Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

Vuelta a la antiEspaña

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno del Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno del Congreso.
 Emilio Naranjo / EFE 
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno del Congreso.
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

Martes cuatro de la tarde, gran expectativa en el Senado, donde se anunciaba el estreno de Alberto Núñez Feijóo, nuevo presidente del Partido Popular, que había de medirse en la primera pregunta que formulaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Acumulación de periodistas en la puerta de cuadrillas y pasillos a reventar en el itinerario hacia el hemiciclo del nuevo edificio. Ambiente de las grandes tardes en Las Ventas.

El presidente da la palabra a Feijóo, que se arranca con una declaración de principios. Yo no he venido aquí a insultar. Le faltó decir, a diferencia de mi predecesor en estas labores, Pablo Casado. Enseguida añadió, he venido a hacer oposición, tarea en la que cuento con la ayuda de los ministros que le acompañan en el Gobierno.

La pregunta en detalle se adentra en vericuetos económicos que el presidente Sánchez se afana en desacreditar. Se refiere al plan anticrisis, a la recaudación de 10.000 millones más de euros que convendría devolver a las familias, al endeudamiento, a la prima de riesgo y a otras abstracciones de las que sale para decir que "gobernar no es resistir", que es lo único que llega al pueblo llano. Pedro Sánchez no quiere la mano que le tiende Feijóo y le empuja para que caiga en brazos de Vox. Luego –siguiendo aquello de "pronto vuelve la burra al trigo"– hurga en la renovación pendiente de los órganos constitucionales y parece muy ofendido de que los peperos hablen mal del Gobierno fuera de España.

Miércoles antes de almorzar, a las nueve de la mañana, comparecencia reclamada del presidente para dar cuenta de los acuerdos del último Consejo Europeo en Bruselas y de la chapuza con carta descubierta por el rey de Marruecos, informe del CNI sobre chantajes de Rabat y abandono de nuestros otrora compatriotas saharauis.

Había que verle con ese gesto de Ecce Homo y ese tono que da a sus enumeraciones victimistas

Primero se explaya el presidente Sánchez que empieza por Bruselas y termina por el Sáhara. Luego se van sucediendo los portavoces de los grupos parlamentarios en orden decreciente de su número de diputados, salvo el grupo socialista al que está reservado el último turno antes de que remate el presidente Sánchez Pérez-Castejón.

La señora del grupo popular, Cuca Gamarra, deja constancia del desconcierto que se ofrece al público cuando los ministros del Gobierno con denominación de origen populista se pronuncian abiertamente contra la OTAN, que tiene prevista una cumbre los días 29 y 30 de junio en Madrid, que solo ven excusas para el belicismo invasivo de Vladimir Putin, que lamentan el incremento anunciado de las inversiones en Defensa en el afán de alinearnos con los requerimientos de Washington y Bruselas y que denuncian el clamoroso abandono de la población saharaui.

En esa misma línea se van pronunciando los grupos que acompañan a Pedro Sánchez en el Gobierno y los que le asisten como fijos discontinuos en las votaciones parlamentarias. Aparece el portavoz del grupo socialista con la segadora para preparar el terreno y por fin Pedro Sánchez que pareciera haber prestado oídos solo a Cuca Gamarra, sin nada que objetar a sus disidentes de proximidad. Había que verle con ese gesto de Ecce Homo y ese tono que da a sus enumeraciones victimistas, dándole vueltas a la antiEspaña. Continuará.

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