OPINIÓN

Y...

La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el congreso de este sábado.
La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el congreso de este sábado.
GLÒRIA SÁNCHEZ / EUROPA PRESS
La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el congreso de este sábado.

A estas alturas de la película, uno sabe o debería saber que el “cuanto peor, mejor” acaba peor, que es lo que algunos, en sus revoluciones imaginarias de segundas residencias han estado persiguiendo desde que las cosas no salieron como se pensaba que saldrían el año 2017.

Esos “revolucionarios” con sueldos públicos, en su inmensa mayoría, pensaron y todavía piensan que el pueblo se levantará en su ayuda, y que serán inmunes a todo porque luchan por la libertad. Por cierto, ¿Qué es eso del pueblo?, ¿Qué pueblo?

Todo, absolutamente todo lo que han estado haciendo los postconvergentes desde 2017 ha sido ir en contra de la gobernabilidad responsable, es decir, aquella que justifica el sueldo que se recibe y se desvive por el bien común. 

Waterloo ungió a un presidente vicario, y también aupó a una persona que se sabía que tarde o temprano acabaría sentándose en el banquillo de los acusados, y no por defender la libertad, ni la independencia 
ni la justicia social, sino por corrupción

Por ello, Waterloo ungió a un presidente vicario, y también aupó a una persona que se sabía que tarde o temprano acabaría sentándose en el banquillo de los acusados, y no por defender la libertad, ni la independencia ni la justicia social, sino por corrupción. 

Una persona que sabía que en la cámara que ella preside existe un artículo, el 25.4., que dice meridianamente claro que tiene que dejar su cargo y sueldo provisionalmente si se sienta en el banquillo. 

Y, sabiéndolo, quiso presidir la cámara catalana en busca del cuanto peor, mejor. Y Waterloo lo permitió, como los que viven de la explotación de las emociones y de los sentimientos. 

Y ya ven, el presidente vicario inhabilitado por una pancarta y, la presidenta del Parlament, seguramente, si ERC y otros son responsables y serios y cumplen sus propias normas, será suspendida de sus derechos y obligaciones a la espera de saber si, después de ser juzgada, es declarada inocente o culpable.

Y, mientras tanto, este miércoles, los que son llamados 'traidores' por los "revolucionarios" de segundas residencias, continuarán haciendo política seria en la reanudación de la mesa de diálogo. Y…

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