El primero de los dos debates electorales a seis se celebró este lunes en la sede territorial de RTVE en Sevilla y tuvo un claro catalizador: Juanma Moreno. La última vez que el candidato popular acudió a debatir a la televisión pública lo hizo como aspirante frente Susana Díaz, presidenta aquel diciembre de 2018. En este caso, a Moreno le tocaba "defender título" y, como era de esperar, hacia el presidente en funciones de la Junta fueron los principales ataques y preguntas. "Es evidente que yo soy el hombre de moda esta noche", ironizó en un momento del debate.

Juan Espadas, candidato socialista, fue quien más buscó el cuerpo a cuerpo con Moreno. Se le vio más cómodo en ese papel que al presidente, elusivo y centrado en todo momento en los datos de su gestión. Mientras Moreno desgranaba cifras (crecimiento interanual superior al resto del país, mayor constitución de autónomos y mayor ritmo de reducción del paro), Espadas incidía en la pérdida de los servicios públicos y el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres. El presidente en funciones, por su parte, valoró la "estabilidad institucional y la buena imagen hacia el resto de España" de la comunidad después de casi 40 años de gobiernos del PSOE.

Macarena Olona quiso entrar en todo momento en las dinámicas de debate que se producían en el binomio Espadas-Moreno. La candidata de Vox acusó al candidato del PP de "limitarse a gestionar la herencia del cortijo socialista” y se rebeló contra ese “mito de la gestión" y "aire triunfalista" del presidente. Olona, con Juan Marín y Juan Espadas, protagonizó algunos de los encontronazos más considerables dentro de un debate que comenzó correcto y muy medido pero acabó con choques "ad hominem".

Juan Marín, vicepresidente de la Junta y candidato de Ciudadanos, se atuvo al principio al papel de co-gestor del Gobierno andaluz junto a Moreno. No entró en diferencias con el candidato popular ni se cebó con Espadas. En cambio, buscó el cuerpo a cuerpo con Olona.

Inmaculada Nieto, candidata de Por Andalucía, y Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, se posicionaron contra la "autocomplacencia" de los datos de Moreno. Fueron críticas con el modelo productivo del PP, pero los debates más acalorados se produjeron con Olona a cuenta de la inmigración y la violencia de género.

En general, Moreno salió indemne de los encontronazos más agrios en los bloques económico y social. En el último apartado, el que incluía los pactos post-electoral, se atuvo a su idea de "gobernar en minoría", despejando a Vox de la ecuación y a una Olona que "no cree en la autonomía": "Quiero tener manos libres para hacer y llegar más lejos", dijo. Espadas, por su parte, se cerró a una hipotética abstención para facilitar un gobierno en minoría del PP. Situó al PSOE como "el único partido capaz de frenar a la ultraderecha", pero Moreno recordó que la alternativa socialista supone "la suma de ocho partidos de izquierda, un gobierno frankenstein" y afeó a Espadas los "pactos con Bildu y ERC" del presidente Pedro Sánchez.

Juan Espadas se estrenaba en un debate regional -no así local-, al igual que Inmaculada Nieto y Macarena Olona, fajada en su caso en los rifirrafes del Congreso. Mientras, Teresa Rodríguez logró participar después de que la Junta Electoral Andaluza lo avalara frente al recurso para vetarla de Por Andalucía. Los candidatos volverán a verse las caras en una semana, en el segundo y último debate, en este caso en Canal Sur.