España confía en tener gas suficiente este invierno y se prepara para compartirlo con países de la UE desabastecidos

  • Transición Ecológica trabaja con el gestor de las regasificadoras y las interconexiones, Enagás, para socorrer a socios con cortes energéticos.
  • Se abre paso la opción de que parte del gas que llegue a España en grandes metaneros se transporte en barcos más pequeños a otros países.
  • El Gobierno respalda la "solidaridad" que la Comisión pedirá a los Estados miembros ante posible desabastecimiento.
Teresa Ribera junto al presidente de Asturias y el consejero delegado de Enagás, en el puerto de El Musel, donde el año que viene volverá a funcionar la regasificadora
Teresa Ribera junto al presidente de Asturias y el consejero delegado de Enagás, en el puerto de El Musel, donde el año que viene volverá a funcionar la regasificadora
Enagás
Teresa Ribera junto al presidente de Asturias y el consejero delegado de Enagás, en el puerto de El Musel, donde el año que viene volverá a funcionar la regasificadora

España sólo compra a Rusia el 10% del gas que consume y, con seis regasificadoras que le permiten recibir esta materia prima por barco desde otros muchos países, podría suplir sin grandes problemas un eventual corte de las exportaciones rusas. No ocurre lo mismo con el centro y el este de Europa, mucho más dependientes del gas ruso, que reciben por gasoducto y con mayores complicaciones para establecer una vía alternativa con otros suministradores. Este es el motivo de la "confianza" que existe tanto en el Gobierno como en Enagás, la empresa regulada que gestiona las regasificadoras y las interconexiones, en que España no sufrirá cortes de gas este invierno. Sin embargo, no pueden descartarse cortes en otros países y el departamento que dirige Teresa Ribera ya trabaja con Enagás en "planes de contingencia" por si fuera necesario compartir el gas con ellos.

"Si dejamos de recibir completamente gas ruso, que llega a España por barco, los análisis técnicos del sistema gasista muestran que podría sustituirlo por gas procedente de otros países de un modo razonable", ha afirmado este martes el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, que ha descartado de este modo que este invierno pueda haber desabastecimiento, como se teme en otros países. "Podría haber escenarios que no podamos contemplar, pero desde el punto de vista técnico, en España no hay riesgo de corte de suministro", ha añadido.

Otra cosa será, como también reconoce el Gobierno, el precio que haya que pagar por este gas. Los contratos entre comercializadoras y países de origen son confidenciales y, por ejemplo, se desconoce cuánto está España pagando por el gas natural licuado que recibe, cada vez más, de Estados Unidos, teniendo en cuenta que esta vía de entrada es más cara que el gasoducto. Los contratos a plazo que no se renegocien estarán a salvo de estos "vaivenes", pero no los que se referencien al precio del mercado diario.

En el escenario actual, en el que Alemania y toda la UE contienen la respiración para que Gazprom reanude el flujo de gas cuando el 21 de julio terminen los trabajos de acondicionamiento del gasoducto Nord Stream 1, la palabra "solidaridad" figurará muy alto en el plan de contingencia y de ahorro de energía que publicará la Comisión Europea un día antes, el 20 de julio. La idea es que ante un eventual corte del gas ruso que pueda perjudicar notablemente a unos países, otros Estados miembros acudan en su auxilio y en ello ya trabaja el Ministerio de Transición Ecológica.

Una de las ideas que se abren paso es la posibilidad de que el gas natural licuado que reciben las seis plantas regasificadoras que hay en España por medio de grandes buques metaneros puedan redirigirse a otros puertos europeos con esta infraestructura, pero con capacidad para recibir barcos más pequeños. Gonzalo ha apuntado esta opción, que va en línea con los "gaseoductos virtuales" que España e Italia acordaron hace meses para que opere este transporte entre los puertos de Barcelona y el de Sagunto y el de Génova.

"La demanda de buques está creciendo extraordinariamente y tenemos una capacidad grande de importar" gas natural licuado, ha asegurado Gonzalo. Las adjudicaciones de 'slots', permisos para atracar en los puertos con regasificadoras, se están subastando "a 15 años". 

Salvando las distancias, un precedente de este tipo podría ser el que existe con Marruecos, que este mes empezó a transportar por el gasoducto del Magreb gas llegado en estado líquido al puerto de Tarifa. Este pacto, que forma parte del polémico acuerdo global sobre el Sáhara, ha puesto en alerta a Argelia, vigilante para que no llegue a Marruecos por esa vía ni un metro cúbico del gas natural que exporta a España. El consejero delegado de Enagás no ha desvelado el origen del gas que compra Marruecos por este sistema, pero ha insistido este lunes en que no viene de Argelia. "Enagás certifica rotundamente que ese gas no procede de Argelia", ha asegurado.

El Gobierno garantiza solidaridad

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido también a esta "solidaridad" energética en los primeros compases del Debate sobre el estado de la Nación. "Es la oportunidad de mostrar al mundo que los españoles somos europeístas, no por interés, sino porque creemos que la solidaridad entre países es la mejor manera de progresar y de evitar que se repitan los errores y los horrores del pasado", ha dicho, antes recalcar que "habrá que impulsar medidas como el teletrabajo, fomentar el transporte público, bajar un poco la temperatura de nuestra calefacción o subirla en el aire acondicionado. Nada que atente contra nuestro modo de vida, pero sí acciones que nos permitan defender nuestros valores y nuestro modo de vida cuando se ve atacado". 

También Ribera ha hablado de solidaridad en los últimos días para explicar por qué España está exportando toda la electricidad que la interconexión es capaz de transportar a Francia -y no a la inversa, como solía ser habitual-, donde buena parte de sus centrales nucleares permanecen inactivas. Por otra parte, la decisión de reactivar la planta regasificadora de El Musel, que podría estar lista a principios del año que viene como "centro logístico" para recibir barcos metaneros también responde a la necesidad de incrementar la capacidad española como 'hub' receptor de gas que podría terminar en más países europeos.

Junto con la menor dependencia al gas ruso, tanto el Gobierno como Enagás apuntan otra ventaja más en España: el "nivel histórico" de almacenamiento de gas. Este lunes, estaban al 73,25%, por encima del 71% que fijó la UE para el 1 de agosto y cerca del 90% que deberán alcanzar los Estados miembros en octubre. Los tanques de las seis regasificadoras españolas -que es el 44% de la capacidad de toda la UE- están al 84%, ha afirmado Gonzalo.

Tres nuevas interconexiones

Enagás ha presentado este martes su Plan Estratégico 2022-2030 en el que la "seguridad de suministro" es tan objetivo prioritario como la "descarbonización", centrada esta segunda en desplegar en los próximos años redes para transportar hidrógeno verde, que debería estar en disposición de empezar a sustituir al gas natural para a partir de 2030. Hasta entonces, la compañía tiene previsto invertir 2.775 millones de euros y confía en contar con otros casi 2.000 euros más de la UE para financiar las tres nuevas interconexiones que la Comisión ha incluido en su último plan energético, Repower EU, pero que todavía no es seguro que vaya a costear. 

Enagás espera la luz verde de Bruselas a una segunda interconexión con Portugal y una tercera con Francia y para un proyecto más ambicioso pero que considera totalmente justificado. Se trata de la construcción de un gasoducto submarino que uniría España e Italia que el consejero delegado de Enagás ha defendido por su "sentido comercial" porque aprovecharía el "excendente de regasificación" que tiene España con seis de las 20 regasificadoras de la UE en su territorio y 10 si se suman las cuatro de Portugal. De hecho, uno de los proyectos internacionales de Enagás es participar en el aumento de capacidad, hasta los 20.000 metros cúbicos, del gasoducto que parte de Azerbaiyán y llega a Grecia e Italia, que Gonzalo ha comparado con el proyecto entre España e Italia por su importancia.

De momento, el gas natural sigue siendo necesario y un quebradero de cabeza en la UE ante el riesgo -cierto- de que Rusia corte el grifo este invierno. Y la posibilidad de reconducir el gas que llega a los puertos españoles por barco y en estado líquido a otros países de la UE aparece como la alternativa mejor posicionada, dada la exigua interconexión entre España y el resto del continente ha mostrado que serviría para poco más que para ayudar a un país como Francia

Es lo que está sucediendo en los últimos meses. Con buena parte de su parque nuclear -en el que genera la mayoría de su electricidad- parado, Francia está echando mano del gas español que pasa los dos interconexiones por los Pirineos, capaces de transportar 7.000 millones de metros cúbicos, equivalentes a siete barcos al mes cargados de gas natural licuados. El consumo de gas natural de España al año son entre 32.000 y 34.000 millones de metros cúbicos al año.

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