la plataforma Sumar, Yolanda Díaz.
La vicepresidenta segunda y líder de la plataforma Sumar, Yolanda Díaz.
Europa Press
La vicepresidenta segunda y líder de la plataforma Sumar, Yolanda Díaz.

"En Sumar puede haber dirigentes de otros partidos, cabe todo el mundo, gentes de todas partes", pero "la inscripción en Sumar es individual" y no de ningún "partido en bloque". Así se expresó este lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, al ser preguntada por cuál será el papel de las formaciones políticas, y singularmente de Podemos, en la plataforma que ya ha puesto en marcha y que podría convertirse en su trampolín para presentarse a las próximas elecciones generales, aunque por ahora Díaz se encuentra inmersa en su "proceso de escucha" por España.

No es la primera vez que la vicepresidenta pone distancia entre su plataforma y las formaciones políticas que la apoyan -Podemos, IU o Más País- y que quieren que lidere su candidatura a las elecciones generales, algo que Díaz todavía no ha decidido. Pero sí supone una fuerte toma de posición ante el que será uno de los principales debates en el espacio a la izquierda del PSOE en los próximos meses: de qué manera podrán participar los partidos en Sumar si, finalmente, Díaz decide que concurrirá a los comicios. Y esta toma de posición no ha gustado nada en Podemos, que ya ha dicho claramente que su idea es firmar una coalición con Sumar que situaría a ambas organizaciones al mismo nivel.

Ese debate sobre el papel de los partidos en Sumar puede parecer un asunto jurídico sin mayor importancia, pero lo cierto es que la manera en la que se resuelva será determinante a la hora de definir cómo funcionará el frente amplio a la izquierda del PSOE, si finalmente tiene lugar. A grandes rasgos, Podemos ha sido quien ha expresado su posición con mayor claridad: quiere concurrir a las elecciones en coalición con Sumar, para lo cual Díaz tendría que transformar su plataforma en partido político, algo que -al menos a corto plazo- no figura entre sus planes.

"Nosotros hemos sido clarísimos: Sumar es un aliado electoral y vamos a trabajar siempre para ir juntos a las elecciones, solo faltaría", planteó este martes el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. De hecho, los morados plantean una alianza con Díaz, sí, pero en pie de igualdad, como dos organizaciones con el mismo peso. La fórmula jurídica que encaja mejor con esta concepción es la de una coalición, como ahora mismo es Unidas Podemos -la suma de Podemos e IU- y como fue, por ejemplo, Por Andalucía en las elecciones autonómicas del pasado junio.

Pero Díaz no ha podido ser más clara en su rechazo a esta idea, que incluso ha descalificado calificándola de "sopa de siglas". Esa fórmula, la de la coalición, "ya la hemos conocido en Castilla León y en Andalucía", dos elecciones en las que la izquierda a la izquierda del PSOE cosechó dos sonoros fracasos pese a ir unida en candidaturas en las que estaban presentes Podemos e IU, apuntó el lunes en una entrevista en eldiario.es. "No va de sumas de partes, va de proyectos, lo único importante es el proyecto que tenemos para el país", insistía el martes.

El partido instrumental o la agrupación

A grandes rasgos, Díaz concibe Sumar como una plataforma donde las formaciones políticas deben prestar su apoyo, pero quedando subsumidas bajo su marca y su liderazgo. "La inscripción en Sumar es individual, no va a ir un partido en bloque a Sumar", planteaba el martes la vicepresidenta. Y eso implica que, si finalmente decidiera Díaz que se presenta a las próximas elecciones generales, buscaría hacerlo sin contar con las estructuras de los partidos que la apoyan, aunque sí con algunos de sus dirigentes.

Jurídicamente, esa concepción tiene dos posibles encajes en la legislación electoral, pero lo cierto es que ninguno de ellos es ideal para la vicepresidenta. El más sencillo sería el de crear un partido, algo que ella ha rechazado pero que le permitiría tener una marca propia para presentarse a las elecciones con listas en las que podría sumar a dirigentes de otras formaciones, como Podemos e IU. La idea no es nueva: en 2015, por ejemplo, Ahora Madrid se constituyó como partido para presentarse a los comicios locales en la capital liderado por Manuela Carmena. 

Esa formación estaba apoyada por Podemos, IU o Ganemos, que incluyeron en sus listas a varios de sus dirigentes. Pero, jurídicamente, Ahora Madrid era un partido diferente a todos ellos, aunque sin vida interna o estructuras operativas: de hecho, sus promotores lo definían como una organización "instrumental" que sirvió de contenedor para que todos los partidos a la izquierda del PSOE se presentaran unidos bajo la misma marca.

La segunda vía por la cual Díaz podría presentarse a las elecciones sin contar con los partidos es la agrupación de electores, una figura reconocida en la ley electoral pero que apenas se utiliza en comicios generales. Las agrupaciones, a grandes rasgos, son entes conformados por un conjunto de ciudadanos que se asocian temporalmente con el único fin de presentar una candidatura a unas determinadas elecciones, y que no tienen ni estructuras ni organización interna: son tan efímeras que su vigencia termina nada más celebrarse las elecciones.

Con esa fórmula, Díaz podría evitar presentarse a las elecciones a través de un partido político, habida cuenta de que el propio manifiesto de Sumar critica que "nuestras sociedades democráticas arrastran demasiadas heridas y los partidos políticos no parecen capaces de ofrecer soluciones de fondo". Pero la agrupación de electores tiene desventajas muy grandes: entre otras, que no tendría derecho a recibir el anticipo de la subvención electoral para financiar su campaña y tampoco podría acceder a los espacios de publicidad electoral que corresponderían a Unidas Podemos por su resultado en las últimas elecciones.

El choque político con Podemos

En cualquier caso, más allá de los inconvenientes de ambos métodos -que también cuentan con sus ventajas-, lo cierto es que la insistencia de Díaz en rechazar la fórmula de la coalición de la que hace bandera Podemos está volviendo a crispar los ánimos entre ambos tras unos meses en los que la relación entre partido y vicepresidenta había mejorado. En la formación morada cunden los nervios por la indefinición que, consideran, caracteriza a Sumar. Pero también crece el enfado por el rechazo de la vicepresidenta a su oferta de coalición.

La cúpula de Podemos rechaza tajantemente cualquier otra fórmula, porque tanto el partido instrumental como la agrupación de electores supondrían que Podemos no estaría, jurídicamente, en la eventual candidatura de Díaz, por mucho que la apoyara desde fuera e incluso que algunos de sus dirigentes tuvieran huecos en las listas de la vicepresidenta. Las razones para este rechazo son varias, pero se resumen en que todos los actores están ya dando la batalla para tener el mayor peso posible en el espacio con el que la izquierda a la izquierda del PSOE se presente a las próximas generales. 

Tener mayor poder interno en el futuro frente amplio, si finalmente se conforma, supone disfrutar de mayor capacidad de decidir puestos y utilizar recursos. Pero, sobre todo, conlleva tener más fuerza para marcar las líneas políticas a Díaz, que algunas voces en Podemos consideran demasiado tibia en según qué asuntos. Y en esa pelea, el actor que más tiene que perder frente a la vicepresidenta es precisamente Podemos porque, hasta ahora, ha sido sin discusión el partido mayoritario a la izquierda del PSOE.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento