¿Le suenan los nombres de Lola, Filomena, Ernest o Justine? Pues quédese con estos otros: Zoe, Yago, Xenia, Wenceslao y Vega. Serán, por este orden, las próximas olas de calor que supongan un mayor impacto en la población y que, a partir de ahora, serán bautizadas, como ya ocurre desde hace tiempo con las borrascas, los huracanes, las tormentas o las nevadas.

La iniciativa se enmarca en el proyecto proMETEO, una experiencia piloto internacional y pionera en todo el mundo promovida por el Centro de Resiliencia Adrianne Arsht Rockefeller Fundation y que se desarrollará por vez primera en la ciudad de Sevilla, convertida así en laboratorio urbano para mitigar el incremento de las cada vez más frecuentes olas de calor. Además del Ayuntamiento hispalense, participan también la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide (UPO), el Instituto Carlos III, la Oficina Española de Cambio Climático, la Alianza para el Día Después y LifeWatch Eric.

El proyecto parte de los estudios que identifican estos episodios como uno de los fenómenos meteorológicos con gran impacto en la vida de las personas. Un posible riesgo, además, que "tiende a subestimarse frente a otros desastres naturales", explican los responsables de proMETEO. Así, el objetivo de la iniciativa es doble. Por un lado, concienciar a la población de la importancia de las olas de calor. Y, por otro, impulsar la puesta en marcha de medidas de resiliencia frente a las altas temperaturas.

La experiencia piloto probará durante un año la posibilidad de implantar un sistema de alertas que avise de la llegada de una ola de calor y de sus posibles afecciones para la salud, partiendo del análisis de las condiciones climáticas de Sevilla a lo largo de su historia.

proMETEO

Un equipo de expertos ha desarrollado un algoritmo capaz de pronosticar las olas con varios días de antelación y clasificarlas en diferentes niveles, según su potencial incidencia en la población. Las más extremas recibirán un nombre propio, comenzando por la última letra del alfabeto. La primera se llamará Zoe, y las siguientes, Yago, Xenia, Wenceslao y Vega.

Las olas de calor, según este sistema, se clasificarán en cinco categorías: ola de calor con nombre, que supone un riesgo muy elevado para la salud; ola de calor, que implica riesgo elevado; episodio de calor, con un impacto medio o con impacto bajo; y calor sin impacto.

La implantación de proMETEO permite a Sevilla unirse a otras ciudades implicadas en otros proyectos de acción contra el calor, como Atenas, Santiago de Chile, Los Ángeles o Miami, y dar otro paso más en la lucha contra el cambio climático. Desde el proyecto, alertan de que las olas de calor son cada vez más frecuentes y duraderas, y las previsiones apuntan a que en el próximo siglo, si no se toman medidas, afectarán negativamente al 75% de la población mundial.

Refugios climáticos y otras medidas

El Consistorio ha desgranado algunas de las medidas que se pondrán en marcha cuando se detecte la llegada de una ola de calor extrema. Una de ellas será el despliegue de una red de refugios climáticos, siguiendo el modelo de otras ciudades, como París y Barcelona. Son espacios, como colegios, bibliotecas o centros cívicos que, al estar climatizados, permanezcan abiertos en distintos puntos de la ciudad con un amplio horario para que se utilicen como refugios durante las olas de calor, especialmente por parte de la población más vulnerable que no dispone de aire acondicionado en sus casas.

También se activará el Plan de Emergencias Municipal, como cuando hay episodios de fuertes tormentas o vientos. Y se ejecutará un programa de intervención social para la población más vulnerable, especialmente mayores y también personas sin hogar con dispositivos específicos de calle y de alojamiento.

Igualmente, el Ayuntamiento contempla aumentar de los puntos de reparto de agua fresca, a través de fuentes o suministros específicos de Emasesa; el establecimiento de una red de alertas, avisos y protocolo de recomendaciones dirigido a la población; la adopción de una estrategia de actuación ante los efectos también sobre los animales mediante el Centro municipal de Protección Animal; análisis de posibles protocolos específicos de funcionamiento de equipamientos y espacios públicos como los colegios de la ciudad; o la puesta en marcha de un sistema de coordinación con los centros sanitarios para una adecuación de la atención a la población con más personal.

"Salvar vidas"

"Hoy es un día importante porque el alcalde y Sevilla están liderando una iniciativa para convertirse en la primera ciudad en el mundo que nombra y categoriza las olas de calor. Esta nueva metodología, respaldada por 18 meses de investigación y análisis por parte de nuestro equipo científico, y construida junto a expertos locales y globales, tiene como meta, crear conciencia del impacto del cambio climático y salvar vidas", ha señalado Kathy Baughman McLeod, directora del Centro de Resiliencia Adrienne Arsht Rockefeller Foundation, en la presentación del proyecto, que se ha celebrado este martes en los bajos del Paseo Marqués de Contadero de Sevilla, precisamente el día en el que ha entrado oficialmente el verano.

Por su parte, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha considerado que la ciudad "debe ser un espejo en la adopción de medidas contra el cambio climático, como esta iniciativa". Además, ha destacado que "el gobierno de la ciudad ratifica su compromiso con la lucha contra el cambio climático a través de dos líneas de trabajo: la reducción de las emisiones y la descarbonización y la adaptación, de hacer una ciudad resiliente, con un modelo que realmente sepa afrontar el gran reto que supone las altas temperaturas"