La suspensión de pagos en Rusia: qué significa, quién decide este estatus y por qué el Kremlin considera que es una "farsa"

Vladimir Putin pronuncia un discurso en la Plaza Roja de Moscú en conmemoración del 60º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Han desfilado 2.500 veteranos en antiguos camiones ante las miradas de líderes de todo el mundo.
Vladimir Putin, en una imagen de archivo en la Plaza Roja de Moscú
Sergei Dolzhenko/Efe
Vladimir Putin pronuncia un discurso en la Plaza Roja de Moscú en conmemoración del 60º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Han desfilado 2.500 veteranos en antiguos camiones ante las miradas de líderes de todo el mundo.

Rusia ha entrado en suspensión de pagos al pasar el periodo de gracia para el abono de cerca de 100 millones de dólares en concepto de intereses de su deuda soberana. Según Bloomberg, los 30 días de gracia para que los acreedores de Rusia recibieran el pago expiraron este domingo.

Bloomberg reconoce que la declaración de impago de Rusia tiene carácter "simbólico

Se trata de una consecuencia más de las sanciones por la invasión rusa de Ucrania. Dice la agencia estadounidense que esta suspensión de pagos es la "culminación de las sanciones occidentales cada vez más severas que han bloqueado las vías de pago a los acreedores extranjeros".

Este mismo lunes se ha preguntado al portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, si era versad que Rusia había suspendido pagos. En rueda de prensa, se ha limitado a responder: "No, no estamos de acuerdo". Moscú habló hace días de "farsa" y la propia Bloomberg reconoce que una declaración de impago de Rusia tiene un carácter "simbólico".

El Kremlin asegura que sí tiene dinero para pagar sus deudas, pero que son las sanciones las que han congelado sus reservas de divisas en el extranjero. Hace unos días, el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, dijo que "Estados Unidos y la Unión Europea han creado obstáculos artificiales para impedir que Rusia pueda hacer frente al servicio de su deuda soberana con el fin de ponerle la etiqueta de impago".

EE UU y la UE han creado obstáculos artificiales para impedir que Rusia pueda hacer frente a su deuda soberana con el fin de ponerle la etiqueta de impago"

En mayo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos puso fin a la capacidad de Rusia de pagar sus miles de millones de deuda a los inversores internacionales a través de los bancos estadounidenses. En respuesta, el Ministerio de Finanzas ruso decidió que pagaría las deudas denominadas en dólares en rublos y ofrecería "la oportunidad de una posterior conversión a la moneda original".

Cómo se decide una suspensión de pagos

Los inversores llevan meses esperando el impago del país de Putin. Por ejemplo, desde hace semanas los contratos de seguros que cubren la deuda rusa hablaban en un 80% de la probabilidad de un impago. Las agencias de calificación también pueden decidir cuándo un país está en situación de impago, pero como consecuencia de las sanciones éstas retiraron sus calificaciones de las entidades rusas.

Existe también un Comité de Determinación de Incumplimiento Crediticio, formado por un grupo de bancos y fondos de inversión. En el caso de Rusia, el 7 de junio dictaminó que no había pagado los intereses adicionales requeridos tras realizar el pago de un bono después de la fecha de vencimiento del 4 de abril. Pero el comité aplazó la adopción de nuevas medidas debido a la incertidumbre sobre cómo las sanciones podrían afectar a cualquier acuerdo.

Las agencias de calificación suelen decidir cuándo un país está en impago, pero con la guerra retiraron sus calificaciones de las entidades rusas

Formalmente, el impago se declara si el 25% o más de los tenedores de bonos dicen que no han recibido su dinero. Desde ese momento, todos los demás bonos extranjeros también están en mora. Así, los tenedores de bonos pueden pasar a solicitar una sentencia judicial que exija el pago.

Pero los bonos extranjeros de Rusia cotizan apenas un 20% de su valor nominal. Entrar en la vía judicial podría llevar a un embargo de activos rusos en el extranjero (que pueden transformarse en dinero y así cobrar).

Lo normal es que los inversores y el gobierno moroso negocien un acuerdo en el que los tenedores de bonos reciben nuevos bonos que valen menos, pero que al menos les dan una compensación parcial. Pero la situación de Rusia, al haber invadido a otra nación soberana, no es normal. De hecho, las sanciones hacen imposible negociar con el Kremlin.

Otro ejemplo de que no estamos ante un caso normal: cuando un país entra en impago se le suele dejar fuera del mercado de bonos hasta que el asunto se resuelve y los inversores vuelven a confiar en su capacidad/voluntad de pago. Pero Rusia ya está excluida de los mercados de capitales. Sólo le quedaría pedir préstamos en rublos en su país, a sus propios bancos.

Cuánto dinero debe Rusia

Si un país no cumple con sus pagos, la consecuencia inmediata es que se pierde la confianza de los inversores y nadie se fía del Estado. Eso, a su vez, supone que nadie le va a prestar dinero. Se ven afectados directamente los tenedores de bonos, los inversores extranjeros y, por supuesto, los ciudadanos de ese país.

Rusia tenía unos 640.000 millones de dólares en divisas y reservas de oro: gran parte están en el extranjero y ahora congeladas

En un escenario clásico, la suspensión de pagos tiene consecuencias inmediatas y muy duras sobre la vida diaria de los ciudadanos. Aumentan el desempleo y la inflación y por lo tanto el descontento general. Se suele citar el caso de Argentina, que llegó al default en 2002. Pero lo de Rusia es bien distinto.

Se calcula que el país debe unos 40.000 millones de dólares en bonos extranjeros, aproximadamente la mitad de ellos a tenedores extranjeros. Antes de invadir Ucrania, Rusia tenía unos 640.000 millones de dólares en divisas y reservas de oro, gran parte de las cuales se mantenían en el extranjero y ahora están congeladas.

En 1998, Rusia sufrió otra suspensión de pagos, pero aquella fue básicamente interna

Las empresas extranjeras han huido de Rusia y han interrumpido los vínculos comerciales y financieros del país con el resto del mundo. El impago sería un síntoma más de ese aislamiento, pero los expertos entienden que no tendrá grandes consecuencias en el sistema económico mundial.

Rusia no ha dejado de pagar sus deudas internacionales desde la Revolución Bolchevique, cuando el Imperio Ruso se derrumbó y se creó la Unión Soviética. En 1998, Rusia sufrió otra suspensión de pagos, pero aquella fue básicamente interna. Afectó a sus bonos en rublos, es decir, a sus acreedores nacionales.

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