Yolanda Díaz refuerza su perfil político y se apunta a confrontar con el PSOE ante el estreno de su plataforma Sumar

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
EFE
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz es otra tras el fiasco de la izquierda en las elecciones andaluzas, al menos en sus intervenciones públicas. En las últimas semanas, la vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en el Gobierno ha comenzado a virar de su habitual perfil discreto a uno más combativo con el PSOE, especialmente a tenor del aumento en gasto militar decidido por el ala socialista del Ejecutivo. Este cambio ha facilitado un acercamiento a Podemos, del que Díaz se encontraba muy distanciada tras varios choques en los últimos meses. Y esa transformación no es casual, sino que tiene mucho que ver con la puesta en marcha de la plataforma Sumar, que se estrenará este viernes en un acto en el espacio Matadero de Madrid, a las 19.30 horas.

El último episodio de esta mutación, y quizá el que más a las claras revela el nuevo papel que ha asumido Díaz, se produjo el pasado martes, cuando la vicepresidenta solicitó al PSOE una reunión urgente para evaluar la salud de la coalición después de haberse quejado públicamente de no haber sido informada del aumento extraordinario de 1.000 millones de euros en el presupuesto militar. Hasta ahora, la vicepresidenta había delegado ese tipo de peticiones -siempre incómodas- en la líder de Podemos, Ione Belarra. La alianza no está en peligro de ruptura, y Díaz ha insistido mucho en ello, pero también deslizó el miércoles que el PSOE no debería "arrinconar" a Unidas Podemos a la hora de aplicar políticas.

Ese no ha sido el único movimiento de la vicepresidenta para asumir un nuevo perfil más duro y, en ocasiones, más combativo con su socio de Gobierno. En las últimas semanas, Díaz ha presionado públicamente para que el recién resucitado "pacto de rentas" no sirva para aprobar una contención de los salarios, así como para elevar los impuestos a las empresas energéticas o para esclarecer las muertes de al menos 23 inmigrantes en la frontera de Melilla. Y lo ha hecho, y esa es la principal novedad, a través de las redes sociales y los medios de comunicación, una vía que hasta ahora había denostado para evitar exteriorizar los choques en la coalición.

No es baladí que Díaz haya asumido este nuevo papel tras el batacazo de la izquierda en las elecciones andaluzas y, especialmente, en los días previos a la presentación de Sumar, la plataforma a través de la que la vicepresidenta vehiculará el "proceso de escucha" que podría ser el embrión de su candidatura a las elecciones generales. Fuentes próximas a la vicepresidenta, no obstante, aseguran que ese cambio de tono se explica más como una respuesta a lo que Díaz interpreta como un viraje de la estrategia del PSOE en temas muy sensibles para Unidas Podemos, ante la que la presidenta "no va a permanecer callada".

El acercamiento a Podemos

En este sentido, estas fuentes explican que la idea de la vicepresidenta es mantener una línea similar a la que le ha posibilitado ser la líder mejor valorada desde hace meses: no ser "dura sin necesidad", elevar el tono únicamente "cuando hay que plantarse" y, en general, evitar el "ruido" que tan poco gusta a Díaz. Pero eso no implica, apuntan, dejarse "arrinconar", en palabras de la propia dirigente, y menos aún cuando surgen debates como el del aumento del gasto militar en 1.000 millones de euros que, a juicio del entorno de la vicepresidenta, son enormemente inoportunos incluso para el propio PSOE, porque generan polémicas evitables para el Gobierno.

Este nuevo perfil de Díaz ha tenido como efecto secundario un acercamiento a Podemos, que ya comenzó en las elecciones andaluzas pero que se ha intensificado desde entonces. Después de meses evitándolo, la vicepresidenta ha acudido en las últimas semanas a varios actos con las números uno y dos moradas, las ministras Ione Belarra e Irene Montero, y ha felicitado públicamente su trabajo. Y su entorno reconoce que "hay una voluntad de acercamiento" de Díaz al partido morado, que quedará patente con su participación en los cursos de verano de Podemos en una charla con la secretaria de Organización de la formación, Lilith Verstrynge.

Esta estrategia, no obstante, no pasa por cerrar filas con Podemos ni identificarse con el partido, y buena prueba de ello es que Díaz ha pedido a los líderes de los partidos a la izquierda del PSOE que no acudan este viernes a la presentación de Sumar precisamente para desligarse de las organizaciones ya existentes. Pero sí supone que la vicepresidenta no tenga reparos en defender más nítidamente banderas políticas, económicas y sociales que hasta ahora ha manejado el partido morado dentro del Gobierno, especialmente cuando el PSOE, interpreta el equipo de Díaz, está intentando achicar el espacio de su socio de coalición.

Una decisión no consultada

El viraje ejecutado por la vicepresidenta ha sido una decisión propia y no consultada con Podemos, según sostienen varias fuentes. Pero lo cierto es que a los morados no ha podido parecerles mejor porque, precisamente, es lo que llevaban meses reclamando: que Díaz ejerciera públicamente un mayor liderazgo de Unidas Podemos dentro del Gobierno. Podemos, además, siempre ha sido mucho más partidario que la vicepresidenta de presionar al PSOE a través de declaraciones públicas para defender sus posiciones, por lo que el hecho de que Díaz haya utilizado este método en las últimas semanas para referirse a asuntos como las muertes en Melilla o el aumento del gasto militar ha sido visto con buenos ojos por los morados.

No obstante, este mayor entendimiento entre Díaz y Podemos no implica que los problemas entre ellos hayan desaparecido, aunque la sintonía, reconocen ambas partes, sea mucho mayor. La vicepresidenta busca tener las manos libres para diseñar su proyecto estando lo menos condicionada que pueda por los partidos que la apoyan, y el partido morado quiere seguir manteniendo su condición de partido principal del espacio a la izquierda del PSOE, tener el mayor peso posible en las nuevas estructuras y ser un actor fundamental para determinar la estrategia política de Díaz. Los intereses de ambos, en ese sentido, son contrapuestos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento