Sánchez presume del impuesto a las eléctricas y la banca pese a las críticas: "Si Botín y Galán protestan, vamos en la buena dirección"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este viernes en la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este viernes en la Moncloa.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este viernes en la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene su apuesta por un giro a la izquierda para dar la vuelta a las encuestas en el tramo final de la legislatura. Y este viernes defendió su decisión de poner en marcha dos impuestos extraordinarios a la banca y las empresas energéticas tras las críticas que han suscitado precisamente en esas grandes compañías que tendrán que pagarlos. Sánchez, normalmente cauto a la hora de personalizar sus críticas, no tuvo este viernes reparos en referirse a los presidentes del Banco Santander e Iberdrola para asegurar que "si [Ana] Botín y [Ignacio Sánchez] Galán protestan, es que vamos en la buena dirección".

Ese fue el mensaje que quiso transmitir Sánchez apenas un día después de que PSOE y Unidas Podemos presentaran la proposición de ley de estos impuestos extraordinarios en el Congreso, un texto que generó las críticas públicas de buena parte de las empresas afectadas, incluidas las que lideran Botín y Sánchez Galán. "Si se fijan, [los grandes empresarios] son los mismos que protestaron y dijeron que subiendo el salario mínimo y con la reforma laboral se iba a caer España", espetó el presidente del Gobierno.

Y es que Sánchez, que compareció este viernes para hacer balance de la acción del Ejecutivo en este primer semestre del año, mantuvo un discurso mucho más ideológico que en otras ocasiones e insistió, como lleva semanas haciendo, en que el giro a la izquierda que planteó en el Debate sobre el estado de la Nación no se va a quedar solo en palabras. "Este Gobierno no olvida para quién gobierna. Servimos a la clase media trabajadora, y, cuando sea preciso elegir, estaremos ahí para ellos, aunque seamos incómodos para algunos poderes", espetó el presidente.

"Nunca me he puesto de perfil y nunca lo voy a hacer, no voy a esperar sentado a que los problemas se resuelvan solos, ya tuvimos muchos años de parálisis antes de que yo llegara al Gobierno", dejó caer igualmente Sánchez en referencia al anterior inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy. Y no fueron las únicas críticas al PP: en varias ocasiones, el presidente afeó a los populares y a Vox -"la derecha y la ultraderecha"- que no hayan apoyado en el Congreso varias de las iniciativas sociales puestas en marcha por el Ejecutivo, como los decretos de medidas urgentes para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Sánchez también dio por hecho que PP y Vox votarán en contra de los nuevos impuestos a las eléctricas y la banca cuando se debatan en el Congreso en los próximos meses, y se preguntó "qué intereses están protegiendo". Frente a esa actitud, el presidente del Gobierno quiso erigirse como defensor de la "mayoría" social. "Las dificultades de la mayoría no pueden ser las alegrías de la minoría: arrimar el hombro no es un eslógan, sino una obligación para las empresas que se están beneficiando de esta situación económica", espetó.

De hecho, buena parte del discurso de Sánchez de este viernes fue, más que de balance de lo hecho durante estos seis meses, de confrontación de sus medidas con las planteadas por el PP. "Estamos sentando las bases de una respuesta más equitativa y justa las cargas sociales de esta guerra, a diferencia de lo que ocurrió en la crisis financiera", señaló el presidente, que sacó pecho de haber "hecho frente a una pandemia con políticas progresistas y socialdemócratas" y sostuvo que "crisis hay muchas, pero hay solo dos formas de salir: como hace 10 años o como ha respondido este Gobierno, con ERTE en lugar de despidos" o "con refuerzo de Estado del bienestar en lugar de recortes".

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