Matamoros reconoce que se avergüenza de su labor como padre y habla de la rehabilitación que empezó antes de 'Supervivientes'

Kiko Matamoros, en 'Supervivientes'.
Kiko Matamoros, en 'Supervivientes'.
Mediaset
Kiko Matamoros, en 'Supervivientes'.
Kiko Matamoros mostró hoy en 'Supervivientes' su lado más vulnerable: "Creo que no he sabido estar a la altura de lo que mis hijos se hubieran merecido", reconoció.
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Este martes 21 de junio, Kiko Matamoros se enfrentó al puente de las emociones, una mecánica de Supervivientes en la que los concursantes tienen que enfrentarse a unos peldaños con varias palabras y decir lo que les evoca. Matamoros decidió usar el espacio para mostrar su faceta más vulnerable, la que se esconde tras su cinismo y sentido del humor habituales.

La primera palabra fue vergüenza y, entre lágrimas, el colaborador de Sálvame entonó el mea culpa sobre su labor como padre y, en especial, con Anita Matamoros, pues en la actualidad no tiene relación con ella.

"Creo que no he sabido estar a la altura de lo que mis hijos se hubieran merecido. Ahora estoy muy orgulloso de la relación que tengo con cuatro de los cinco hijos que tengo. He descubierto tarde a una hija maravillosa gracias a la intervención de Marta, mi pareja", comenzó, en alusión a Laura Matamoros

En esa línea, lamentó no haberse esforzado más por haber estado con sus hijos a lo largo de los años e hizo una dura reflexión sobre el paso del tiempo: "La vida pasa. Con 40 años piensas que todo se puede resolver, pero eso es mentira. Cuando te das cuenta, ni tus hijos han disfrutado de ti ni tú de ellos, y nada ni nadie se merece eso". 

La cosa no quedó ahí, y también se mostró arrepentido por haber "desbaratado las cosas" y haber dificultado que sus hijos hereden el patrimonio que a él le gustaría legarles

Cambiando de tercio, Matamoros reconoció que también se sentía decepcionado consigo mismo y con sus capacidades intelectuales por haber terminado siendo "un monigote en televisión".

Familia

Siguiendo con el arrepentimiento, aprovechó para pedirles disculpas a sus hermanos por exponer las intimidades de la familia al decir que lamentaba haber juzgado tan duramente a su padre, al que había "aprendido a querer cuando estaba ya muerto".

Una de las partes más duras de la noche llegó cuando recordó que fue incapaz de atender a su madre durante el último año y medio de su vida, cuando sufría demencia y metástasis, por lo mucho que la quería y lo difícil que se le hacía verla así.

"La descuidé mucho, fue muy cobarde. El otro día, viendo a mis compañeros, pensé que las madres vivas te escriben, pero las muertas te hablan. Yo no tuve cojones de asistirla el último año y medio, espaciaba las visitas y ella no me reconocía... no me lo perdono, aunque sé que ella a mí sí, ni siquiera he sido capaz de esparcir sus cenizas, no he tenido fuerzas", lamentó.

Adicciones

Por último, habló sobre sus adicciones y el punto en el que se encuentra con respecto a ellas, algo que ya adelantó al nominar hace unas semanas.

"He jugado con la muerte a la ruleta rusa. He sido adicto durante 50 años a la cocaína y fumador de 3 parquetes diarios durante casi 40 años. Estoy en fase de recuperación, tenía las mucosas casi necrosadas antes de entrar, empecé una rehabilitación mes y medio antes de llegar aquí. La droga es posible que no mate tan violentamente como se dice, pero mata y hace mucho daño", desveló. 

Por último, y una vez había recibido cartas de cuatro de sus cinco hijos, aprovechó para lanzarle un mensaje más a Ana, la hija que faltó en esas misivas. "No la olvido, forma parte de mi vida y yo de la suya, y así será per saecula saeculorum. No somos los primeros que tenemos un problema de entendimiento, yo la llevo en el corazón, si necesita algo estaré ahí quiera o no", concluyó.

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