Los combatientes ucranianos que desde hace días se atrincheran en la planta química de Azot han sido sorprendidos este jueves. Milicianos prorrusos han conseguido franquear el fuerte ucraniano y acceder al recinto. Así lo han hecho saber fuentes de la autoproclamada república de Lugansk, que junto con las tropas rusas han conquistado ya la mayor parte de la ciudad de Severodonetsk. Azot se había convertido en refugio no solo de combatientes, sino también de cientos de civiles, que habían convertido estas instalaciones en el último bastión de una región cuyo territorio está casi en su totalidad en manos de Rusia.

Según ha informado el líder de la República Popular de Lugansk, Leonid Pasechnik, las milicias ya están dentro de la planta, aunque por el momento no han logrado expulsar a los soldados ucranianos, de los que se desconoce el número exacto.

"El territorio de la ciudad de Severodonetsk, las áreas residenciales y los distritos han sido liberados, nuestras unidades controlan este territorio", ha celebrado Pasechnik, quien ha lamentado que la mencionada zona industrial aún está bajo control ucraniano. El representante de la RPL ha aseverado que sus tropas lograrán finalmente expulsar a los soldados ucranianos, aunque ha advertido de que la operación "llevará su tiempo" y no ha querido "hacer pronósticos" al respecto.

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La ciudad de Severodonetsk, último bastión de las fuerzas ucranianas en Lugansk, se ha convertido en el escenario más activo de la guerra en Ucrania. La ofensiva rusa se centra desde hace semanas en esta zona y hacerse con ella podría ser vendido por Rusia como uno de sus primeros éxitos en Ucrania. Esta región fue declarada independiente por Moscú horas antes de comenzar la invasión de Ucrania, y la "liberación" de la zona fue uno de los pretextos que dio Putin para dar comienzo a la guerra.

Por su parte, el Ejército de Ucrania se ha recluido la planta química (junto a civiles), con la esperanza de retrasar el avance ruso, una maniobra semejante a la que se llevó a cabo en Mariúpol. En esa ciudad de la costa ucraniana, ya bajo control ruso, los combatientes se refugiaron en la planta siderúrgica de Azovstal durante semanas, hasta que se rendieron y entregaron a Rusia.

Por otro lado, respecto a un posible intercambio de prisioneros entre Ucrania y la región de Lugansk, Pasechnik ha anunciado que, por ahora, no ha recibido ninguna solicitud de parte de Kiev para llevarlo a cabo. "No se comunican con nosotros", ha dicho.