Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

El presidente speaks English

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado este jueves que pedirá en las Cortes Generales un gran "acuerdo de país" con todas las fuerzas políticas para fijar el compromiso de ir incrementando progresivamente hasta 2029 el presupuesto en Defensa, hasta alcanzar el 2% del PIB, porcentaje comprometido con la OTAN.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la cumbre de la OTAN.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado este jueves que pedirá en las Cortes Generales un gran "acuerdo de país" con todas las fuerzas políticas para fijar el compromiso de ir incrementando progresivamente hasta 2029 el presupuesto en Defensa, hasta alcanzar el 2% del PIB, porcentaje comprometido con la OTAN.
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

Qué contentos estamos todos de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hable inglés. Qué diferencia tan abismal con sus predecesores que ni siquiera lo chapurreaban. Al fin, José Félix Tezanos puede añadir a la estatura y al buen parecido de su jefe que tanta envidia suscitan entre sus compatriotas esta tercera ventaja comparativa del speak English, todo un orgullo a exhibir para cualquier español bien nacido. El hecho es que –excluido de las rondas telefónicas en las que se prodigaba Joe Biden con los aliados europeos y sin que defraudando las expectativas tampoco le diera bola en la cumbre de Bruselas–, nuestro Sánchez adolecía de falta de calor en el cariño que seguía sin brindarle el presidente norteamericano.

Pero llegó la cumbre de la OTAN en Madrid y Joe Biden compareció en el palacio de la Moncloa donde mantuvo más de cincuenta minutos de conversación, que concluyó declarando a España como un aliado indispensable, elogiando el liderazgo de Sánchez y aportando a la base aeronaval de Rota otros dos destructores del llamado escudo antimisiles, del que nada sabíamos hace tanto tiempo. ¿Imaginan los lectores de estas líneas al británico Johnson, al italiano Dragi, al alemán Scholz o al holandés Rutte blasonando de haber sido elogiados por Biden? Pues Sánchez y los suyos no tuvieron dudas en hacerlo.

Sucede que estas facilidades ampliadas modifican el convenio de defensa vigente entre el Reino de España y los Estados Unidos de América y que requerirán su convalidación parlamentaria. Es ahí donde estaba esperando Unidas Podemos para clarearse anticipando su voto en contra mientras el Partido Popular parece haber entendido la conveniencia de ofrecerse para la ocasión y mostrarse a favor de las políticas de Estado. Cuestión distinta es que ningún observador que siga el intercambio dialéctico entre los socialistas del Gobierno y los populares de la oposición, que se verifica en las sesiones de control del Pleno del Congreso de los Diputados, hubiera podido concluir que los primeros se encuentren necesitados de lograr el apoyo de los segundos. Porque, una vez más, el miércoles día 29, en sus respuestas, la vicepresidenta primera acreditó la deriva que puede terminar convirtiéndola en una hooligan del presidente.

Es ahí donde estaba esperando Unidas Podemos para clarearse anticipando su voto en contra

Al diputado del PP Jaime Eduardo de Olano le negó que anden asaltando instituciones como la Fiscalía, el CNI, el CIS o el INE y le exigió que se declarara a favor de los reales decretos leyes de la bajada del IVA, de la subida del ingreso mínimo vital y de las pensiones no contributivas o la congelación de la bombona de butano. A Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, evitó contestarle por los perjuicios económicos derivados del giro político respecto al Sáhara. Al diputado de Ciudadanos Edmundo Bal, la vicepresidenta le pidió apoyo unánime a sus medidas.

Animada por semejantes desplantes, la ministra de Hacienda no quiso ser menos y se lanzó a señalar que el Partido Popular es el ejemplo más claro de inutilidad y antigualla. Poco después, del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, fue imposible escuchar explicación alguna de la masacre de la valla de Melilla con más de treinta muertos como le reclamaba el popular José Antonio Bermúdez de Castro. Fue muy notable el cambio de léxico cuando las preguntas las planteaba Iñigo Barandiarán, del PNV, al que respondió el ministro diciéndole que estaba completamente de acuerdo, aunque más adelante señalara su esperanza en que retirara lo que había atribuido al presidente del Gobierno. Guante blanco también de Marlaska para contestar las graves acusaciones del portavoz de EH Bildu. La mera coincidencia de fechas indujo a los ministros interpelados a sumarse entusiastas al Orgullo Gay. Pero las alusiones a la cumbre de la OTAN pasaron mucho más inadvertidas.

Fue muy notable el cambio de léxico cuando las preguntas las planteaba Iñigo Barandiarán, del PNV

En todo caso, interesa observar cómo los cuarenta años cumplidos del ingreso de España en la OTAN hubieran permitido repasar las condiciones bajo las cuales se ratificó en el referéndum del 12 de marzo de 1986 la permanencia de nuestro país en la Alianza Atlántica, a saber: 1.º Que España no se incorporaría a la estructura militar integrada; 2.º Que se mantendría la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en el territorio español; 3.º Que se procedería a la reducción progresiva de la presencia militar de Estados Unidos en España. Sucede que el 1 de enero de 1999 España culminaba su incorporación plena a la estructura militar integrada de la OTAN sin que hubiera otro referéndum para salvar aquella condición que nos excluía; que ignoramos si la prohibición de armas nucleares se cumple y que ahora bajo nuevas circunstancias luchamos por incrementar esa presencia militar de Estados Unidos que quisimos reducir. De modo que, cada vez que un pelotón de marines deja la base española de Morón para ubicarse en la base italiana de Vicenza, nos sacude un vértigo de orfandad como si fuéramos a ser abandonados.

Terminada la cumbre, nos queda un álbum de fotos y mucho que comentar. En cuanto al Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, su alusión a la defensa de la soberanía y de la integridad territorial de los aliados resulta una derivada del artículo 5.º del Tratado de Washington, donde no cabe mención al nombre de las ciudades de Ceuta y Melilla.

Mucho más contundente a este respecto es el artículo 8.º de la Constitución a tenor del cual las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. En todo caso, sabemos bien que quienes plantean una amenaza a nuestra integridad territorial son los independentistas en Cataluña y no los sudaneses desesperados de la valla de Melilla.

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