El nuevo 'pacto del abrazo': Pedro Sánchez y Patxi López escenifican su reencuentro

  • El socialista gana enteros en las quinielas si hay cambios en el partido, en el Congreso o en el Gobierno.
  • ​Es la voz del PSOE para frenar las balas de PP, Vox y Ciudadanos respecto a ETA y al pacto con EH Bildu.
Pedro Sánchez, junto a Patxi López. De fondo, José Luis Ábalos. Foto de archivo.
Pedro Sánchez, junto a Patxi López. De fondo, José Luis Ábalos. Foto de archivo.
EP
Pedro Sánchez, junto a Patxi López. De fondo, José Luis Ábalos. Foto de archivo.

"ETA ya no existe". La frase la pronunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado miércoles. Era el segundo día del Debate sobre el estado de la Nación y el jefe del Ejecutivo replicaba así a Inés Arrimadas, de Ciudadanos, que había mencionado a la extinta banda terrorista, al igual que habían hecho el día anterior PP y Vox por el pacto del Gobierno con EH Bildu para sacar adelante la nueva ley de memoria democrática. Tras bajar de la tribuna, se dirigió a su sitio, pero después subió hasta la cuarta fila de la bancada socialista y se fundió en un abrazo con Patxi López, exlehendakari.

La fuerza de la foto, en mitad de una semana en la que la oposición ha vuelto a azuzar el fantasma del terrorismo para taponar el rearme de Sánchez, es innegable. López ejercía como presidente del País Vasco cuando la banda anunció el abandono de la actividad terrorista, allá por 2011. No obstante, la imagen ha disparado los rumores en el imaginario colectivo socialista. Más aún, en un momento en el que se da por sentado que Sánchez realizará cambios en el partido y en el grupo parlamentario, con los respectivos portavoces Felipe Sicilia y Héctor Gómez en el punto de mira. Se da por descontado que también habrá alteraciones en el Consejo de Ministros, pero todas las fuentes consultadas las aplazan hasta septiembre. En esas quinielas, los titulares de Exteriores e Interior, José Manuel Albares y Fernando Grande-Marlaska, están cuestionados.

Una de las personas cercanas al presidente ni confirma ni desmiente que esos cambios de caras se puedan producir. "Estas cosas las tiene el presidente en la cabeza. Él y solo él", resume. Como ejemplo, recuerda la última crisis de gobierno, ejecutada hace un año. El socialista se cargó de un plumazo a sus pesos pesados: Carmen Calvo, vicepresidenta primera; José Luis Ábalos, ministro de Transportes; e Iván Redondo, jefe de Gabinete de Presidencia. Ninguno lo sabía previamente, como tampoco los que fueron designados como nuevos ministros. Más allá de eso, esta fuente sí subraya que Patxi López es "un hombre de partido" y que "ha estado siempre".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha terminado su réplica a Inés Arrimadas, durante la segunda sesión del debate sobre el estado de la nación, defendiendo la ley de memoria democrática, condenando el terrorismo de ETA y haciendo una mención al papel de Zapatero, Rubalcaba y Patxi López, con el que se ha dado un abrazo al volver a la bancada. "Tengo una mala noticia para ustedes: ETA ya no existe", ha dicho Sánchez a la bancada de la derecha.

Es una opinión que comparten desde el grupo parlamentario, que citan las virtudes de un socialista histórico. Y es que esa historia es otro de los motivos que pueden auparle. El presidente está falto de un cortafuegos y acostumbra a darle una segunda vida a aquellos políticos con los que un día rompió. Antonio Hernando, el que fuera su portavoz en el Congreso en 2016, quedó relegado tras traicionarle en el fatídico Comité Federal del 1 de octubre, aunque ahora ha vuelto a Moncloa. Pero ese es un cambio a la interna.

A la externa, sin Calvo y sin Ábalos, no hay nadie que pare las balas. El impulso a las figuras de Nadia Calviño, vicepresidenta primera, y Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, no ha sido suficiente para llenar el hueco de sus antecesores. Y si la oposición sigue reclamando a ETA cuando el Ejecutivo vuelva a pactar con Bildu -un movimiento que se está empezando a convertir en habitual-, López es perfecto para responder.

De hecho, ha sido él el encargado de hacerlo durante esta semana. El jueves, dio unas duras declaraciones en el patio del Congreso en las que acusó al PP de "inhumanidad" al "enfrentar a unas víctimas con otras", en referencia a un encuentro con asociaciones de víctimas del terrorismo que montó el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, coincidiendo con la aprobación de la ley de memoria. "Feijóo ha vuelto a manipular a alguna de las víctimas", señaló. Por la noche, también tuvo una entrevista en La Noche en el canal 24 horas.

Abrazos que marcan

Sánchez acostumbra a dar la mano. Quizá por eso los abrazos que da significan tanto. De hecho, antes del que le dio a López, regaló otro que marcó el acuerdo al que el PSOE y Ciudadanos llegaron en 2016. Acababan de celebrarse las elecciones generales del 20 de diciembre. Mariano Rajoy (PP) perdió la mayoría absoluta y Sánchez firmó con Albert Rivera un pacto para intentar gobernar, pero sus escaños eran insuficientes y Podemos no quiso sumarse, con la vista puesta en un sorpasso al PSOE que nunca llegó.

Da la casualidad de que, en esa corta y fallida legislatura, el que sí consiguió que los morados se abstuvieran fue Patxi López cuando éste fue elegido presidente del Congreso. Después, su relación con el actual presidente vivió su época más negra. Sobre todo, cuando se presentó por sorpresa a las segundas primarias de Sánchez. El presidente, que arrasó a Susana Díaz, se tomó como una traición la aparición de una tercera vía que amenazaba con dificultar su triunfo. No pasó. El presidente no tuvo rival, que es algo que está intentando de nuevo ahora, aunque no ganando primarias, sino sumando a su lado a quienes entonces le fallaron. El pasado siempre vuelve.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento