La sentencia, dictada después de que las partes alcanzaran un acuerdo mediante el cual el condenado reconocía los hechos y mostraba su conformidad con la pena solicitada por la Fiscalía, también le impone la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima y comunicarse con ella durante cinco años, además de 50 días de trabajos en beneficio de la comunidad y cinco meses de multa por los delitos de incendio, maltrato y daños.

Los hechos comenzaron sobre el mediodía del 11 de octubre de 2019, cuando el procesado fue hasta el inmueble que compartía con su pareja y comenzó a llamar insistentemente al telefonillo, sin que la víctima le abriera la puerta.

Sobre las 15 horas, el acusado consiguió entrar a la finca y, al ver a la mujer en el descansillo, comenzó a forcejear con ella, la empujó y la tiró al suelo, lo que le provocó una contusión en la mandíbula.

Tras este episodio, la perjudicada se fue a casa de una amiga, ausencia que aprovechó el condenado para entrar en el piso y destrozar dos televisores, dos teléfonos móviles, arrancar la cortina de la bañera y el cristal del baño.

Horas después, ya en la madrugada del día 12, el penado volvió a la vivienda y le prendió fuego en el dormitorio principal en tres puntos distintos para garantizar la propagación de las llamas.

El incendio afectó a cuatro vecinos del edificio, que necesitaron asistencia sanitaria por inhalación de humo. Una de las afectadas estaba embarazada y fue trasladada a un centro sanitario.

Tras cometer los hechos, el condenado se quedó escondido en las inmediaciones del edificio mientras veía cómo se quemaba la finca, hasta que fue identificado por los agentes de la autoridad.

El acuerdo de conformidad entre las partes ratificado en la sentencia incluye la apreciación para el condenado de las atenuantes de drogadicción y reparación parcial del daño, pues el día del juicio ingresó 2.850 euros en una cuenta judicial para abonar las responsabilidades civiles derivadas de los delitos cometidos.