La presidenta del Parlament, Laura Borràs, se ha hecho fuerte este martes y ha confirmado que "no tiene ninguna intención" de dimitir por el caso de presunta corrupción por el que está procesada. En una comparecencia en el Parlament, Borràs ha defendido que es "inocente" y que no ha "cometido ningún delito".

El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) hizo público el pasado 29 de junio que procesaba a Laura Borràs y la dejaba a un paso del juicio oral por "abusar" presuntamente de su cargo al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) y cometer presunto fraude al adjudicar contratos a dedo a un amigo.

Desde ese mismo día, se han repetido las voces –algunas apuntan a su propio partido, Junts, también a los socios de ERC y a los partidos de la oposición– que consideran que Borràs debería dejar el cargo para preservar la dignidad del Parlament de Catalunya. 

Se acogen al artículo 25.4 del reglamento de la cámara que recoge que cuando un diputado es acusado de delitos "vinculados a la corrupción" la Mesa del Parlament "una vez sea firme el auto de apertura del juicio oral y tenga conocimiento del mismo, debe acordar la suspensión de los derechos y deberes parlamentarios de forma inmediata". 

Borràs ha señalado que a ella este artículo no se le puede aplicar porque se refiere a la "comisión de delitos", y ella defiende que no ha cometido ningún crimen.

En este sentido ha defendido su "honestidad" y ha asegurado que su caso no hubiera llegado tan lejos judicialmente "si yo no fuera quien soy y porque represento lo que represento" y –fiel a su estilo– ha sentenciado: "Sufro persecución política y acoso judicial".

Por ello, se dirigió al resto de partidos del arco parlamentario para que no entren el juego "represor" cuando le reclaman dimitir para preservar la honestidad del Parlament de Catalunya: "La dignidad del Parlament la deberíamos preservar entre todos" ha dicho, y ha pedido no usar esas acusaciones para «eliminar a una adversaria política». 

En esta línea, ha clamado que se "eliminen las acusaciones de victimista" con las que en reiteradas ocasiones se hace referencia a Laura Borràs: "Tampoco quiero que se me disculpe por el hecho de ser independentista", ha zanjado.

A la línea de defensa de Laura Borràs se ha sumado el secretario general de su partido, Jordi Turull, que confirmó el "apoyo granítico" desde JxCat y reiteró el mismo llamamiento a las fuerzas independentistas a la unidad, para "no caer en la trampa" del Estado.

Pero desde ERC se espera que Laura Borràs facilite su suspensión y consideran que la solución ideal pasaría por un "acuerdo político" que permitiese que Borràs se aparte del cargo hasta que haya una sentencia definitiva. 

Por su parte, la CUP evita por ahora posicionarse y esperará a que ERC y JxCat le trasladen una propuesta, ya que esos partidos votaron a Borràs como presidenta y "sabían que este día llegaría", recordó el diputado Xavier Pellicer, que aún así advirtió que un proyecto colectivo no puede quedar sometido a "intereses individuales".

Desde los comunes, David Cid reiteró que es necesario "un paso al lado" de Borràs y ha instado a ERC y CUP a "mantenerse firmes" para aplicar el reglamento. Mientras, la socialista Alícia Romero ya avisó de que su partido pedirá que «se cumpla»; y Carlos Carrizosa (Cs) aseguró que dimitir es «la única salida digna» para Borràs, que se atrinchera en su poltrona».