Que la inflación, situada en junio en el 10,2%, su mayor nivel en 37 años, ha reducido notablemente el poder adquisitivo de los hogares españoles es una evidencia. Solo hace falta hacer una simple compra en cualquier supermercado para comprobar que el coste de llenar el carro de productos es bastante mayor que hace un año. 

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Con este alza de los precios, los hogares están teniendo cada vez más problemas para llegar a fin de mes. Y todas las previsiones apuntan a que la inflación seguirá en niveles altos en los meses venideros, dibujando así un panorama aún más negro para las familias. 

Según una encuesta reciente realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un 24% de los hogares ya tiene dificultades para cubrir sus necesidades diarias -como pagar las facturas o llenar la cesta de la compra- y hasta un 34% carece ahorros para afrontar el hasta ahora imparable incremento de los precios o cualquier imprevisto que pueda surgir. 

El sondeo, basado en más de un millar de entrevistas a consumidores de entre 25 y 79 años, precisa que estas dificultades no afectan a todos los hogares por igual sino que "los resultados vienen determinados por una serie de condicionantes como el tipo de familia, la situación profesional, la propiedad de la vivienda y la edad". 

Así, los que han resultado más perjudicados por la subida del coste de la vida han sido los hogares con niños; seguidos de quienes se encuentran sin trabajo, los que viven en viviendas de alquiler y las personas con edades comprendidas entre los 45 y 59 años. En el caso de estos colectivos, indica la encuesta, el porcentaje de los que carecen de ahorros  o no pueden ahorrar nada es superior a la media y oscila entre el 39 y 59%.

El 42% busca marcas más económicas

El documento revela además algunas de las medidas que están empleando los hogares españoles para intentar que su economía doméstica no entre en números rojos. De esta forma, el 42% está comprando productos de marcas más económicas en el supermercado o usa menos los electrodomésticos, mientras que un 36% usa menos el coche para ahorrar en gasolina y un 33% ha recortado algunas actividades sociales, como ir a bares o restaurantes. 

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Además, el 29% ha pospuesto la compra de ropa o ha renunciado a hacerlo, el 25% ha cancelado o pospuesto viajes y el 21% ha empezado a comprar menos carne y pescado y ha cambiado su plan de vacaciones. 

Ante esta situación, OCU ha solicitado al Gobierno y las comunidades autónomas distintas medidas, como una suspensión temporal de impuestos energéticos o rebajar el IVA en los alimentos, así como proporcionar cheques comida a las familias más vulnerables, especialmente en el caso de hogares con niños y padres en situación de desempleo.