Uvalde y Texas siguen adelante, pero con el eco aún del inmenso dolor causado en toda la comunidad por la matanza en la escuela de primaria Robb. Aquel 24 de mayo murieron 21 personas, 19 de ellas niños. Mientras los demócratas intentan (sin éxito) sacar adelante algún tipo de control sobre la tenencia de armas en EE UU, los republicanos prefieren apoyar otro tipo de medidas de "seguridad".

En Texas, el presidente de la Cámara de Representantes, Dade Phelan, ha propuesto redirigir más de 100 millones de dólares en fondos estatales para programas de salud mental y seguridad escolar. Plantea hacerlo rápidamente, antes de que comiencen las clases el próximo otoño.

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Phelan también apoya el plan del vicegobernador Dan Patrick, que supervisa el Senado, para gastar 50 millones de dólares en la compra de chalecos antibalas para los departamentos de policía escolar. Pero no sólo los agentes que vigilan los colegios e institutos van a tener este tipo de chalecos para enfrentarse a un tiroteo.

A clase con el chaleco antibalas

Tras la matanza de Uvalde, un empresario de Arizona ha creado chalecos antibalas de talla infantil, ligeros y plegables, que caben fácilmente en una mochila escolar. El producto ha sido especialmente diseñado para niños y adolescentes.

En realidad, no es el primer producto de este tipo en EE UU, pero Kevin Goodman, capitán de bomberos de Arizona, dice que el chaleco creado por su empresa, Escape Armour, utiliza mejores materiales. Ofrece dos productos: un chaleco plegable y un escudo que puede adaptarse a cualquier tipo de mochila y que la hace a prueba de balas.

Ante las cámaras, utiliza un maniquí al que ha puesto un chaleco antibalas. Dispara sobre él, con un rifle de 9 mm, con una pistola de 9 mm y con otra de calibre 45. El blindaje hace su trabajo y no deja pasar ningún proyectil.

Se puede comprar un escudo para meter en la mochila desde 189 dólares y una mochila ya adaptada desde 379

Goodman comenta: "Estos dos impactos de aquí me habrían atravesado el corazón. Estos de la derecha me habrían atravesado el pulmón derecho. Y estos de abajo, aquí hay dos impactos, habrían atravesado fácilmente mi pulmón izquierdo".

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Otras empresas que en Norteamérica fabrican y venden chalecos y mochilas antibalas son Guard Dog Security, TuffyPacks y Bullet Blocker. Todas ellas ven subir las ventas después de un tiroteo y especialmente tras uno tan mediático (por sus dimensiones) como el de Uvalde.

TuffyPacks, por ejemplo, vende una mochila por 189 dólares (unos 185 euros) que contiene 24 capas de material antibalístico (una fibra sintética muy resistente) cosidas dentro de la mochila. También fabrican el elemento interior de un chaleco, su escudo protector, para adaptarlo a todo tipo de mochila escolar.

"Están diseñados para detener prácticamente cualquier proyectil de arma de fuego"

Los chalecos de Escape Armour son de tres tallas (de niño a adulto) y valen entre 379 y 399 dólares (360-380 euros). Si sólo se compra el escudo interior (que luego puede meterse dentro de una mochila para ir al colegio) su precio es, según tamaño, entre 129 y 159 dólares (125-150 euros).

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"Están diseñadas para detener prácticamente cualquier proyectil de arma de fuego; cualquier tipo de bala que se pueda poner en una pistola y que se pueda comprar en los estantes de las tiendas, nuestras mochilas las detendrán", asegura a The Dallas Morning News, Steve Naremore, fundador de TuffyPacks.

El Instituto Nacional de Justicia (NIJ), la agencia de evaluación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, clasifica la protección balística en cinco niveles: Nivel IIA, Nivel II, Nivel IIIA, Nivel III y Nivel IV. Cuanto más alto sea el rango, mejor será la protección contra balas de gran calibre. 

Tanto la mochila como el escudo suelto para adaptarlo de TuffyPacks son de nivel IIIA, como también los productos de Escape Armour. Según el NIJ, sólo los niveles III y IV protegen contra el disparo de un rifle.