Shinzo Abe, que ha muerto este viernes tras recibir los disparos de un hombre en un acto público, ha sido el político más importante de Japón en décadas. Primer ministro del país entre diciembre de 2012 y septiembre de 2020, tuvo la durabilidad que muy pocos consiguen en la política japonesa. Nunca en la historia de Japón un primer ministro estuvo más años.

Su nombre ocupa más renglones de la reciente historia del país porque cuando fue elegido en 2012, con 52 años, Abe se convirtió en el primer ministro más joven de Japón después de la guerra. También fue en ese momento el primero en haber nacido después de la Segunda Guerra Mundial. Fue reelegido en las elecciones de 2014 y 2017, siempre como candidato del Partido Liberal Democrático, una formación de derechas.

El atentado al ex primer ministro japonés Shinzo Abe, en imágenes

Para hacernos una idea de la importancia de Shinzo Abe: antes de su llegada al poder, Japón tuvo seis primeros ministros en seis años. Y aún más: en los 18 meses que han pasado desde su marcha, el país ya ha tenido dos primeros ministros. El 28 de agosto de 2020, repentinamente, anunció su dimisión por motivos de salud, en medio de la controversia creada por su gestión de la pandemia de Covid-19.

Muere el ex primer ministro de Japón Shinzo Abe tras ser tiroteado durante un mitin

Afrontar la pandemia de coronavirus no fue fácil para ningún gobernante. En el caso de Abe, su gestión fue algo errática. Primero se mostró reacio a declarar el estado de emergencia. Luego, cuando lo hizo, fue sólo por un mes. Y encima tuvo que organizar los Juegos Olímpicos, aunque fuera un año después de la fecha prevista. Finalmente, su plan de estímulo del gasto para limitar los daños económicos de la covid no acabó de funcionar. Su imagen y su autoridad se resintieron.

Se retiró sin nombrar sucesor

Arrastraba una colitis ulcerosa y recayó en junio de aquel año. Su salud se deterioró durante el verano y Abe se escondió: pasó 50 días sin dar una rueda de prensa, lo que desató todo tipo de especulaciones. En agosto anunció que iba a renunciar, renuncia que se materializó el 16 de septiembre de 2020, cuando fue sustituido por Yoshihide Suga. Eso sí, Abe se negó a respaldar a ningún sucesor.

Tiene más poder que el actual primer ministro para establecer la agenda del país"

Aunque aparentemente fuera del poder, Shinzo siguió siendo muy importante, mostrando sus opiniones políticas en todo momento, a menudo para disgusto de los actuales dirigentes del Partido Liberal Democrático y el Gobierno japonés. Siguió siendo poderoso y un referente fundamental en su país, el primero.

"Tenía más poder que el actual primer ministro para establecer la agenda del país", asegura Tobias Harris, biógrafo de Shinzo Abe, al medio australiano News.com. "De manera sistemática ha demostrado su capacidad para plantear cuestiones que el primer ministro y su gabinete debían abordar, tanto en política exterior como económica".

Yuriko Nakao / Reuters

Según Harris, "liberado de las responsabilidades del cargo, Abe ya no tenía que equilibrar cuidadosamente los intereses y los ideales, y podía pedir a gritos que se apliquen políticas aunque sean políticamente difíciles de realizar para Kishida (actual primer ministro)".

Abe era conservador y muchas veces fue descrito como un nacionalista de derechas

Abe era conservador y muchas veces fue descrito como un nacionalista de derechas. Siempre mostró puntos de vista revisionistas sobre la historia de Japón. Por ejemplo, negó que su país hubiera esclavizado sexualmente a las mujeres coreanas para disfrute de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

El sueño de un Japón potencia mundial

Sin embargo, para su biógrafo, Abe fracasó en lo que más ambicionaba: reescribir la Constitución para que Japón volviera a ser una potencia mundial. Siempre fue partidario de revisar el artículo 9 de la Constitución para permitir que el país tuviera tropas y armamento militar.

A cambio aumentó el gasto en defensa, impulsó las fuerzas armadas y el concepto de "autodefensa colectiva" con sus vecinos. En ese sentido, apoyó la alianza de Japón con los Estados Unidos. De su mano, el país participó en ejercicios de cooperación en el Indo-Pacífico con India, Australia o Filipinas.

Fracasó en lo que más ambicionaba: reescribir la Constitución para permitir que el país pudiera ser potencia militar

Fuera de las fronteras de las cinco islas de Japón (en realidad son 6.852), Abe fue conocido por su política económica. Su modelo, llamado Abenomics, fue diseñado para superar la deflación, impulsar el crecimiento económico y restaurar la caída de la tasa de natalidad de la nación. Pero sólo funcionó realmente con la deflación.

China y Estados Unidos marcan territorio en el Indopacífico

Abe sí logró para su país cierto liderazgo global y cierto compromiso. Con él, Japón estableció nuevas normas tecnológicas mundiales, tuvo lugar la adhesión a bloques comerciales y el fortalecimiento de los vínculos regionales con países como India, Vietnam y Taiwán. Construyó las defensas de Japón y dio los primeros pasos para una alianza con Australia (ahí esta QUAD). Como consecuencia, dice Tobias Harris, "Estados Unidos y otros socios esperan ahora más de los líderes japoneses".

Pero, desde entonces, esos movimientos han llevado a las Fuerzas de Autodefensa japonesas a participar en ejercicios de cooperación en el Indo-Pacífico con países como India, Australia, Filipinas y Estados Unidos.