La OTAN aprobará en Madrid un ingente refuerzo militar anti-Putin: más de 300.000 efectivos de alta disponibilidad

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en el Foro Económico Mundial de Davos.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en el Foro Económico Mundial de Davos.
EFE/EPA/GIAN EHRENZELLER
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en el Foro Económico Mundial de Davos.

La guerra en Ucrania continúa y, en medio del conflicto, la OTAN sigue ostentando el papel central que adquirió hace más de cuatro meses, cuando los primeros misiles rusos comenzaron a impactar en el país vecino. En este contexto internacional, Madrid se convertirá los próximos miércoles y jueves en el escenario de la cumbre de la Alianza, donde sus líderes esperan acordar un incremento de sus fuerzas de alta disponibilidad a "más de 300.000" efectivos.

Así lo ha anunciado el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa previa al encuentro, en la que ha explicado que los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza decidirán transformaremos la Fuerza de Respuesta de la OTAN. El objetivo es robustecer algunos de los batallones desplegados en países del este de Europa para elevarlos al nivel de brigadas. 

En la actualidad, la Fuerza de Respuesta de la OTAN -altamente preparada y tecnológicamente avanzada- cuenta con 40.000 efectivos terrestres, aéreos, marítimos y de equipos de operaciones especiales, que la Alianza puede desplegar rápidamente allí donde sea necesario. Para poner en práctica este incremento de dotación, la organización prevé tener más unidades preposicionadas, reservas de suministros militares y planes de defensa mejorados y con fuerzas “preasignadas” para proteger a determinados aliados.

Esta mejora de los recursos militares supone la "mayor revisión" de "disuasión y defensa colectiva desde la Guerra Fría", ha apuntado el político noruego. Para materializarlo, estas tropas adicionales se ejercitarán junto con las fuerzas de defensa del país de destino y se familiarizarán con el terreno local, las instalaciones y las "nuevas reservas preposicionadas”, con el objetivo de “responder sin problemas y con rapidez a cualquier emergencia”, según ha detallado Stoltenberg. 

Convertir los batallones en brigada

Además de este aumento de los efectivos de alta disponibilidad, la OTAN reforzará sus unidades militares desplegadas en varios países miembros de la parte oriental de Europa hasta convertirlas en brigadas. Tras el inicio de la agresión de Rusia a Ucrania en 2014 en el Donbás, la organización decidió desplazar a Polonia y los países bálticos cuatro batallones multinacionales, que duplicaron su número con el estallido de la guerra, e instalar otros cuatro en Rumanía, Bulgaria, Hungría y Eslovaquia.

Esta conversión de los batallones en brigadas al aumentar sus efectivos se producirá únicamente en "algunos" de esos países. Esto se debe a que no existe una misma solución adecuada para todos, pues depende de las "necesidades" de cada país, según ha precisado Stoltenberg.

Asimismo, en la cumbre de Madrid, la OTAN aprobará un nuevo Concepto Estratégico. Se trata del documento que guiará las acciones la Alianza en la próxima década en respuesta a "una nueva realidad de seguridad" y que supondrá "un cambio fundamental en la disuasión y la defensa" de los países miembros. Este texto sustituirá al adoptado en Lisboa en 2010, actualmente en vigor y que considera un socio clave a Rusia, que pasa ahora a constituir "la amenaza más importante y directa" para la seguridad de los países del Tratado.

Stoltenberg ha justificado este giro con el alejamiento de Moscú del diálogo que la Alianza ha intentado mantener durante "muchos años" y con el fracaso de los acuerdos firmados con el Kremlin, que ha escogido la "confrontación" frente al entendimiento. 

"Garantías de seguridad colectiva"

En su intervención, el secretario general de la OTAN ha expresado también su convencimiento de que Vladímir Putin "conoce las consecuencias de atacar a un país aliado". Se ha referido así a las tensiones entre Lituania y el Kremlin por los controles que Vilna aplica a los bienes que entran y salen del enclave ruso de Kaliningrado, a causa de la aplicación de las sanciones de la Unión Europea contra Moscú.

"Estoy seguro de que Moscú, el presidente Putin, entiende nuestras garantías de seguridad colectiva y las consecuencias de atacar a un país aliado. Activaría la respuesta de toda la Alianza", ha apuntado Stoltenberg. Asimismo, ha mostrado su preocupación por el incremento en la presencia militar rusa en Kaliningrado, que "lleva varios años teniendo lugar con sistemas de armas avanzados".

Este incremento de las fuerzas militares en Kaliningrado, de acuerdo con Stoltenberg, es parte de la razón por la que la Alianza ha modernizado sus equipos y capacidades y ha incrementado su presencia en esa región. Este aumento pretende "enviar el mensaje de que se defenderá" a estos países y, con dicha señal, "se previene un ataque", añadió.

Cumbre en Madrid

La cumbre de Madrid, que comenzará oficialmente el próximo miércoles, reunirá ya a partir de este martes a un número inusual de jefes de Estado y de Gobierno mundiales. A los tradicionales líderes de la Alianza se unen esta vez los candidatos Suecia y Finlandia, más los mandatarios de Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

La cumbre se celebra en un momento de tensión e incertidumbre en el escenario mundial a causa de la invasión de Rusia en Ucrania, que ha impulsado a Suecia y Finlandia a llamar a las puertas de la OTAN, cuya apertura bloque Turquía por el momento. No obstante, a esta intranquilidad global contribuye también el desafío geoestratégico que supone China para Occidente y las pruebas nucleares de Corea del Norte. 

Los principales protagonistas del encuentro serán los líderes de los países con más peso en la OTAN, como el presidente estadounidense, Joe Biden; su homólogo francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, y el primer ministro británico, Boris Johnson

También participarán los presidentes de Turquía y Finlandia, Recep Tayyip Erdogan y Sauli Niinisto, y la primera ministra sueca, Magdalena Andersson; todos ellos involucrados en uno de los principales asuntos abordados ahora mismo por la OTAN: la entrada de los dos países nórdicos en la Alianza.

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