Cómo es el pastor australiano, una raza desarrollada en Estados Unidos con posible origen español

Los orígenes del pastor australiano no están del todo claros, pero una de las hipótesis apunta a que el pastor australiano le debe su existencia a los carea leoneses y pastores de los Pirineos que acompañaron a los emigrantes alrededor de 1800. Tanto el carea leonés como el pastor pirenaico son razas caninas autóctonas de España y con un amplio historial de antigüedad en el uso de la ganadería ovina. Uno de los colores de manto más reconocidos en ambas razas es, precisamente, el azul mirlo, y constan documentos del siglo XIX tanto de Australia como de América del Norte acerca de los “perritos azules” que entraron en el país junto a los españoles migrantes en busca de trabajo.

Según recoge American Kennel Club en un artículo dedicado a la historia del pastor australiano, todo apunta a que estas razas autóctonas llegaron primero a Australia junto a sus propietarios españoles con la intención de trabajar en el pastoreo de ovejas. La raza de oveja merina, la más común en este país oceánico (aunque debemos señalar que la raza merina es también de origen ibérico), fueron y son muy reconocidas en el mundo del sector ovino por su lana fina y larga. Ante las cualidades de esta raza, Estados Unidos comenzó a importar grandes rebaños en barco, a los que acompañaban sus pastores y perros, de los que muchos de ellos no eran otros que los españoles. Al introducirse desde Australia, los norteamericanos llamaron pastores australianos a todos los perros que lucían el patrón mirlo y que venían junto a los rebaños. Sin embargo, en un estudio genético realizado en 2017 que examinó el genoma canino y cómo se relacionan las razas entre sí, el resultado para el pastor australiano es que está vinculado al clado canino de Reino Unido (comparten la mutación única MDR1), con perros collie y de forma sorprendente, el pastor alemán también porta un gen característico de este clado rural del Reino Unido por lo que se especula que lo recibió a través del pastor australiano o bien tuvieron un ancestro común. En definitiva, el origen del pastor australiano es una mezcolanza de varias razas diferentes cuyo origen exacto se desconoce, pero puede situarse, sin la menor duda, en Europa.

El lhasa apso, un pequeño perro protector, nervioso y muy confiado con su familia

La raza que conocemos hoy como pastor australiano se desarrolló en el siglo XIX en California, donde los ganaderos continuaron con su desarrollo, y su funcionalidad fue exclusivamente de trabajo y desconocido fuera del sector ganadero hasta que en la década de 1950, un artista de rodeo los popularizó en sus espectáculos realizando trucos y representaciones de adiestramiento.

Un pastor australiano criado en Asturias, de nombre Jagger y del afijo De La Noval, propiedad de Sonsoles Hevia, se ha proclamado como campeón del mundo de su raza en la última exposición canina internacional realizada en Madrid, el World Dog Show.

Inteligentes, versátiles y activos

De un primer vistazo, el pastor australiano suele confundirse, para ojos no expertos, con el border collie. Pero las diferencias anatómicas son bastantes, empezando por el tamaño y el peso, donde el pastor australiano saca varios centímetros y kilos de diferencia a la raza de pastoreo británica. En la actualidad, la mayoría de pastores australianos están destinados a ser perros de compañía, pero a pesar de esto pueden presentar un fuerte instinto de pastoreo y necesitan una actividad alta de ejercicio y estimulación para evitar problemas de conducta en un entorno puramente hogareño. Esto quiere decir que hablamos, una vez más, de una raza que no es apta para todo el mundo y se debe valorar objetivamente la compatibilidad de nuestros hábitos de vida y si podremos proporcionarles los cuidados necesarios.

Es un perro sobresaliente en numerosas actividades caninas, como el agility, y en Australia se utilizan frecuentemente como perros de apoyo emocional, en búsqueda y rescate o para detección de drogas.

Debido a que su popularidad va en aumento, los problemas de salud a causa de malas prácticas de cría y la ausencia de pruebas veterinarias también pueden ser más habituales, por lo que se recomienda encarecidamente acudir a criadores oficiales que garanticen la buena salud de sus linajes, contactando con la Real Sociedad Canina de España para una asesoría por las vías adecuadas.