Una vaca que adopta a un perro, una galguita que ha logrado ser feliz y una perrita que ha donado sus córneas, son tres de los 30 cuentos, "basados en hechos reales" y recopilados por la educadora canina Inma Arán en El ciervo que comía sopa de fideos y otras historias de bichos locos, para concienciar sobre el cuidado de los animales.

En un estilo muy "libre", la educadora canina y autora del libro Inma Arán cuenta que decidió narrar estos relatos, publicados por Ediciones Martínez Roca, que mezclan, a través de un lenguaje sencillo y cercano, con ilustraciones de María Mena Viña, historias "tiernas y divertidas" de perros, elefantes, osos o ciervos, entre otros, que "despiertan nuestras emociones" para niños de entre 9 y 12 años.

Para definir el enfoque principal de estas narraciones, la autora se ha centrado en la relación y el vínculo de estos animales con las personas que se cruzan en su camino, con el objetivo de concienciar sobre el cuidado y el respeto hacia ellos y transmitir el mensaje de que "no pueden ser solo herramientas de la sociedad", ya que "son capaces de sentir" aunque sea de una "manera distinta".

PLANETA

El título El ciervo que comía sopa de fideos y otras historias de bichos locos de su primer libro surgió mientras Arán, que se autodefine como una persona de "alma animalista", analizaba los nombres de los capítulos y este le llamó la atención y se dejó "llevar totalmente", ha añadido.

Sin embargo, ha destacado que, entre sus favoritos, figuran otros capítulos como 'La luz de Sol', una historia emotiva y dedicada a una perrita llamada Sol que fue rescatada y padecía cáncer y su dueño, un niño llamado Vicente, decidió donar las córneas de su mascota a otro animal que las necesitaba. O "Mi historia de amor con Arpa", un relato semejante al anterior, pero en el que la misma autora, que estudió Historia del Arte, es protagonista junto a su perra.

Arán ha insistido en que la idea surgió a raíz de las historias de animales que subía a sus redes sociales, en las que se la conoce bajo el pseudónimo Bella Bamba, en las que, según ha destacado ella misma, es "muy viral" ya que acumula millones de seguidores.

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Muchos de los relatos provienen de sus propios seguidores o de internet, aunque solo son la "premisa" a la que luego Arán dota de ficción.

"Tantísima gente me pedía que los escribiera, que les encantaría tenerlos para leérselo a sus niños, a sus nietos…", ha explicado.

La educadora canina no solo sube vídeos sobre estas historias, sino que, en cierto modo, sigue ejerciendo su profesión ofreciendo retransmisiones en directo a modo de "consultorio".

"Al final lo que estoy haciendo es labor de difusión", ha manifestado la autora, quien también ha sido voluntaria en un albergue municipal de rescate de mascotas y ha conseguido que muchos perros sean adoptados.