Los cinco retos de Liz Truss al frente del Reino Unido: de las bajadas de impuestos a la crisis energética y la relación con la UE

Liz Truss, tras ser nombrada líder de los conservadores británicas.
Liz Truss, tras ser nombrada líder de los conservadores británicas.
NEIL HALL
Liz Truss, tras ser nombrada líder de los conservadores británicas.
Liz Truss, tras ser nombrada líder de los conservadores británicas.
EUROPA PRESS

Ocho palabras sirven para resumir los planes de Liz Truss al frente del Reino Unido: "Hice campaña como conservadora y gobernaré como conservadora". La que será este martes nombrada como nueva primera ministra británica se impuso a Rishi Sunak en las 'primarias' para liderar a los conservadores británicos, ser la próxima primera ministra del país y sustituir a Boris Johnson en Downing Street en un momento de máxima urgencia. Truss, elegida por solo el 0,2% de los electores británicos (solo han votado los tories), poco más de dos años para cumplir con los retos que se le presentan a corto y medio plazo. Los estragos de la crisis energética, las relaciones con la UE y una economía maltrecha están marcados en rojo en su agenda.

En sus primeras palabras tras ser elegida, se comprometió a gobernar "para todos" y tuvo palabras de elogio para Johnson (pues fue una de las pocas personas de su entorno que no dimitió en la cascada de renuncias). "Boris, culminaste el brexit, aplastaste a Corbyn, desplegaste la vacuna contra la Covid, y plantaste cara a Putin", expresó entre aplausos y después no estrecharle siquiera la mano a su oponente en las primarias. Será la reina Isabel II quien reciba este martes a Truss en Escocia (y no en Londres como es habitual) para encargarle la formación del nuevo Gobierno.

La crisis energética, lo más acuciante

Truss pasará de ocupar el puesto de ministra de Exteriores a ser primera ministra en un momento muy delicado. Lo más inmediato es la crisis energética, que lo impregna todo en Europa a raíz de la invasión rusa de Ucrania. El Reino Unido es una de las potencias nucleares en Europa, y la nueva primera ministra se compromete a asegurar "el suministro a largo plazo", aunque hay que tener en cuenta que la dependencia de Moscú no es alta. "El objetivo es lidiar con las facturas de la gente", añadió.

Y es que ese no es un problema menor: a partir del 1 de octubre el precio máximo anual que las compañías del sector podrán cobrar a los hogares británicos será de 3.549 libras (4.202 euros), lo que supone un aumento drástico de un 80% respecto al límite actual. No se descarta por tanto que una de las primeras medidas que tome la nueva inquilina de Downing Street sea un paquete de ayudas y medidas para hacer frente al reto energético, en línea con los aprobados por otros países como Alemania o España.

La economía es el caballo de batalla de Truss

La crisis en el plano energético tiene efectos directos en una economía británica muy tocada. En julio la inflación alcanzó el 10,1% y los expertos no descartan que pueda alcanzar el 13% antes de que acabe el año. La receta de Truss en este sentido está clara. Su espejo es Margaret Thatcher y en sus tesis se apoya para prometer impuestos muy bajos "con un plan valiente que haga crecer la economía". Ya en la campaña había dejado claro el camino: "No creo en las limosnas del Estado", aseguró, criticando a Rishi Sunak, su rival, que apostara por medidas más quirúrgicas frente a la crisis. Él no habló de bajadas de impuestos como tal, sino de qué impuestos se pueden bajar. La elegida premier no: ella quiere bajadas generalizadas.

El Reino Unido como gran aliado de Ucrania

Durante los últimos meses, el Reino Unido se ha convertido en uno de los más fieles aliados de Ucrania tras la invasión de Rusia, y Truss quiere seguir en la misma línea marcada por Johnson. Con Truss han llegado sanciones, y una estrecha relación Londres-Kiev que parece inquebrantable. Además, en campaña la nueva primera ministra británica anunció que impulsará el sistema de defensa del Reino Unido si llega al poder y alertó de que "la era de la complacencia ha terminado". La mano dura, por lo tanto, es aplicable a casi todas las áreas. "Necesitamos asegurarnos de que el Reino Unido tiene los mecanismos disuasorios que necesita para liderar los esfuerzos globales para erradicar la agresión de Rusia y otros regímenes autoritarios", sentenció.

¿Cómo serán las relaciones con la UE?

La última experiencia política de Truss, además de Ucrania, tuvo como prioridad la relación con la Unión Europa. Tormentosa desde hace tiempo, no va a mejorar con la nueva primera ministra incluso pese a ser favorable claramente a la permanencia en 2016 -dijo en su momento que no quería que sus hijas "necesitaran pasaporte para moverse por Europa"-. Ahora representa la línea dura frente a Bruselas. 

Ya ha dejado claro que si no ve avances en las negociaciones invocará el artículo 16 del acuerdo, con el que se rompería el Protocolo de Irlanda, uno de los pilares del pacto. Este, por tanto, caería por su propio peso y tensaría al máximo las relaciones entre el Reino Unido y la UE. "Más normas, más papeleo y más retrasos", dijo hace seis años sobre la salida, pero ahora no se ha vuelto solo más pragmática en términos técnicos, sino más beligerante a nivel político.

La Comisión Europea, en ese escenario, no ha tardado en lanzar su aviso. "La UE y el Reino Unido son socios. Enfrentamos muchos desafíos juntos, desde el cambio climático hasta la invasión rusa de Ucrania. Espero una relación constructiva, en pleno respeto de nuestros acuerdos", escribió en redes sociales su presidenta, Ursula von der Leyen. Y la última frase es la clave: Bruselas no va a renegociar el acuerdo del brexit, aunque Truss vaya a insistir en ello.

Las encuestas se le complican a los 'tories'

A nivel interno, Liz Truss tendrá que coser a un partido muy tocado desde hace meses por el proceso de caída de Boris Johnson. Falta por ver la composición de su gabinete para comprobar si cuenta con los díscolos del que fuera su jefe, entre ellos el propio Rishi Sunak. Además, tendrá que darle la vuelta a las encuestas preelectorales: según uno de los últimos sondeos los laboristas ya aventajan a los conservadores en ocho puntos. Al mismo tiempo, necesita ganarse el favor del electorado desde ya. Antes de las primarias, las encuestas demostraron que Sunak era el favorito de la población general y el 45% de los ciudadanos tienen una opinión desfavorable de Truss, según una reciente encuesta de Ipsos.

Truss asume el liderazgo británico cuando menos tiempo tiene que perder. Eso sí, aunque los sondeos ya anticipaban su victoria, el nivel de apoyo obtenido en las primarias -del 57%- es inferior al logrado por sus predecesores desde el cambio de normativa interna en el año 2001. Desde entonces, ningún aspirante había logrado menos del 60% de los sufragios en el cara a cara final. Iain Duncan Smith obtuvo tras la reforma el 60,1% de los votos, mientras que Johnson acumuló el 66,4% y Cameron el 67,6%. Theresa May no llegó a someterse a esta ronda final por la retirada de su rival.

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