El asesino de la calle Serrano: el conde fascista que paseaba con armas por el barrio

Muertos calle Serrano
Muertos calle Serrano
Jorge París
Muertos calle Serrano
El presunto agresor, que se ha quitado la vida es un aristócrata, conde y marqués, que disparaba con frecuencia un arma en el patio del inmueble donde vivía.
Atlas

Los vecinos y comerciantes de la zona comparten un doble sentimiento. Por un lado, consternación por lo ocurrido, por otro, la sensación de que algo así podía acabar pasando tras conocer el nombre del supuesto autor del doble asesinato y de su propio suicidio en una vivienda de la calle Serrano de Madrid. Era una persona conocida en el barrio: Fernando González de Castejón y Jordán de Urríes, conde de Atarés y marqués de Perijá y Grande de España.

Una anécdota da fe de la fama que atesoraba. Un simple incidente de circulación, un encontronazo por una plaza de aparcamiento, acabó con el presunto asesino bajando del vehículo y agrediendo a otro conductor. El agredido resultó ser también vecino de un portal cercano.

"Al día siguiente vino a pedirme que me disculpara con el vecino", relata el conserje de un portal de la zona, que prefiere mantenerse en el anonimato. “"Me aseguró que él no actuaba así, que era de buena familia, siempre decía que era hijo de un conde. La realidad es que era una persona conflictiva, prepotente y violenta".

En torno a las 10 de la mañana de este lunes, una vecino o el portero -según diversas versiones- del número 205 de la calle Serrano de Madrid, en el barrio de Hispanoamérica, a escasa distancia del estadio Santiago Bernabéu, llamó a la policía tras ver un cadáver a través de la ventana de la cocina, que da a un patio interior.

En poco tiempo llegaban a la entrada de la vivienda hasta seis vehículos policiales y agentes pertrechados con chalecos y escudos antibalas entraban en el 1ºC, de donde provenían los disparos. Dentro encontraron tres cadáveres. Dos mujeres y el propio González de Castejón, de 53 años, con un arma corta a los pies.

Una esvástica y una bandera preconstitucional

Esta pistola habría sido el arma con el que el conde habría asesinado a las dos mujeres antes de dispararse a si mismo y era una de las que tenía expuestas en un altar con simbología fascista, como una cruz militar con una esvástica en el centro o una bandera española con el escudo preconstitucional que coronaba el salón.

Las últimas hipótesis apuntan a que las fallecidas son la esposa del presunto asesino, de 44 años, que fue encontrada con un disparo en la sien, y una amiga de esta, de unos 70, por lo que el incidente está siendo investigado como un caso de violencia machista, según fuentes policiales.

La difunta esposa del conde y marqués interpuso una denuncia contra él por malos tratos en 2018, según han informado fuentes de Jefatura Superior de la Policía a EFE, aunque no contaba en la actualidad con ninguna medida de protección por violencia de género.

Según confirma el portero del bloque donde se han producido los asesinatos, González de Castejón vivía con su mujer y con la hija de ambos, menor de edad y que no se encontraba entre las víctimas y tampoco estaba en la vivienda.

"Daba gritos y jugaba con armas"

Un corro de periodistas se concentra en torno al portal acordonado. Cada vecino que sale del portal es rodeado por una maraña de cámaras y reporteros. Un adolescente de 15 años, vecino del bloque, llega y pregunta qué ha pasado. Tampoco se sorprende cuando recibe la noticia.

"Era un tío muy raro, daba gritos y jugaba con un arma de fogueo en el patio interior", asegura el joven, que no es el único vecino de la zona que dice haber visto a González de Castejón portando un arma. 

"Debía tener licencia de armas para cazar o para hacer tiro deportivo porque durante el confinamiento, salía con una escopeta, se montaba en su moto, y se iba por ahí a pegar tiros", afirma otro vecino.

Aunque el suceso ha hecho saltar todas las alarmas pasadas las diez de la mañana, fuentes cercanas a la investigación han indicado a Efe que los hechos pudieron ocurrir durante la madrugada, un extremo que trata de esclarecer el Grupo V de Homicidios de la Policía de Madrid, encargado del caso.

Esta versión corroboraría los testimonios de varios vecinos que, a preguntas de los periodistas, han relatado los "golpes" y "detonaciones" que rompieron el silencio de la noche, en torno a las dos de la mañana. "Sonaron como cuando algo pesado cae", ha descrito uno de ellos.

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