Agentes secretos rusos rechazan trabajar en Ucrania pese a que Putin les multiplica el sueldo por ocho

Comenzó el 24 de febrero como una operación militar especial. Una invasión relámpago con la que, con la excusa de liberar a los ruso parlantes separatistas de un presunto genocidio, Vladímir Putin aspiraba a controlar todo el país. La ofensiva rusa es total, por norte, este y sur. Y cruenta, despiadada, con objetivos militares y civiles. La idea, tomar Kiev y, con la capital, Ucrania entera. Pero resiste, con su presidente a la cabeza, que inicia primero su ofensiva diplomática. Recaba apoyos no solo de palabra, sino también con armas y lanza, después, su contraofensiva militar. De la situación inicial en febrero, donde Rusia ya controlaba Crimea y una parte del Donbás, la invasión llega a su punto álgido en marzo, con toda la franja desde Chernóbil hasta Jersón. La respuesta ucraniana recupera terreno hasta contener a las tropas rusas en el flanco oriental. Pero Putin no se conforma. Y, con ataques diarios, amenaza con apropiarse Jarkov, Dnipro, Mikolayv y Odesa. El argumento de Moscú, que tiene que defender ese territorio, que ya considera propio, si Occidente sigue armando a Ucrania. Hasta la fecha, ninguna conversación ha prosperado para acabar con la invasión. Los pocos acuerdos, como el último para permitir la exportación de grano, se frustran en apenas horas. Y a las sanciones económicas, Rusia responde con el gas. Guerra también en las cifras de bajas. Rusia reconoce 1300 soldados caídos. Ucrania los eleva a 39.000. Sí, confirman, unos y otros, más de 14.000 ucranianos muertos, 5000 de ellos civiles, subraya Naciones Unidas, como los nueve millones y medio, el otro drama, de los desplazados.
Vladimir Putin, anunciando la invasión de Ucrania.
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Comenzó el 24 de febrero como una operación militar especial. Una invasión relámpago con la que, con la excusa de liberar a los ruso parlantes separatistas de un presunto genocidio, Vladímir Putin aspiraba a controlar todo el país. La ofensiva rusa es total, por norte, este y sur. Y cruenta, despiadada, con objetivos militares y civiles. La idea, tomar Kiev y, con la capital, Ucrania entera. Pero resiste, con su presidente a la cabeza, que inicia primero su ofensiva diplomática. Recaba apoyos no solo de palabra, sino también con armas y lanza, después, su contraofensiva militar. De la situación inicial en febrero, donde Rusia ya controlaba Crimea y una parte del Donbás, la invasión llega a su punto álgido en marzo, con toda la franja desde Chernóbil hasta Jersón. La respuesta ucraniana recupera terreno hasta contener a las tropas rusas en el flanco oriental. Pero Putin no se conforma. Y, con ataques diarios, amenaza con apropiarse Jarkov, Dnipro, Mikolayv y Odesa. El argumento de Moscú, que tiene que defender ese territorio, que ya considera propio, si Occidente sigue armando a Ucrania. Hasta la fecha, ninguna conversación ha prosperado para acabar con la invasión. Los pocos acuerdos, como el último para permitir la exportación de grano, se frustran en apenas horas. Y a las sanciones económicas, Rusia responde con el gas. Guerra también en las cifras de bajas. Rusia reconoce 1300 soldados caídos. Ucrania los eleva a 39.000. Sí, confirman, unos y otros, más de 14.000 ucranianos muertos, 5000 de ellos civiles, subraya Naciones Unidas, como los nueve millones y medio, el otro drama, de los desplazados.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, estaría teniendo problemas para enviar a personal de su servicio de inteligencia, el FSB (heredero del antiguo KGB), a Ucrania durante la guerra.

Tal y como publica el Daily Mail, incluso el hecho de que el Gobierno ruso está ofreciendo salarios de seis a ocho veces más altos de lo habitual no logra persuadir a los oficiales de contrainteligencia para que se muden a las áreas conquistadas, reveló una fuente del FSB.

Putin necesita con urgencia agentes de inteligencia regulares y militares para hacer cumplir su gobierno en las dos "repúblicas populares" en el este de Ucrania, Donetsk y Lugansk, así como en las regiones de Jerson, Zaporiyia y Jarkov.

Pero los agentes del FSB están evitando estos destios, obteniendo certificados médicos incapacitantes para ellos o sus familiares, informa el foro de Telegram We Can Explain.

Según el Daily Mail, los jefes de los servicios secretos de Putin incluso están tratando de atraer a agentes retirados o despedidos para desempeñar estos roles en zonas de guerra.

"Los departamentos de personal están llamando activamente a los exempleados, incluso a los despedidos por motivos de desprestigio", afirma el informe. Además, algunos oficiales informan de que están "agotados" por casi seis meses de tareas intensivas con las vacaciones canceladas durante la guerra.

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