10 técnicas para dormir con calor extremo por la noche

Dormir en verano es un suplicio para muchas personas por culpa del calor.
Dormir en verano es un suplicio para muchas personas por culpa del calor.
GTRES
Dormir en verano es un suplicio para muchas personas por culpa del calor.

Con las altas temperaturas durante el verano y las conocidas como olas de calor, que mantienen en alza los termómetros también durante la noche, aumentan los problemas de insomnio. 

De hecho, son muchas las personas que no logran conciliar el sueño debido al calor, sobre todo, aquellas que no disponen de ningún método para poder enfriar la casa, como los aires acondicionados. 

Es por ello que existen algunos trucos o recomendaciones con los que poder bajar un poco la propia temperatura y poder dormir así un poco más fresco cuando aprieta el calor por las noches. 

El calor corporal afecta directamente al sueño, ya que una temperatura adecuada se sitúa entre los 20 y los 23ºC. Si se supera esta temperatura corporal, nuestro organismo hará un esfuerzo extra por mantener la temperatura más baja y, por tanto, se verá afectada la calidad del sueño. 

Trucos para dormir mejor con el calor

La primera de las recomendaciones es mantener fresca la habitación durante todo el día. Así, no se debe esperar a la noche para tratar de refrescar el ambiente, sino que se debe mantener la temperatura estable. Para ello, conviene contar con un buen aislamiento, sobre todo, si la habitación está orientada de tal manera que le da el sol durante algún momento del día. 

Aunque haya que mantener cerradas las ventanas y bajadas las persianas durante el día, se puede aprovechar las primeras horas de la mañana para ventilar las estancias, que es el momento en el que las temperaturas son más bajas.

Por otro lado, no es nada recomendable dormir con el aire acondicionado puesto, por lo que lo mejor es dejarlo encendido unos minutos, con todo cerrado, para que se refresque la estancia y, después, apagarlo para dormir. 

En el lado contrario, se recomienda usar el ventilador en lugar del aire acondicionado si lo que se quiere es dormir un poco más fresco. Puede ser un ventilador de techo, aunque es mejor uno de pie, que pueda ponerse de manera rotativa para que no nos dé el aire de manera directa y constante.

La ropa de cama es otro de los factores importantes para dormir fresco. En concreto, esta debe ser de algodón y muy ligera. Basta con una sábana y una almohada, retirando de la cama los edredones, las colchas, las mantas e, incluso, los cojines o los peluches. 

Igualmente, el pijama debe ser fresco y, antes de dormir, conviene darse una ducha refrescante con agua templada. No conviene realizar actividad física antes de dormir ni hacer cenas muy copiosas, ya que todo ello puede impedir la conciliación del sueño. 

Entre otros consejos, conviene mantener unos horarios constantes, es decir, conseguir una rutina o hábito de dormir, donde se repitan las horas de ir a dormir y despertarse, para habituar el cuerpo. 

Además, durante el verano, se hace todavía más importante el hecho de evitar el uso de dispositivos como el móvil o los ordenadores o televisores. Además de que estos no ayudan a conciliar el sueño, son aparatos que producen calor dentro de la estancia. 

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